El impresionante fenómeno de la noche polar, característico de las regiones cercanas al círculo polar ártico, afecta nuevamente al pequeño pueblo de Utqiagvik, ubicado en el extremo norte de Alaska.
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Durante más de dos meses, sus aproximadamente 5000 habitantes vivirán en completa oscuridad, esperando el regreso del Sol, previsto para el 22 de enero de 2025. Este evento, resultado de la inclinación del eje terrestre, provoca que lugares como este permanezcan alejados de la luz solar durante extensos periodos del año.
Utqiagvik y la noche polar: un fenómeno único
Anteriormente conocido como Barrow, este pueblo se encuentra a 530 kilómetros al norte del círculo polar ártico, a una latitud de 71,17 grados. Esta ubicación hace que Utqiagvik experimente uno de los ciclos más prolongados de la noche polar, un fenómeno que comienza a mediados de noviembre y culmina casi a finales de enero.
Este año, el Sol se ocultó el 18 de noviembre a las 13:27 (hora local) y no volverá a salir hasta el 22 de enero a las 13:15. Sin embargo, su reaparición será breve, pues se pondrá nuevamente 48 minutos después.
Aunque la oscuridad es predominante, el cielo ofrece una leve iluminación durante el crepúsculo astronómico y civil, pero esta luz nunca alcanza la intensidad de un día soleado.
A lo largo de estos meses, las temperaturas suelen descender por debajo de los cero grados Celsius, y los habitantes enfrentan condiciones climáticas extremas, como el impacto del vórtice polar estratosférico, que puede influir en el clima del hemisferio norte.
Solsticio de invierno y su relación con el fenómeno
El punto más distante del Sol se alcanzará el 21 de diciembre, durante el solsticio de invierno. Ese día, a las 5:02 (hora del Este), el astro estará 4,7 grados por debajo del horizonte en Utqiagvik, dejando al pueblo sumido en la penumbra total. Este momento marca el periodo más oscuro del año, aunque, a lo largo del tiempo, el pueblo volverá a acercarse lentamente a la luz solar.
Aunque este fenómeno resulta extremo, es importante destacar que Utqiagvik recibe anualmente una cantidad de luz solar similar a la de ciudades como Miami o Moscú. La diferencia radica en la distribución de esta luz: mientras en otras partes del mundo los días y las noches se reparten equitativamente, en el Ártico se alternan largas jornadas de luz continua durante el verano con extensos periodos de oscuridad en el invierno.
El estilo de vida en Utqiagvik
A pesar de la oscuridad prolongada, los habitantes de Utqiagvik desarrollaron un estilo de vida único que les permite sobrellevar estas condiciones extremas. Según el climatólogo Brian Brettschneider, “no es raro escuchar una máquina de cortar el pasto funcionando o chicos jugando afuera a medianoche”.
La noche polar también se convierte en un momento para celebrar la cultura y resiliencia de la comunidad. Aislados por su ubicación y sometidos a temperaturas bajo cero, los habitantes de Utqiagvik demuestran cada año cómo es posible vivir en uno de los entornos más extremos de Estados Unidos, donde la oscuridad no impide la vida, sino que la transforma.
La Nación (Argentina) y O Globo (Brasil) / GDA.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación y O Globo (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.