No la tenían nada fácil los creadores de la película 'El señor de los anillos: La guerra de los Rohirrim' cuando tomaron la decisión de llevar una historia alrededor de universo literario de J. R.R . Tolkien a la gran pantalla y sobre todo, teniendo en cuenta que se iba a tratar de una película animada. Sin embargo, esta aventura épica, violenta y de conflictos familiares funciona bien.
El contexto de las dificultades que enfrentaba la producción cinematográfica, que ya se encuentra en las salas de cine, se plantea ante el tibio recibimiento de la serie El señor de los anillos: los anillos del poder y el recuerdo no tan emocionado de películas como El Hobbit. La trilogía de Peter Jackson de El señor de los anillos, es hasta ahora la más sólida de las adaptaciones, gracias al director Peter Jackson que, cabe decir, es uno de los productores de la nueva aventura de Rohirrim.
Héra vive una transformación como una guerrea de su reino. Foto:Warner Bros.
Con trazos que recuerdan al animé japonés y unos fondos creados a partir de imágenes realistas, la nueva cinta animada implica que el espectador tenga que acostumbrarse a un estilo visual, por momentos, un poco extraño, y en otros impresionante. Tras superar este paso, El señor de los anillos: La guerra de los Rohirrim' se va transformando en una narrativa épica, cercana y, para quienes le rinden culto a Tolkien, un producto respetuoso al imaginario del escritor.
La historia se centra en las tensiones que vive la casa Helm y su monarca Helm Hammerhand, quien tras un desacuerdo con el rey de Dunlenhing, termina dando paso a una tragedia. La venganza brilla en los ojos de Wulf, quien era cercano al reino de Hammerhand y ahora se convierte en su peor enemigo. En ese panorama, aparece Héra, quien carga en sus hombros las consecuencias del conflicto. Ella era amiga de su nuevo antagonista, lo que complica aún más la situación, pero asume el rol de heroína, marcando esa ruta en el largo metraje (pero nunca lento) de la cinta.
Wulf se convierte en el antagonista de la película. Foto:Warner Bros.
Héra debe demostrar que puede defender su reino de la sed de venganza y corrupción de Wulf, un objetivo que el director Kenji Kamiyama sostiene sin complicaciones en un ejercicio que da paso a la acción y a las consabidas batallas con guerreros desaforados y algunas referencias (que es mejor que el espectador descubra por sí mismo) a otras películas de la saga.
“Esta es una película que explora las consecuencias de las decisiones, es completamente acerca de eso y en particular podemos mirar al personaje de Wulf y cómo se va desarrollando, él pierde mucho y se deja llevar por una obsesión”, dice la productora Philippa Boyens, que ya tuvo la experiencia de ser parte de la trilogía cinematográfica de El señor de los Anillos como guionista. Para ella la animación le ofrece una belleza incomparable. Kenji lo hizo parecer sencillo, pero fue un gran reto y Kenji (el director), lo hizo ver espectacular”, recalca Boyens en una charla rápida con EL TIEMPO.
En cierta medida no es diferente al reto que tienes: escribir una buena película, ya sea en acción real o en animada.
La productora también revela que esta experiencia fue importante por el ejercicio de llevar una historia fresca, poderosa y que pudiera capturar la esencia de la saga y el tono que esperarían los seguidores y las nuevas audiencias. “En cierta medida no es diferente al reto que tienes: escribir una buena película, ya sea en acción real o en animada. Bueno, cuando es animada tienes que estar totalmente comprometida con historia, ya que no puedes repetir o volver a grabar una escena y los conflictos que viven los personajes se tienen que reflejar de otras maneras (…). Siento que buscamos conectar con la imaginación de la audiencia y que ella pueda ser parte de un viaje y sentirlo”, agrega Boyens.