Lejos de detenerse, la migración venezolana sigue en transformación. Hasta el año pasado, los principales destinos elegidos por los venezolanos eran Estados Unidos, Colombia, Perú, Chile y Ecuador, pero las nuevas restricciones migratorias, especialmente las impuestas por Washington, que impactan directamente en algunos países de la región, han obligado a muchos a replantear sus rutas.
En 2025, los flujos migratorios se reconfiguran, abriendo camino a nuevos destinos como España y Brasil, mientras que Colombia sigue siendo un punto clave de acogida de ciudadanos venezolanos.
La mayoría de los venezolanos que emigra lo hace debido a múltiples factores que han generado una crisis humanitaria compleja en el país. La Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur) expone que las principales causas de la migración son: crisis económica y social, inseguridad y violencia, persecución política y violación de derechos humanos, así como el colapso de servicios de salud y educación.
Migrantes. Foto:EFE
“La población venezolana no es migrante. Son personas con necesidad de protección internacional”, asegura Ligia Bolívar, investigadora asociada al Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), responsable del área de derechos de migrantes y refugiados.
Tras esta afirmación, Bolívar expone que lo que ocurre “es que los países no han entendido, incluyendo Colombia, que la población venezolana requiere protección internacional” y que por eso se les trata como migrantes regulares y se les aplica las mismas normas que se le fijan a cualquier otra persona que se muda de país.
Los países no han entendido, incluyendo Colombia, que la población venezolana requiere protección internacional
Ligia BolívarInvestigadora
Una protección especial
A lo largo de los últimos años, los países receptores de migrantes venezolanos han establecido una serie de medidas mucho más restrictivas en sus políticas migratorias con el objetivo de desalentar y frenar los flujos migratorios; por eso una gran mayoría de naciones de la región han establecido el requisito de visas para estos ciudadanos.
Ligia Bolívar detalla que las razones de salida de los venezolanos no son las mismas que las de un migrante voluntario que organiza sus cosas, tiene ahorros y sus documentos en regla, y que puede llegar por vía aérea o marítima a otro país con su pasaporte: “Es una persona que sale caminando, evadiendo puntos de control, por no tener pasaporte —por ser el más costoso de la región—. Sale del país muchas veces perseguido”, características que lo convierten, insiste Bolívar, “en un sujeto con necesidad de protección internacional”.
Migrantes. Foto:César Melgarejo
A pesar de los obstáculos, la migración venezolana parece que no se detendrá en el corto, mediano o largo plazo, pues la incertidumbre política y la situación económica siguen impulsando a más personas a huir de su país, así lo demuestra un reciente estudio de opinión.
La encuestadora Poder y Estrategia encontró en enero que el 18 por ciento de los venezolanos tiene intenciones de migrar en busca de mejores oportunidades de vida, pero es un dato que crece a 40 por ciento cuando se les pregunta a jóvenes entre los 18 y los 30 años, explica el sociólogo Ricardo Ríos, presidente de la consultora.
El estudio de campo de esta encuestadora se realizó en ocho grandes ciudades del país: Caracas, Valencia, Maracaibo, Barquisimeto, Puerto La Cruz-Barcelona, San Cristóbal, Barinas y Ciudad Guayana, con una muestra de 1.040 personas.
El 6 por ciento de los consultados dijo estar bien decidido a migrar; un 11 por ciento manifestó el deseo de irse, pero sin planes claros; el 23 por ciento afirmó no tener más opción que quedarse en Venezuela; otro 16 por ciento dijo no tener ganas de emigrar, y el resto, el 44 por ciento, aseguró que “definitivamente” se queda en el país.
Cambio de destinos
Las severas medidas migratorias tomadas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y la congelación de fondos por medio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que también frena programas de migración en países de América Latina y el Caribe, hizo que los venezolanos se replantearan a dónde migrar.
Muchos se siguen preguntando: “A dónde me puedo ir, donde tenga calma y no sienta miedo”, comenta una periodista de 28 años que estudia opciones para salir de su país natal en vista de las pocas oportunidades que le ofrece. También se preguntan en qué países pueden regularizarse y trabajar para generar ingresos y costear sus gastos (y enviar remesas a Venezuela).
Un grupo de migrantes venezolanos camina por una calle con maletas y bolsos. Foto:Efe
Un grupo de migrantes venezolanos camina por una calle con maletas y bolsos, el 7 de octubre, en San Cristóbal, estado Táchira (Venezuela).
Hasta septiembre de 2024, muchos de los que manifestaron planes de salir de Venezuela tenían en mente a Estados Unidos como destino (27 por ciento); sin embargo, este porcentaje descendió a un 11 por ciento en enero, mientras que España pasó a ocupar el primer lugar de preferencia con un 26 por ciento.
