En la iglesia del Espíritu Santo, en Ibagué, Tolima, donde se cumplieron este jueves las exequias de Nury Alexandra Prieto Quintero, sus familiares recordaron con dolor el viacrucis de esta mujer que, seis años atrás, fue víctima de abuso sexual en el baño de su casa y de una golpiza que le propinó quien decía ser su amigo. Quedó en estado vegetativo.
“Nury pasó seis años en estado vegetativo. Fueron tiempos muy difíciles: no hablaba, no caminaba, el cuerpo quedó paralizado, quedó viva, pero lo único que movía eran sus ojos”, afirmó su prima, Mary Cubillos, quien hoy pide una condena por feminicidio agravado para el autor de estos hechos, un hombre de 30 años.
El trágico parteaguas en la vida de esta mujer, que murió esta semana en Ibagué a sus 34 años, sucedió el 29 de diciembre de 2018 en una vivienda del barrio Hipódromo, donde vivía con sus tías Nidia y Nubia Prieto. Allí, fue atacada, abusada y molida a golpes en el baño a manos de su vecino, Anderson Contreras Poveda.
La atención médica, debido a una hipoxia cerebral causada por los golpes y puños, la recibió todo este tiempo en una clínica de cuidados para pacientes crónicos, donde era visitada y acompañada por sus amigos y familiares, que la vieron fallecer el pasado 14 de enero.
“Primero la abusó sexualmente en el baño de la casa y luego la molió a golpes en la cabeza, y la quería matar, pues trató de ahorcarla, siendo salvada por la oportuna intervención de la Policía de Ibagué”, dijo Mary Cubillos.
Nury Alexandra es recordada en el barrio Hipódromo como una excelente profesional. Se graduó como administradora de empresas en la Universidad del Tolima, donde sobresalió por su buen rendimiento y excelentes calificaciones.
“Tenía mucho futuro, soñaba con triunfar y llegar lejos para ayudar a sus padres de origen campesino, quienes la dejaron al cuidado de sus tías en Ibagué”, señalaron sus familiares.
El agresor, Anderson Contreras Poveda, fue capturado en 2019 y hoy paga 21 años de cárcel al ser condenado por feminicidio agravado tentado y acceso carnal violento, lo que ha generado una polémica: tras la muerte de Nury Alexandra, se escuchan voces pidiendo que sea enjuiciado nuevamente, pero en esta oportunidad por feminicidio agravado.
La gobernadora del Tolima, Adriana Magaly Matiz, quien visitó a los familiares en su casa del barrio Hipódromo, afirmó que Nury Alexandra “murió como consecuencia de los daños irreversibles que sufrió en su cuerpo, producto del cruel ataque del que fue víctima a manos de este hombre”.
“Les solicitamos a las autoridades judiciales reabrir el proceso y que se amplíe la condena del atacante, pues se trató de un feminicidio. Su muerte, ocurrida 6 años después, fue derivada de los golpes que sufrió en su vivienda”, agregó la mandataria.
Su prima, Mary Cubillos, la recuerda como una mujer saludable, de buenos hábitos alimenticios y a la que le gustaba hacer deporte diariamente.
“Exigimos justicia, pues su estado vegetativo se derivó del ataque que le propinó Anderson, un hombre que debe ser condenado por feminicidio agravado”, señaló.
Estella Gordillo, presidenta de la Red de Mujeres del Tolima, señaló que los casos de violencia deben ser castigados con dureza.
“La mujer no puede seguir siendo la víctima todos los días, necesitamos que la justicia actúe con fuerza y que sea efectiva en las condenas contra los feminicidas”, dijo y recordó que, el año pasado, al menos ocho mujeres del Tolima murieron a manos de sus compañeros sentimentales.
Luz Nelly Arbeláez, secretaria de la Mujer en el departamento, afirmó que, para combatir este tipo de violencia, se han fortalecido las comisarías de familia en los municipios, y la gobernación adquirió 6 patrullas púrpura para atender de manera inmediata casos de violencia de género.
“En algunos municipios tenemos casas de la mujer con varios programas y ayudas de atención en salud y psicosocial, destinadas a las mujeres que son víctimas de ataques en sus hogares”, dijo la funcionaria.