Expectativa por las elecciones de Estados Unidos entre Kamala Harris y Donald Trump: ¿cuánto puede tardar en conocerse el resultado de las votaciones?

hace 2 semanas 47

Pase lo que pase este martes, el resultado de las elecciones de hoy en Estados Unidos será histórico. Si gana Kamala Harris, se convertiría en la primera mujer en ocupar la Casa Blanca en los casi 250 años que van desde la independencia.

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Si el victorioso es Donald Trump, también marcará un hito como el segundo mandatario que, tras perder su reelección, regresa años después a la Oficina Oval. En su caso, más sorprendente aún, habiendo sobrevivido a dos juicios políticos de destitución y con una condena criminal vigente por el pago ilegal a una actriz de cine porno.

A quién ungirán lo estadounidenses es lo que nadie sabe. Hasta el cierre de esta nota, casi 80 millones de personas ya habían sufragado de manera anticipada en la que promete ser una de las elecciones más apretadas que se recuerden y de altísima participación: el cálculo de los expertos es de unos 160 millones, lo cual sería un récord en este país.

Realmente
esta elección parece estar en el ámbito del 50-50. Nada me sorprendería.

Ambos partidos, Demócrata y Republicano, están convencidos de que su candidato saldrá adelante en medio de un clima de polarización tan extrema que las advertencias sobre un posible estallido de la violencia –dependiendo de quién sea el ganador– son el tema recurrente entre las autoridades.

El ambiente, más que festivo, era angustioso y hostil con ambas campañas pintando el resultado como de “vida o muerte”. Si bien Harris ha impregnado la suya con un tono más esperanzador, el mensaje es que bajo un segundo mandato de Trump la democracia podría encajar un golpe fatal y encaminarse a una dictadura. Para el expresidente, de ganar su rival, Estados Unidos sería invadida por hordas de inmigrantes ilegales y criminales mientras el país sucumbe ante el socialismo.

Y los ojos, por supuesto, están enfocados en ese grupo de siete estados indecisos –Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona, Georgia, Carolina del Norte y Nevada–, donde los candidatos quemaron sus últimos cartuchos este lunes y durante el fin de semana.

Votantes en Pensilvania.

Foto:EFE

Especialmente, en Pensilvania, que, con sus 19 votos al Colegio Electoral, es considerado el premio mayor por el potencial que tiene para definir la contienda. En el caso de Harris, con un evento de cierre en las famosos escaleras de Rocky Balboa en Filadelfia, a donde llegó con numerosas figuras que la respaldan, entre ellas Oprah Winfrey, Lady Gaga y Ricky Martin.

Aunque las elecciones en Estados Unidos suelen ser siempre muy apretadas y llevan décadas resolviéndose por puñados de votos y solo en algunos estados, este ciclo ha sido como una montaña rusa en el que ninguno ha podido perfilarse como posible ganador.

Al comienzo de la campaña, cuando el candidato de los demócratas era Joe Biden, el terreno parecía inclinado hacia Trump. Pero tras su retiro de la contienda, y el ascenso de la vicepresidenta Harris, la pendiente cambió de dirección. Sin embargo, desde hace tres semanas, la ligera ventaja que tenía Harris tanto a nivel nacional como en muchos de los estados bisagra comenzó a evaporarse.

Pero ahora, el último diluvio en encuestas que se publicó este fin de semana se movió de nuevo –aunque ligeramente– hacia Harris.

Solo el 53% de los latinos en EE.UU. están habilitados para votar

Votaciones en Estados Unidos.

Foto:IStock

Lo que dicen las encuestas

En la muestra final del New York Times-Siena College, una de las más reputadas, la vicepresidenta aparece adelante en Nevada, Carolina del Norte, Wisconsin y Georgia, con empates en Pensilvania y Michigan, y Trump solo está adelante en Arizona.

Algo similar decían las mediciones de Marista, otra de las que tienen alta credibilidad, en las que Harris va adelante por dos puntos en Wisconsin, Pensilvania y Michigan, suficiente para ganar las elecciones por un pelo.

Más perplejidad causó la encuesta del Desmoines Register, en Iowa, donde por primera vez Harris aparece ganándole a Trump en un estado que ha favorecido claramente a este último en las dos últimas elecciones y que se suponía no estaba en juego.