Alberto Uribe, de 33 años, renovó su pasaporte para irse a España a buscar un empleo que le permita tener un mejor salario. Hace siete años se mudó desde Caracas a Cúcuta, huyendo de la profunda crisis económica, “pero ya en Colombia no se hace suficiente dinero para pagar arriendo, comida y vivir bien”, comenta a La Hora Venezuela.
Llegará a Tenerife, a casa de unos familiares que ya tienen unos cinco años viviendo allá, y dice estar dispuesto a aceptar cualquier empleo que le permita enviar remesas a sus dos hijos pequeños y “ahorrar algo de dinero”.
En Latinoamérica, Brasil es uno de los países que emerge como opción ante los beneficios y la asistencia que otorga a los venezolanos por medio del programa “Operación Acogida”.
Solo en 2024, Brasil otorgó estatus de refugiado a 12.726 venezolanos, número que representa el 95 por ciento de todas las solicitudes aprobadas en el país en ese año. En total, este país ha reconocido a 141.000 venezolanos como refugiados, siendo la nación que más solicitudes de refugio ha aprobado para ciudadanos de Venezuela.
Estas condiciones hacen que un 16 por ciento de los consultados por Poder y Estrategia nombren al gigante de Suramérica como un destino para buscar mejores oportunidades de vida.
Colombia es otra de las opciones que los venezolanos mantienen como destino para emigrar este año: el 13 por ciento de los entrevistados en enero dijo que se mudaría al país (otros la ven como lugar de paso).
Hay quienes han puesto el foco en Chile y Argentina. Esta última nación flexibilizó, hace pocos meses, el ingreso y la radicación de migrantes venezolanos con pasaporte o cédula vencidos hasta 10 años; además, autoriza a los niños menores de nueve años a llegar solo con la partida de nacimiento. Por el contrario, Chile pide un listado de requisitos, entre ellos una visa (que cuesta 30 dólares por un año).
A tal efecto, la profesora Ligia Bolívar expone que “las opciones migratorias que tienen los venezolanos son las mismas que tiene cualquier otro migrante”. En el sentido estricto, “no es que haya restricciones” especiales, sino que deben cumplir con normativas establecidas para ciudadanos de otras naciones.
Las opciones migratorias que tienen los venezolanos son las mismas que tiene cualquier otro migrante
Ligia Bolívar Investigadora
No obstante, la investigadora del Centro de Derechos Humanos de la UCAB asevera que, aunque las naciones tienen procesos para la regularización de migrantes, “muy pocos venezolanos cumplen esos requisitos”, lo que les pone barreras más altas.
Por eso, Acnur ha hecho llamados a los Estados para que “reciban a los venezolanos, y les permitan el acceso a su territorio” y destaca “la importancia fundamental de garantizar el acceso a los procedimientos de asilo y a los mecanismos de protección grupales con las salvaguardias adecuadas”.
De la misma manera sostiene que “la mayoría de las personas nacionales de Venezuela se encuentran necesitadas de protección internacional bajo el criterio contenido en la Declaración de Cartagena, sobre la base de las amenazas a su vida, seguridad o libertad resultante de eventos que se encuentran actualmente perturbando gravemente el orden público”.
Acnur señala que persisten desafíos, como la inestabilidad económica y la desigualdad social, que dificultan la integración plena de estas personas en las comunidades de acogida.
Impacto y riesgos
Antes de que Donald Trump asumiera su mandato, los países estaban reduciendo sus niveles de atención excepcional a los migrantes venezolanos y los montos de cooperación internacional para migración estaban por debajo del 30 por ciento de lo requerido, de acuerdo con lo estipulado por Acnur. En la actualidad, con la suspensión de la ayuda humanitaria a través de Usaid, “el impacto es enorme y directo porque algunos de los beneficios que se le estaba dando a la población migrante venezolana eran financiados con la cooperación internacional”, resume Ligia Bolívar.
Desde el Centro de Derechos Humanos de la UCAB advierten que en procesos migratorios como los que se están dando desde Venezuela, “en condiciones precarias, los riesgos son muy altos, y las personas tienen que estar atentas a no caer en manos de personas que hacen de esto (migración) un negocio y que terminen perjudicando sus vidas”.
También recomiendan informarse sobre el destino que desean tomar, pues es necesario recordar que la migración irregular expone a los venezolanos a riesgos de explotación laboral, trata de personas y violencia de género en los países de tránsito y destino.
De acuerdo con datos de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V), actualizados al 3 de diciembre de 2024, en el mundo había más de 7,89 millones de venezolanos migrantes, que abandonaron su país en busca de protección y mejores condiciones de vida. Aproximadamente, 6,7 millones viven en países de América Latina y el Caribe, y puntualmente 2,8 millones se encuentran en Colombia. Un número significativo de migrantes venezolanos pueden no estar registrados oficialmente en los países de acogida, lo que puede implicar que las cifras reales sean más altas.
LA HORA DE VENEZUELA
Connectas (*)
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