De un tiempo para acá, en gran parte producto de la polarización extrema que se vive en el país del norte, las elecciones en Estados Unidos han sido contiendas muy apretadas que se definen por el más estrecho de los márgenes y en un puñado de estados.
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Aun así, de acuerdo con analistas y los resultados de las encuestas, la carrera por la Casa Blanca de este 2024 entre Kamala Harris y Donald Trump bien podrían llegar a ser de las más reñidas de la historia. Quizá, solo comparable al mano a mano que libraron George W. Bush y Al Gore en el año 2000 y que se inclinó en favor del republicano por menos de 600 votos en la Florida.
A escasos 16 días para que se cierren las urnas -en muchos estados ya están sufragando anticipadamente-, Harris y Trump aparecen virtualmente empatados en casi todas los sondeos y mediciones que están sacando las principales firmas encuestadoras del país.
Eso gracias a un ligero repunte de Trump en los llamados estados indecisos o “swing” donde, al parecer, ha logrado cerrar la ligera brecha que tenía Harris desde que ingresó a la campaña presidencial tras el inesperado retiro del presidente Joe Biden.
A nivel nacional y de acuerdo con el promedio de encuestas del portal 538, Harris le sigue sacando al expresidente 2,4 puntos porcentuales (48,5 vs 46,1), pero, como ya se sabe, ese número, que es útil para medir la temperatura del país, no es el relevante a la hora de predecir el nombre del nuevo ocupante de la Casa Blanca. En especial, porque en Estados Unidos gana quien obtenga más votos en el Colegio Electoral (se necesita un mínimo de 270 entre 538 asientos).
Es por esto, que todas las miradas están puestas en un grupo de siete estados, que son los únicos en este ciclo electoral que no están claramente decantados a favor de uno u otro candidato: Míchigan, Pensilvania, Wisconsin, Nevada, Georgia, Arizona y Carolina del Norte.
Hasta hace dos semanas, la vicepresidenta Harris encabezaba los sondeos en por lo menos cuatro de ellos.
En Míchigan y Wisconsin por dos puntos o más, mientras en Pensilvania y Nevada por un punto. Carolina del Norte, un estado que suele favorecer a los republicanos, lucía empatado y Trump solo aparecía ligeramente adelante en Georgia y Arizona, dos estados favorables que perdió sorprendentemente en las elecciones del 2020.
Aunque todos números dentro del margen de error, la tendencia y consistencia en el tiempo de los sondeos favorecía a Harris, que solo con ganar en los tres primeros se quedaba con las llaves de la Oficina Oval.
Pero su liderato se ha evaporado en los últimos días. En los promedios de las encuestas publicadas esta semana hay un empate técnico en Míchigan, Wisconsin, Pensilvania y Nevada (favorables a Harris pero por menos de 0,5) y una ligera ventaja para Trump en Carolina del Norte, Georgia y Arizona (entre uno y dos puntos).
Si bien son números, como en el caso anterior, que también están dentro de los márgenes de error, vienen causando pánico entre los demócratas. No solo porque se trata de un giro pequeño pero consistente hacia Trump -mejoró sus números en los siete- sino porque quedan muy pocos días para tratar de contrarrestar la tendencia.
¿Qué explica el ligero desplome de Kamala Harris en estados claves?
Las explicaciones que se dan al ligero desplome de Harris son de varios tintes. Pero, los expertos coinciden en que los estragos que causaron los huracanes Helene y Milton, al igual que la crisis en Oriente Próximo le dieron una oportunidad a Trump para ripostar con una agresiva campaña hacia lo negativo y que ha estado acompañada con desinformación.
Para añadir a su angustia, un sondeo del New York Times y el Sienna College -también de esta semana- arrojó luces sobre otro problema. De acuerdo con este, Harris ha venido perdiendo apoyo entre los latinos y los afroestadounidenses.
