El médico Steven Gundry, graduado de la Universidad de Yale y con más de cuatro décadas de trayectoria médica, enfocó sus investigaciones más recientes en el vínculo entre la flora intestinal y una vida prolongada.
Este especialista, con 25 años dedicados al estudio de la medicina restaurativa, sostiene que una alimentación adecuada puede influir directamente en la salud general del organismo y en su longevidad.
'El intestino es la base de todo'
A través de un artículo publicado por' CNBC Make It', el doctor Gundry subrayó el papel determinante del sistema digestivo en el bienestar humano.
“El intestino es la base de todo, desde la inmunidad hasta la función cerebral y la longevidad”, afirmó el experto, de 74 años. Para él, comprender cómo actúa el intestino permite descifrar el funcionamiento integral del cuerpo.
En esa línea, reveló cuáles son las cinco verduras que consume diariamente y que, en su opinión, tienen un impacto positivo tanto en el microbioma intestinal como en otros sistemas vitales.
Su elección se basa en el potencial de estas plantas para reducir inflamaciones, nutrir bacterias beneficiosas y proteger contra enfermedades degenerativas.
La alimentación es importante para llegar a una edad mayor sano. Foto:iStock
Vegetales crucíferos: claves para la salud vascular y mitocondrial
Dentro del grupo de alimentos esenciales para su dieta, Gundry ubica a las verduras crucíferas, entre las que se encuentran el brócoli, la coliflor, el repollo, las coles de Bruselas, la rúcula y el rapini. Asegura que son valiosas por su contenido en compuestos de azufre, que tienen efectos beneficiosos sobre el sistema circulatorio y celular.
“Estas verduras son ricas en compuestos de azufre. Estos compuestos favorecen la salud vascular al aumentar el sulfuro de hidrógeno posbiótico, una molécula de señalización esencial que indica a las células qué hacer para promover la salud”, explicó Gundry.
Este tipo de vegetales también contiene glucosinolatos, precursores de sustancias activas como el sulforafano, que puede influir en la reducción de procesos inflamatorios.
Estudios científicos señalan que estos compuestos contribuyen a inhibir el daño celular y a disminuir el estrés oxidativo, lo cual es relevante en la prevención de enfermedades crónicas. Como recomendación, el experto sugiere cortar estas verduras antes de cocinarlas para activar enzimas como la mirosinasa, que refuerzan su potencial protector.
Alcachofa: rica en fibra y antioxidantes
En su dieta cotidiana también figura la alcachofa, un vegetal común en regiones mediterráneas. Gundry la destaca por ser fuente de inulina, un tipo de fibra prebiótica que estimula el desarrollo de microorganismos saludables en el intestino. Además, ofrece nutrientes esenciales como potasio, magnesio, folato y vitamina C.
No solo las hojas tienen beneficios. Según el médico, los tallos que muchas veces se desechan, contienen altas cantidades de fibra. Esta planta ocupa un lugar relevante en el listado del Departamento de Agricultura de Estados Unidos debido a su potente capacidad antioxidante.
También se encuentra que los compuestos presentes en esta verdura, como la cinarina y la silimarina, pueden proteger el hígado y reducir el colesterol. Investigaciones clínicas reflejan mejoras en personas con trastornos digestivos y hepáticos tras el consumo frecuente de alcachofa.
Esta planta se cultiva principalmente en climas templados. Foto:iStock
Hortalizas de raíz con bajo contenido glucémico
El tercer grupo de vegetales recomendado por Gundry incluye rábanos, cebollas, ajos, jícama y bulbos de hinojo. Aunque también se consideran las zanahorias y remolachas, el especialista aconseja limitar su consumo cocido debido a su capacidad de liberar azúcares con facilidad. Por ello, propone ingerirlas crudas o ligeramente cocidas.
Estos alimentos aportan fibra, agua, potasio y vitaminas del complejo B, además de antioxidantes como carotenoides, antocianinas y betalaínas. Esta combinación resulta útil para fortalecer la digestión, la circulación sanguínea y prevenir problemas cardíacos.
Por otra parte, los carbohidratos complejos que contienen estas raíces ofrecen una fuente de energía prolongada y favorecen la sensación de saciedad, lo que contribuye al control del apetito y al equilibrio nutricional.
El ajo entra en esta categoría. Foto:iStock
Verduras amargas poco comunes y su acción antioxidante
El doctor Gundry también incluye en su menú diario plantas amargas como la radicchio, la escarola, la endibia belga y la puntarelle. Aunque menos frecuentes en las mesas, estas verduras concentran una gran cantidad de polifenoles, antioxidantes que ayudan a neutralizar el estrés oxidativo.
Estudios citados en publicaciones académicas como Oxidative Medicine and Cellular Longevity indican que estas verduras pueden reducir el riesgo de trastornos intestinales inflamatorios y de ciertos tipos de cáncer, especialmente el colorrectal.
Entre todas, la achicoria roja ha recibido atención particular por parte de los investigadores, debido a su concentración de antocianinas, pigmentos que ejercen una función protectora en las células. “La achicoria roja es una fuente especialmente buena de antioxidantes, que ayudan a proteger el cuerpo del daño causado por los radicales libres”, puntualizó Gundry.
Las verduras son ricas en vitamina C y ayudan a reducir los niveles altos de cortisol. Foto:iStock
Hongos shiitake: aliados del sistema inmunitario
El especialista en longevidad cerró su listado con los hongos shiitake, tradicionales en la gastronomía asiática. Este alimento posee polisacáridos como el lentinan y betaglucanos, compuestos conocidos por reforzar las defensas del organismo y por reducir los niveles de colesterol en sangre.
Los hongos shiitake también contienen minerales como el cobre y el selenio. Según datos de 'WebMD', una porción de media taza de este hongo aporta más del 70 % del requerimiento diario de cobre, un elemento fundamental para conservar la salud ósea y de los vasos sanguíneos.
La Nación (Argentina) / GDA.
El desayuno de la longevidad, lo comen los japoneses al levantarse
Más noticias en EL TIEMPO
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.