Bajo el océano existen miles de especies únicas y fascinantes que desafían la imaginación. Cada una de ellas aporta información valiosa a los expertos, quienes estudian sus comportamientos y características para comprender mejor el ecosistema marino.
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Entre estas especies, el pez más grande del mundo destaca no solo por su tamaño, sino por su relevancia en la biodiversidad marina.
Este gigante de los mares es el Rhincodon typus, conocido como tiburón ballena, que habita en las aguas cálidas y templadas de las costas sudamericanas, especialmente en el Pacífico cerca de Perú.
Se ha registrado que su tamaño alcanza hasta los 12 metros de largo, lo cual equivale a la longitud de un autobús, y pesa alrededor de 34 toneladas. Esta dimensión impresionante lo convierte en una presencia monumental en el océano.
Una especie majestuosa y pacífica
El tiburón ballena, a pesar de su imponente apariencia, se mueve de manera lenta y tranquila, siendo completamente inofensivo para los humanos. Caracterizado por su cabeza ancha y plana, ojos pequeños ubicados en los costados y una boca sin dientes, esta especie se alimenta principalmente de plancton y larvas. Su comportamiento calmado y su dieta basada en microorganismos lo diferencian de otros grandes depredadores marinos.
Sin embargo, la supervivencia del Rhincodon typus está cada vez más amenazada. Las temperaturas del océano se han incrementado en los últimos cincuenta años debido al cambio climático, alterando la disponibilidad de su alimento y forzando a esta especie a adaptarse a condiciones adversas.
La Fundación Aquae detalla en su informe: “Este pez se encuentra en peligro de desaparecer debido a que en los últimos cincuenta años las temperaturas promedio del agua están aumentando. A medida que el agua se calienta, afecta a la distribución de las especies, incluyendo las larvas y el plancton, de los que se alimenta el tiburón ballena. Todos los animales de la cadena alimenticia se enfrentarán a la amenaza de los ciclos cambiantes y la alteración en la ubicación de sus alimentos”.
Los desafíos que enfrenta esta especie también se relacionan con la actividad humana. La degradación de los hábitats costeros y el aumento del turismo son problemas críticos para el tiburón ballena.
Según el informe de la Fundación Aquae, “la degradación de los hábitats costeros y marinos” afecta a estos animales. Asimismo, el tránsito de embarcaciones en las zonas que habitan representa un peligro, pues los accidentes son frecuentes y afectan su rutina de alimentación. “El incremento del turismo en estas zonas y el tránsito de embarcaciones interrumpen sus hábitos alimenticios y les causan lesiones cuando chocan con embarcaciones”, añade la organización.
El tiburón ballena, con su imponente tamaño y peso, es uno de los seres vivos más majestuosos del planeta, pero su existencia se ve amenazada por factores que no dependen de su biología, sino del impacto humano y el cambio climático. Esta situación demanda medidas urgentes para evitar que el pez más grande del mundo desaparezca, una pérdida que sería irreparable para el ecosistema marino global.
La Nación (Argentina) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.