Pero en los portales que se dedican a los promedios de encuestas –entre ellos 538, 270 para triunfar, y el que hace el Washington Post–, la carrera sigue extremadamente apretada. Nacionalmente, Harris va adelante por poco más de un punto y virtuales empates en por lo menos cuatro de los siete estados indecisos. En el Post, por ejemplo, la vicepresidenta tiene ventajas en Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Nevada, y Trump, en Georgia, Carolina del Norte y Arizona. En el de 538, Pensilvania pasaría a la columna del expresidente, pero por decimales.

Simpatizantes del expresidente lo recibieron a su llegada al tribunal federal.

Simpatizantes del expresidente.

Foto:AFP

Dado que todas las muestras están dentro del margen de error, cualquier cosa podría pasar. Desde una barrida de Trump o Harris en todos hasta un triunfo en el Colegio Electoral separado por solo cinco escaños o menos. O, incluso un empate, que a estas alturas ya no suena descabellado.

“Realmente esta elección parece estar en el ámbito del 50-50. Nada me sorprendería”, dice Nate Silver, el “gurú” detrás del proyecto 538 y que predijo los resultados de los comicios del 2012 y 2020.

¿Cuándo se estima que se conocerán los resultados en Estados Unidos?

Lo cual apunta a otra realidad que ya se vivió en el 2020 y que podría repetirse: que pasen varios días o semanas antes de que se conozca el ganador. Si las elecciones están así de apretadas, será necesario contar hasta el último de los votos antes de que se declare a un ganador. En el caso de Pensilvania, eso podría no suceder hasta el viernes de esta semana, pues, como otros estados del país, tienen en cuenta hasta los votos por correo que se depositen mañana mismo.

De allí a que las autoridades estén pidiendo paciencia a los estadounidenses mientas los funcionarios terminan el conteo. Otra de las complejidades que tiene el sistema electoral estadounidense es que no existe una autoridad electoral a nivel nacional que declare ganador sino estatal y que depende del gobierno que lo presida. Y estas tienen hasta un mes para certificar los resultados.

Por lo tanto, el ganador de los comicios por lo general es anunciado por los medios de comunicación, que hacen proyecciones con base en los datos que van aportando los estados. Dada la polarización que existe en el país cualquier resultado que promulguen podría ser recibido con escepticismo.

Simpatizantes de la campaña de Kamala Harris.

Simpatizantes de la campaña de Kamala Harris.

Foto:Getty Images via AFP

Particularmente entre los republicanos, que han sido inundados con noticias falsas de un supuesto fraude, como sucedió en los comicios del 2020.

Trump, de hecho, se ha pasado toda la semana hablando de supuestas irregularidades en Pensilvania, lo cual muchos creen es una estrategia para no reconocer los resultados e impugnar las elecciones si llega a perder.

Incluso, y como sucedió durante las elecciones pasadas, ya se anticipa que el expresidente se declarará ganador cuando se conozca el resultado del voto presencial (que suele favorecer a los republicanos) y sin esperar el conteo del voto anticipado (que por lo general es más demócrata).

“Las acusaciones de fraude son infundadas y el sistema electoral de Estados Unidos es uno de los más seguros del mundo. Todas las denuncias pasadas y presentes han sido desechadas en las cortes. Sin embargo, las repetidas denuncias han creado una atmósfera en la que sus simpatizantes creen que el fraude es rampante y que cualquier resultado distinto a un triunfo sería un robo”, afirma David Becker, director ejecutivo del Centro para la Innovación Electoral, que se dedica a estudiar este fenómeno.

Lo cual abre la puerta no solo para que se repita el dantesco escenario del 2020 cuando Trump uso todas las herramientas legales a su disposición (recuentos y demandas) –y algunas supuestamente ilegales que le valieron la apertura de un proceso judicial que está por resolverse– y se desató el caos cuando una turba de sus simpatizantes se tomó el Congreso para impedir la certificación del triunfo de Biden.

Puede, por supuesto, que nada de eso pase. El expresidente bien podría ganar por barrida y nadie anticipa que los demócratas estén dispuestos a caminar por este sendero en caso de ser derrotados.

O que la ventaja de Harris sea tan clara que el mismo Trump -o sus aliados políticos- terminen por aceptar la realidad sin mayores sobresaltos.

Pero el panorama que se vislumbra, si las encuestas esta vez aciertan y las elecciones terminan definiéndose por márgenes mínimos, no apunta a una fácil resolución.

Amanecerá y veremos.

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