El pasado viernes, Venezuela fue testigo de una imagen que no se veía desde hace mucho tiempo, al menos, de manera pública: una bandera de Estados Unidos posaba firme en el despacho 1 del palacio presidencial de Miraflores con motivo de la sorpresiva visita a Caracas de Richard Grenell, enviado especial de Donald Trump para asuntos con Venezuela.
En las imágenes de la televisora estatal, VTV, Nicolás Maduro (quien no es reconocido por EE. UU como presidente legítimo) estrechaba alegremente la mano de Grenell, dando un golpe a la oposición, que espera mayor apoyo de Trump a la causa democrática venezolana.
Y si bien, hasta hoy se conocían pocos detalles de su encuentro con Maduro que rindió frutos, puesto que Grenell logró la liberación inmediata de seis estadounidenses, mientras que Maduro se comprometió a recibir migrantes deportados, entre ellos, miembros de la banda criminal Tren de Aragua, y que además enviaría aviones para traer a su gente.
Grenell habló este lunes en el programa de Megyn Kelly, en Estados Unidos, y relató la experiencia, la cual consideró una de las más importantes de su vida y un “momento culminante” de su carrera.
“No solo recuperamos a los rehenes sin pagar un centavo y sin intercambiar rehenes, lo cual es realmente importante, sino que también logramos que el gobierno venezolano trajera sus aviones a Estados Unidos para llevar a los inmigrantes ilegales en nuestro país de regreso a Venezuela (...) están enviando los aviones y están pagando por ello”, dijo el enviado especial, aunque no se sabe cuándo comenzará la deportación.
Es desgarrador pensar que había dos personas que podrían haber sido liberadas, pero pensaron que, una vez más, esto era solo una farsa del gobierno venezolano. Se negaron a jugar el juego, sin saber, sin darse cuenta de que esto era real
Richard GrenellEnviado especial de Trump
Encarcelados en la oscuridad, así estaban los detenidos en Caracas, según Grenell
Grenell advirtió en sus declaraciones que vio una realidad que él mismo detalló como "impresionante" y fue la forma en la que Venezuela entregó a los estadounidenses, quienes, según contó el enviado especial, estaban encarcelados en la oscuridad.
“Estuvimos en la pista de aterrizaje durante dos horas y media esperando y no sabía si nos los iban a entregar. Esperamos todos en el avión muy nerviosos. Yo estaba nervioso por lo que iba a pasar cuando llegaron los vehículos (...) Vi que los seis estaban en carros individuales y pude ver desde el otro lado de la pista que alguien salió y tenía una capucha negra sobre la cabeza. Y yo me quedé pensando: ‘Este es un estadounidense. Soy un diplomático estadounidense. Tengo a la Fuerza Aérea detrás de mí en un avión de la Fuerza Aérea. Y no podemos quedarnos aquí parados mientras un estadounidense tiene una capucha en la cabeza y está esposado’. Así que caminé hacia allí y a cada uno le estaban quitando la capucha y los grilletes, yo le decía a cada individuo, suban al avión, suban al avión. Soy un diplomático estadounidense. Suban al avión ahora mismo” relató Grenell.
Para el enviado, este fue un momento emotivo y sintió ganas de llorar, sobre todo por la incertidumbre.
Los detalles sobre la liberación y el cambio de detenidos
Ese mismo viernes, Grenell subió una foto a X donde estaban retratados los seis hombres, pero hay un detalle que fue explicado este lunes, y es que dos de los liberados tenían barba y no portaban el uniforme azul con el que Venezuela mantiene a estos prisioneros.
Lo que sucedió fue que estos dos hombres sin afeitar fueron intercambiados en último momento, no estaban en la lista de liberados.
“Lo que terminó sucediendo con el tiempo, y que solo supimos más tarde, fue que el Gobierno venezolano encontró a otros dos estadounidenses para reemplazarlos. No tuvieron tiempo de organizar todo, por lo que están vestidos de civil y no de azul”, explicó el funcionario, y esto se debió a que los otros dos se negaron a bañarse y arreglarse porque en otras oportunidades los habían engañado con que los iban a liberar y justo ese viernes pensaron que era una mentira otra vez.
Grenell añadió en la entrevista “es desgarrador pensar que había dos personas que podrían haber sido liberadas, pero pensaron que, una vez más, esto era solo una farsa del gobierno venezolano. Se negaron a jugar el juego, sin saber, sin darse cuenta de que esto era real”.
Después de esta reunión, Nicolás Maduro ha insistido en el tono relajado y diplomático hacia Trump, reiterando en que Caracas y Washington deben mantener relaciones de paz.
Grenell acotó que hay al menos seis estadounidenses que continúan presos en Venezuela. “Estamos trabajando en eso. Sin duda, volveremos”.
ANA MARÍA RODRÍGUEZ BRAZÓN - CORRESPONSAL EL TIEMPO - CARACAS