El Salado: 25 años de la masacre que Colombia no olvida

hace 1 día 10

El corregimiento de El Salado, en el municipio de El Carmen de Bolívar, todavía lleva las cicatrices de una de las peores masacres de la historia del conflicto armado colombiano.

Entre el 16 y el 21 de febrero del año 2000, cerca de 450 paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), bajo órdenes de Carlos Castaño, ingresaron al pueblo y perpetraron una ola de terror sin precedentes

Durante cinco días, los criminales vestidos de camuflado, asesinaron brutalmente a al menos 67 personas, aunque algunas estimaciones elevan la cifra a más de 100.

La barbarie incluyó torturas, violaciones, el ampalamiento de víctimas y desplazamiento forzado, dejando una herida profunda en la memoria colectiva del país.

Niños y mujeres entre la mayoría de las víctimas.

La violencia como estrategia de control

EL SALADO

En esta región, en esos años, ocurrieron 42 masacres, con un saldo de al menos 354 víctimas fatales. Foto:Vanexa Romero

Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, la masacre de El Salado hizo parte de una escalada de violencia paramilitar entre 1999 y 2001, cuando los grupos de las AUC buscaron consolidar su poder en los Montes de María. Solo en esta región, en esos años, ocurrieron 42 masacres, con un saldo de al menos 354 víctimas fatales.

En El Salado, los paramilitares acusaban a la población de colaborar con la guerrilla de las FARC. Sin pruebas, seleccionaron a sus víctimas al azar y las asesinaron con sevicia.

Los testimonios de los sobrevivientes narran cómo los paramilitares cortaron orejas, empalaron cuerpos y decapitaron personas mientras tocaron gaitas y tambores que habían sacado de la Casa de la Cultura. "Era una fiesta para ellos", recuerdan algunos testigos.

Además de los asesinatos, los paramilitares destruyeron viviendas, hurtaron pertenencias y obligaron a más de 4.000 personas a huir. 

Al final, solo 800 habitantes regresaron años después a intentar reconstruir sus vidas.

Terror y resistencia: los testimonios de los sobrevivientes

Los predios donde se debería haber construido el museo de la memoria de El Salado hoy s elos traga la manigua.

Predios donde debería estar construido el museo de la memoria de El Salado se los traga la manigua. Foto:John Montaño/ EL TIEMPO

Para llegar a El Salado, desde el Carmen de Bolívar, hay que escalar por una carretera que serpentea los Montes de María. El 22 de agosto del 2015 la Campaña No Es Hora de Callar, creada por la periodista Jineth Bedoya, lideró el retorno simbólico de las mujeres a El Salado: ese día, cientos de mujeres caminaron hasta la población. 

Los relatos de quienes vivieron la masacre hoy siguen siendo estremecedores. 

Una mujer, cuya identidad se mantiene en reserva, recuerda cómo los paramilitares atraparon a su hijo mientras intentaba esconderse y lo asesinaron frente a la población. "Lo sacaron y lo llevaron a la placita. Ahí lo mataron. Le cortaron la oreja vivo, le metieron punzones, le golpearon la cara contra el piso hasta desfigurarla y luego le dispararon frente a todos", cuenta.

Otro sobreviviente narra cómo los hombres fueron separados de las mujeres en la cancha de fútbol del pueblo.

"Nos tiraron boca abajo. Apartaron a un joven que intentó escapar en Zambrano y le dijeron que esta vez no lo lograría. Lo torturaron con una bolsa en la cabeza, le cortaron la oreja y lo golpearon brutalmente antes de asesinarlo", recuerda.

Una de las escenas más impactantes que recuerda la comunidad es la de una madre que se abrazó a su hijo para protegerlo. "Si van a matarlo, primero me matan a mí", dijo la mujer. Los paramilitares les dispararon a ambos .

A quienes intentaron huir, el monte les dio refugio. Entre el miedo y el hambre, muchas familias pasaron días escondidas sin agua ni comida.

"Las niñas me decían que tenían hambre y sed, pero yo no tenía nada que darles. Solo le pedía a Dios que no se me murieran", cuenta una madre que logró escapar con sus hijas.

Un pueblo deshabitado y una historia que persiste

EL TIEMPO visitó en febrero de este año el corregimiento de EL Salado para recordar los 20 años de la masacre.

Cementerio de El Salado en el departamento de Bolívar. Foto:John Montaño- EL TIEMPO

Cuando la masacre terminó y los paramilitares abandonaron El Salado, el corregimiento quedó desierto. El miedo y la destrucción hicieron que la mayoría de sus habitantes buscaran refugio en otros lugares. El monte comenzó a tragarse las casas y las calles. Dos años después, cuando algunos decidieron regresar, apenas podían reconocer su propio pueblo.

El comando criminal, al mando de alias 'Amaury', un militar retirado, ingresaron por tres frentes. cercaron la comunidad para cometer la barbarie. 

El largo camino hacia la reparación

Lo que queda del monumento a la víctimas de El Salado, muestra un poco las ruinas de una región olvidada por el estado.

Monumento a la víctimas de El Salado: las ruinas de una región olvidada por el estado. Foto:John Montaño- EL TIEMPO

En 2012 El Salado fue reconocido como sujeto de reparación colectiva. Sin embargo, hasta el 2024, solo se había ejecutado el 40 por ciento de las acciones necesarias para reconstruir el tejido social. Según  la inversión ha superado los 500 millones de pesos, muchas promesas siguen pendientes.

El Estado y la empresa privada (Fundación Semana operó en el pueblo) han trabajado en la reconstrucción de escuelas y centros médicos, pero el daño psicológico y social es difícil de sanar. 

"Nos cansamos de ser desplazados, de vivir debajo de un semáforo. Preferimos volver y enfrentarnos a nuestros propios fantasmas", dice un habitante que decidió regresar.

A pesar de los esfuerzos, la impunidad sigue siendo un obstáculo para la justicia. Si bien algunos exparamilitares han confesado su responsabilidad en la masacre, la complicidad de ciertos sectores de las Fuerzas Armadas sigue siendo un tema espinoso. Los sobrevivientes aún esperan verdad y reparación integral.

El Salado hoy: entre el recuerdo y la esperanza

El Salado, en Carmen de Bolívar, se realizó la proyección del documental que recuerda la masacre de hace 20 años.

Jineth Bedoya, editora de EL TIEMPO durante una visita a El Salado, en Carmen de Bolívar. Foto:Juan Diego Buitrago. EL TIEMPO

A 25 años de la masacre, El Salado intenta salir adelante sin olvidar su pasado. Cada año, los habitantes realizan actos de memoria para honrar a las víctimas y exigir justicia. Sin embargo, el miedo persiste. La violencia en los Montes de María no ha desaparecido del todo, y muchos temen que la historia pueda repetirse.

En un país donde la guerra ha dejado tantas heridas abiertas, El Salado es un recordatorio de lo que nunca debe volver a ocurrir. Pero también es un símbolo de resistencia, de una comunidad que, a pesar del dolor, se niega a ser borrada de la historia.

Entre el 16 y el 22 de febrero del año 2000 ocurrio masacre Foto:EL TIEMPO

John Montaño

Corresponsal de EL TIEMPO

Cartagena

En X: @PilotodeCometas 

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