La tarea de ser un buen padre o madre nunca es sencilla. Sin embargo, según la psicóloga infantil Becky Kennedy, existen ciertos comportamientos y actitudes que definen a los "buenos padres", aquellos que logran criar hijos seguros de sí mismos y emocionalmente equilibrados.
A continuación, le detallamos los aspectos fundamentales que según la experta ayudan a criar hijos felices y con confianza, según información que propició al medio CNBC Make IT.
El crecimiento personal como prioridad
Para ser un buen padre o madre, no solo es importante el bienestar de los hijos, sino también el de los propios padres. Becky Kennedy, psicóloga infantil con un doctorado en psicología clínica de la Universidad de Columbia, menciona que uno de los pilares más importantes es el crecimiento personal de los progenitores.
Según Kennedy, “el primer paso es enfocarse en el propio desarrollo personal, de la misma manera en que se presta atención al crecimiento de los hijos”. Esto significa que los buenos padres trabajan constantemente en su propio bienestar emocional, establecen límites saludables y buscan aprender sobre ellos mismos para ser mejores en su rol.
Al reflexionar sobre el comportamiento y las emociones propias, pueden ofrecer una guía más firme y amorosa. Esto, en última instancia, facilita que los niños se sientan comprendidos y apoyados, lo que contribuye a su desarrollo emocional positivo.
Otro aspecto importante en la crianza según Becky es evitar el juicio hacia los hijos. En su lugar, los buenos padres fomentan la curiosidad. Kennedy explica que “un buen padre activa la curiosidad sobre el juicio” cuando observa una conducta problemática en sus hijos.
Por ejemplo, si un niño se comporta de forma inapropiada en la escuela, como golpear a sus compañeros, es natural que los padres se preocupen.
Sin embargo, en lugar de asumir que el niño está siendo 'malo' o que ellos fallaron como padres, deberían preguntarse, “¿por qué mi hijo está actuando de esta manera?”. Esta mentalidad inquisitiva permite entender mejor el contexto detrás de la conducta.
El uso de la palabra “preguntarse” implica que el padre o la madre no está juzgando de manera precipitada, sino que está tratando de obtener una comprensión más amplia de la situación.
Según la experta, esta reflexión facilita una conexión más profunda entre padres e hijos, lo que ayuda indudablemente a comprender las emociones y problemas subyacentes que podrían estar afectando el comportamiento del niño.
Por otra parte, aclaró que ser un buen padre no significa ser permisivo, sino encontrar un equilibrio entre establecer límites claros y mantener una relación emocional cálida.
Los padres deben ser líderes firmes que, aunque proporcionan reglas y estructuras claras, también se aseguren de validar las emociones de sus hijos. “Ser el líder más estable para su hijo implica una combinación equilibrada de límites firmes y conexión cálida”, concluyó.