Nada se mueve sin publicidad. Pero hay muchos medios, plataformas y redes digitales y la publicidad no alcanza. Entonces, todo será cada vez mas barato y más bajo.
Ya estamos en el 2025 y el rating indica que Yo me llamo gana y le siguen Noticias Caracol, Escupiré sobre sus tumbas, Yo soy Betty la fea, A corazón abierto. Da lo mismo el año que sea, siempre es el mismo “corrientazo”. Y entonces, uno se va a las plataformas y es más de lo mismo: arroz, carne, maduro pero “ejecutivo” porque uno paga y piensa va a saber distinto.
Ante tanto aburrimiento, uno no entiende cómo los gurús hablan, y predican que la televisión en el 2025 será muy interactiva, digital (¡poco se ve de eso!) y que los canales nacionales se dedicarán a producirles a las plataformas (¡eso ya lo hicieron en el 2024!).
Pero sí hay tendencias que marcaran el camino:
Una, que los streamers de YouTube, TikTok e Instagram son el nuevo periodismo haciendo lo mismo de la vieja televisión: eso de estar en directo y parecer humanos... lo cual lleva a que sobren los noticieros y periodistas clásicos por aburridos, solemnes y mentirosos.
Dos, los contenidos hiperpersonalizados, gracias a que la inteligencia artificial y los algoritmos de recomendación llevaron a que cada uno construyó su yo divertido. Lo extraño es que las plataformas brindan cada vez más contenidos de bajo nivel y con gusto masivo, ya que importa es que haya muchos suscriptores y masas para vender a la publicad. Entonces, se busca es la masificación haciendo creer que es “personalizada”: eres masa, manada, pero nos hacen creer que somos únicos y especiales para que consumamos y paguemos más.
La tercera, los deportes en directo. Todo aburre, menos ese gran drama de quién va a ganar y quién va a perder, esos partidos, esos ídolos que nos convocan emocionalmente para vivir la epopeya de la vida.
Por eso los deportistas son nuestros ídolos, ya que logran el capitalismo total con su talento. En el deporte y el fútbol está el drama que necesitamos para la vida diaria. Bueno, en el fútbol colombiano no es para tanto: los jugadores habitan el no espectáculo ese de caerse por todo, perder tiempo, no hacer dos pases con sentido y narrados por gritones sin historias.
Lo de siempre y necesario. Hay algo que no cambia y es feo pero necesario: la publicidad. Promover consumos de marcas, promociones, humo es lo que hace que el capitalismo funcione.
Y eso se evangeliza por la publicidad, que sigue siendo el modo más importante para que los medios existan. Sin publicidad no hay medios, ni redes ni capitalismo. Y por eso la publicidad se mete en todo. Y cada vez es menos sabrosa: un relato sin historia, gusto, estética, respeto.
Pero como ella manda, ahí seguirá por siempre jamás.
¿Mal? Nop. La realidad es que la televisión es eso que gozamos comiendo lo mismo sin pensar.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
orincon61@hotmail.com