César Álvarez, cofundador del teatro La Libélula Dorada y un referente destacado de la escena teatral en Colombia, falleció este jueves, 7 de noviembre. Así lo informó la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá a través de un comunicado de prensa.
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"Con gran tristeza recibimos la noticia de su partida, reconociendo su inmenso aporte al desarrollo cultural de nuestra ciudad y del país", señala la Secretaría.
Entre tanto, el teatro Libélula Dorada indicó en un comunicado: "En la madrugada de hoy, 7 de noviembre, César partió del mundo terrenal, dejándonos el legado de su arte, su amor y su espíritu incansable. Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo sabemos que su luz y alegría seguirán iluminándonos, ahora desde otro lugar".
Desde su fundación, hace más de 40 años, el teatro La Libélula Dorada ha sido un símbolo de creatividad y libertad. César Santiago Álvarez Escobar, junto a su hermano Iván Darío Álvarez, transformó este espacio en un centro de arte dedicado al teatro de títeres, acercando a varias generaciones de niñas, niños y adultos a la magia de las artes escénicas.
Los hermanos empezaron en el mundo teatral hace 46 años. Originarios de Frontino, Antioquia, aunque César nació en Bogotá, a donde llegó su familia buscando un mejor futuro, habla con dejo paisa.
“Nos gustó el mundo teatral desde muy jóvenes; primero, el teatro de actores. Íbamos a las principales salas de la ciudad: La Candelaria, El Local, La Mama, el TPB, Acto Latino. Alguna vez fuimos al teatro del parque Nacional, que fue hecho para marionetas, a tomar un taller con el grupo Biombo Latino, y nos gustó lo que vimos”. Se inscribieron en esa escuela y al poco tiempo ya tenían montada una obra con otras tres personas, llamada Préstame tu sombrero. En 1976 nació La Libélula Dorada" , dijo Álvarez en una entrevista concedida a este diario el 9 de octubre del 2022.
“Cuando nos iniciamos pensábamos que este tipo de teatro era solo para niños, pero incluye todos los públicos: los adolescentes y los adultos”, dice la entrevista.
Los Álvarez aprendieron a elaborar sus propios muñecos y “a partir de esa construcción, a generar una identidad y una relación con la espuma, el papel, el cartón. Ver cómo empiezan a tener identidad, ya sea un animal, una persona o un objeto animado. Es una relación muy bonita, un desdoblamiento, olvidarnos de nosotros para que ellos existan. Es una transmutación muy especial”.
El trabajo de César Álvarez y su contribución al teatro de títeres en Colombia se transformó en una referencia cultural en la capital, indica la Secretaría de Cultura de Bogotá.
Y agrega: "La Libélula Dorada ha sido reconocida por su capacidad de nutrir la imaginación y la libertad, logrando que su audiencia, especialmente el público infantil, explore nuevas posibilidades a través de sus formatos, historias y personajes".
REDACCIÓN CULTURA