El Coliseo Medplus fue el escenario elegido para recibir a Eric Prydz, uno de los artistas más emblemáticos de la música electrónica, este 5 de octubre. La fila para entrar al recinto serpenteaba por las afueras del lugar: seguidores ansiosos por vivir la experiencia que prometía 'Holo', el aclamado espectáculo audiovisual.
Conforme a los criterios de
Desde las primeras horas, el ambiente en los alrededores del coliseo emanaba energía: el público, compuesto por una mezcla diversa de jóvenes y otros mayores fanáticos de la música electrónica, vestía con la actitud característica de los grandes festivales: camisetas negras, gafas de sol aunque ya fuera de noche, y una emoción intensa.
En 'Holo', Prydz combina su música con tecnología de vanguardia, proyectando hologramas 3D y luces que crean una experiencia inmersiva y futurista para el público. Estos efectos visuales son sincronizados con su set de música, lo que da lugar a un espectáculo completo y envolvente.
Este concepto, creado en 2018, se ha presentado en festivales de música de gran renombre, como Tomorrowland y Creamfields.
A medida que la multitud ingresaba al coliseo, se podía sentir la emoción. Las luces suaves y los murales de neón guiaban a los asistentes hacia el centro del espectáculo, donde un gigantesco escenario techado ya mostraba destellos de lo que estaba por venir.
Las horas previas al espectáculo estuvieron acompañadas por el DJ bogotano Memek y el caleño Julio Garcés, quienes alternando entre ellos las mezclas en un ‘back-to-back’.
El despliegue de 'Holo'
Cuando por fin llegó el momento más esperado, el reloj marcaba alrededor de las 12:30 a.m. Las luces del recinto se apagaron y, entre aplausos y gritos de emoción, se encendió la primera proyección holográfica.
Una figura tridimensional de luz comenzó a formarse en el aire, una especie de ser luminoso que emergía frente a todos como si rompiera las barreras de la realidad.
En ese instante, Eric Prydz, el hombre detrás de las consolas, lanzó los primeros acordes de 'Pjanoo', uno de sus tracks más icónicos. La combinación fue explosiva.
El público saltaba al unísono, sincronizado con las visuales que ahora mostraban un mar de luces láser que barrían el espacio, como si cada uno de los asistentes fuera absorbido en una dimensión paralela.
Los bajos profundos retumbaban en los cuerpos de los asistentes, mientras las imágenes holográficas seguían creando figuras y paisajes que parecían imposibles. El sonido nítido y las imágenes en 3D crearon una atmósfera de ciencia ficción, donde los límites entre la realidad y la fantasía eran constantemente difusos.
Prydz culminó su set con "Opus". El público estalló en aplausos mientras las últimas figuras de luz se desvanecían en el aire. No había una sola persona en el coliseo que no estuviera completamente entregada al espectáculo.
JUAN DIEGO TORRES
Para EL TIEMPO