Si bien Harris -y los demócratas- sigue siendo favorita entre ambos, los márgenes de ventaja que hoy tiene son inferiores a los de candidatos pasados. Según la muestra, mientras que Hillary Clinton se llevó el voto del 92 por ciento de los afros y el 68 por ciento de los latinos, y Biden un 90 y 62 por ciento respectivamente, Harris solo obtiene el respaldo del 78 por ciento de afros y el 56 por ciento de hispanos.
Dada la relevancia de estos dos grupos en la coalición demócrata, una caída de esa magnitud el día de las elecciones podría ser fatal.
Adicionalmente, los trasnocha otro dato que podría ser determinante. En las últimas dos elecciones presidenciales donde participó Trump -2016 y 2020- las encuestas se equivocaron al medir el apoyo que tenía en los estados indecisos. En ambos ciclos, a dos semanas de las elecciones, Hillary Clinton y Joe Biden le sacaban hasta tres puntos o más en Míchigan, Wisconsin y Pensilvania.
Pero, cuando los votos terminaron de ser contados no hubo tal. Clinton perdió en los tres -lo que sentenció su derrota-, mientras que Biden los ganó pero por menos de un punto.
En otras palabras, si esa discrepancia se repite, Harris estaría en serios problemas. Y los números a nivel nacional tampoco le ayudan, pues mientras Clinton y Biden le alcanzaron a sacar cinco puntos a Trump, su diferencia actual con el expresidente es la mitad.
Sin embargo, Larry Sabato, director del programa electoral de la Universidad de Virginia -uno de los más prestigiosos del país-, no cree mucho en este argumento.
Se sabía que estas elecciones iban a ser apretadas y que se van a definir por la participación electoral de los partidos y el entusiasmo de los votantes
“Los sondeos que estamos viendo son mucho más precisos que en el pasado, pues tanto expertos como encuestadores aprendimos de los anteriores ciclos electorales y se han tomado medidas para corregir la subvaloración del voto republicano en los estados claves. Es decir, los números que estamos viendo probablemente son mucho más cercanos a la realidad en el terreno”, dice Sabato.
La gente a veces olvida -afirma el analista- que las últimas dos elecciones se definieron por puñados de votos y decimales. Trump le ganó a Clinton por menos de 50.000 votos distribuidos en tres estados y Biden al republicano por la misma cantidad en otros tres.
“Se sabía que estas elecciones iban a ser apretadas y que se van a definir por la participación electoral de los partidos y el entusiasmo de los votantes. El que movilice más gente gana”, sostiene por su parte Jennifer Rubin, analista del Washington Post.
¿Hay un ganador definitivo?
Paralelamente, y a pesar de los pocos días que quedan para las elecciones, cualquier cosa podría pasar.
Las encuestas que apuntan a un repunte de Trump, por ejemplo, corresponden a la semana negra que tuvo Harris por los eventos mencionados. Pero esta, la que está en curso, no ha sido buena para el exmandatario republicano que registró varias salidas en falso.
La más grave durante un "townhall" organizado por Univisión en el que dijo que durante el 6 de enero de 2021 -la violenta toma del Capitolio por parte de sus simpatizantes- no había muerto nadie y que antes había sido un "día de amor".
Tampoco lo está ayudando su idea de que usará el ejército para atacar al "enemigo interno", que en este caso serían sus rivales y otros estadounidenses.
Mientras tanto, Harris -en un esfuerzo por recuperar su liderato- dio múltiples entrevistas que le salieron bien. Particularmente, la que le concedió a la cadena Fox -favorable a Trump- y que aprovechó para resaltar ante ese público lo peligroso que sería una segunda presidencia del republicano.
Si fue suficiente para inclinar la balanza a su favor, nadie lo sabe. Pero, sin duda fue prueba de que esta elección penderá de un hilo hasta el último momento.
SERGIO GÓMEZ MASERI - Corresponsal de EL TIEMPO - Washington