Viajar es una de las actividades que más le gusta a las personas, su interés por conocer nuevas culturas, personas y religiones, los lleva a emprender una aventura aquellos países y ciudades que suele ser de su atención.
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En algunas ocasiones estos viajes pueden provocar consecuencias, que tal vez no lo tengan en cuenta o no lo sepan y es como el desgaste del ecosistema, las grandes aglomeraciones de individuos en los principales centros turísticos o la contaminación excesiva.
Austria es uno de los países que tiene más extranjeros que habitantes, este se encuentra ubicado en Europa Central, y se caracteriza por su belleza artística y sus grandes infraestructuras y se ha convertido es uno de los mayores atractivos turísticos a nivel mundial, ya que cuenta con 3.6 turista por residente local. Según los estudios dados por ‘Money Transfers’ son 32 millones de visitas al año por lo que 8.9 millones de personas residen allí de manera permanente.
Viena es uno de los mayores atractivos que tiene este país, al cual también se le conoce como la ciudad de la música y cuenta con numerosos espectáculos tradicionales como la filarmónica o la ópera.
Por otro lado, cuenta con grandes obras arquitectónicas que elevan su nivel de atracción como lo es ‘El Palacio Schönbrunn' y ‘El Museo de Historia Natural’.
La capital austriaca no solo se destaca por su cultura, sino por su próspero sistema de transporte público, en el que los residentes solo pagan un euro al día y a su vez el agua del grifo proviene de los Alpes.
Austria se encuentra en el top diez de los países más visitados en el año 2024, según el último ranking realizado por la Organización Mundial de Turismo. Esto ha generado algunas consecuencias serias para el estilo de vida de los habitantes locales tanto así que algunas zonas rurales como Hallstatt, ha recibido numerosas visitas años tras años.
Este lugar es considerado como uno de los pueblos más bonitos de Austria, por su belleza y por haber sido inspiración para la película de Disney ‘Frozen’. Cada día son miles de personas que invaden sus estrechas calles y miradores, saturando el lugar.
Este pueblo cuenta con apenas 700 habitantes, los residentes están agobiados por la gran cantidad de visitantes, y esto lo ha llevado a tomar medidas drásticas, como instalar vallas en los miradores populares, para evitar que los turistas permanezcan mucho tiempo en las áreas más congestionadas.
A pesar de los múltiples intentos por controlar la situación, los habitantes de este pequeño pueblo han realizado manifestaciones en la que piden un control más estricto sobre el número de los turistas permitidos, ya que ha llegado a recibir hasta 10.000 visitantes por día.
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WENDYS PITRE ARIZA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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