Falleció a los 91 años el abuelo de Lina Tejeiro: así fue la conmovedora despedida de la actriz

hace 4 meses 22

Una de las actrices más queridas y reconocidas en la farándula colombiana es Lina Tejeiro, quien suele hacer reír a sus seguidores con algunos de sus videos interpretando pequeños papeles, cautivando a sus fanáticos con su belleza, sentido del humor y carisma.

Pese a que la villavicense no suele compartir muchas fotos y videos sobre los planes o las actividades que realiza junto a su familia, en varias ocasiones ha explicado cómo es su relación y el amor que tiene hacia cada uno de sus seres queridos.

Sin embargo, el 8 de diciembre compartió en sus redes sociales que estaba atravesando una gran pérdida, puesto que su abuelo Jesús Tejeiro falleció a sus 91 años, por lo que está enfrentando el duelo por la partida de una de las personas que la han apoyado a lo largo de su vida.

La despedida de Lina Tejeiro a su abuelo en redes: ‘Me duele mucho’

En sus historias de Instagram publicó un video en el que su abuelo le estaba narrando una carta a toda su familia, un momento que logró conmoverlos; luego, la actriz publicó una fotografía en blanco y negro junto a su abuelo mientras él se encontraba en el hospital y la última sosteniendo su mano.

Mientras que en su perfil subió un carrete con algunos de sus recuerdos más preciados junto a Jesús Tejeiro, algunos de ellos en sus cumpleaños, disfrutando de un paseo, de una piscina, bailando junto a la artista en su automóvil, una videollamada, las historias que contaba y una fotografía junto a su esposa.

Allí la actriz aprovechó para dejar un conmovedor mensaje de despedida a ese ser querido que la acompañó en los diferentes momentos de su vida: “Se fue mi Tato, y me duele mucho, pero me quedo con los recuerdos de las mejores vacaciones de mi vida con él y mi Tata”.

Destacó que esta época navideña será diferente sin su compañía: “Siento que las novenas sin su infaltable pandereta no tendrán sentido. Me lleno de nostalgia al recordar nuestros viajes por carretera y todo lo que hacía para vernos felices”.

“Llegaba a recogernos al colegio y nos íbamos inmediatamente de paseo. Me parecía fascinante cuando decía que él era Tarzan y lo complementaba con historias en la finca. Amaba verlo todas las tardes haciendo crucigramas y leyendo el diccionario, admiraba su incansable deseo por aprender siempre más”.

Continuó: “Extrañaré su fino sentido del humor, su inteligencia y sabiduría. Me reiré siempre que me acuerde de las veces que me ponía en el patio al sol para sacarme los piojos o cuando, mientras yo me metía a un río, me gritaba desde lejos con mucha gracia que ahí venía una anaconda”.

“Gracias por ser el mejor abuelo del mundo, gracias, Tato, por dejar en mí los mejores recuerdos y valores, gracias por los consejos, por la paciencia, por el amor. Gracias, porque nunca faltó el pan sobre la mesa. Me aliviana un poco el dolor saber que ya está con su ancianita, como le decía él. Quiero dormir y soñar que estoy de vacaciones con mis tatos”, finalizó.