'El futuro de la región solo depende de nosotros': entrevista al presidente ejecutivo de BTG Pactual

hace 2 semanas 14

Es descrito como el banco de inversión más grande de América Latina. Se trata de BTG Pactual, una entidad cuya casa matriz se encuentra en Brasil y cuenta con operaciones en Colombia, además de estar presente en varios países latinoamericanos, al igual que en los principales centros financieros mundiales.

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Sus más recientes datos financieros muestran una utilidad cercana a los 1.100 millones de dólares al cierre del primer semestre y activos bajo administración de más de 300.000 millones de dólares. Tal resultado equivale a una rentabilidad patrimonial superior al 22 por ciento, un nivel considerado récord.

Desde mediados de la década pasada, su presidente ejecutivo es Roberto Sallouti, nacido en São Paulo y quien completa treinta años vinculado al conglomerado. La semana pasada, el ejecutivo estuvo en Bogotá y conversó con EL TIEMPO.

La entidad a su cargo muestra resultados financieros muy sólidos, más allá de operar principalmente en una región latinoamericana cuyo desempeño es considerado mediocre. ¿A qué se debe eso?

Nos preciamos de conocer muy bien a la región y entendemos su volatilidad. Entonces contamos con un método de administración de riesgos en el cual apoyamos siempre a nuestros clientes, pero sabemos evaluar el escenario y en lo posible anticiparlo. No siempre nuestra visión y la del cliente coinciden. Eso nos permite ser muy transparentes y constructivos, algo que es clave cuando uno tiene una base amplia de compañías con las que trabaja. Proveemos un servicio con un portafolio variado, que también es apreciado tanto a la hora de prestar recursos como para manejar excesos de liquidez.

BTG Pactual

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Foto:BTG Pactual

¿Qué apreciación tiene de esta parte del mundo?

Las épocas de auge nos duran poco y después volvemos al suelo

Pienso que cuenta con una oportunidad única y aprovecharla depende de nosotros. Para ello deberíamos tomar decisiones importantes en campos como el fiscal. Me explico. Durante la pandemia la expansión de los programas de respaldo social fue algo absolutamente necesario. Ahora que esa emergencia terminó, es hora de contar con fiscos mucho más fuertes, ojalá que permitan generar superávit en los presupuestos públicos y de paso mantener la inflación bajo control, en un punto bajo.

¿Por qué eso es importante?

Porque nos permitiría reducir las tasas de interés actuales, lo cual estimularía el consumo y la inversión. Además, es una manera de protegerse ante las eventuales crisis que aparezcan en el futuro, pues en ese momento será mejor enfrentarlas desde una posición de fortaleza.

¿Le parece que eso está sucediendo?

Lamentablemente no lo veo así. Voy a referirme al caso de Brasil, que es mi país. A lo largo de las últimas tres décadas no hemos podido mantener un crecimiento sostenible, sino que hemos atravesado muchos altibajos. Esa situación fomenta la incertidumbre y hace más difícil el clima de los negocios. Entonces vivimos lo que se conoce en mi tierra como el “vuelo de la gallina”. Las épocas de auge nos duran poco y después volvemos al suelo. Sería mejor algo más constante, cercano a un promedio aceptable, y en ese sentido un requisito indispensable es que el marco fiscal prudente se respete.

¿Dónde está el atractivo adicional de evitar los excesos y mantener la casa en orden?

En que hay una cantidad de dinero inmenso en el mundo que busca lugares adecuados para invertir si hay credibilidad fiscal. China no despierta el entusiasmo de antes, India es muy costoso y a Rusia nadie quiere ir. Recordemos que en esta parte del mundo no existen los riesgos de seguridad que se ven en otros continentes, por lo cual podríamos recibir flujos de capitales considerables si hacemos las cosas de manera responsable. Por eso digo que depende de nosotros. El lío es que no tenemos la voluntad política para hacer lo que se requiere en ese frente.

Presidente ejecutivo de BTG Pactual, Roberto Sallouti.

Presidente ejecutivo de BTG Pactual, Roberto Sallouti.

Foto:BTG Pactual

Ya que menciona la política, el péndulo en la región se mueve de un lado para el otro…

Así es, la polarización extrema en la cual una minoría radical ya sea de izquierda o derecha quiere imponer sus puntos de vista es una realidad que se ve en muchas partes del globo. Cuando a eso se le agrega el populismo, el panorama se complica mucho.

¿Qué caso se le viene a la cabeza?

Basta con observar lo que puede pasar en Estados Unidos. Los dos candidatos muestran su falta de interés en reducir un déficit fiscal que hace unos pocos años resultaba imposible de imaginar por su gran tamaño.

¿Hay motivos para el optimismo?

La importancia económica de aumentar la producción de hidrocarburos es muy grande

Vuelvo a Brasil, en donde tuvimos elecciones regionales hace poco, con una clara victoria no para la derecha, sino para el centroderecha. La clase media urbana busca posturas moderadas y no los extremos. Y los candidatos que se insinúan para suceder a Lula apuntan a esa moderación, más allá de los sesgos que puedan tener, con un énfasis claro en que los fundamentales de la economía sean buenos.

Ya que menciona su país, ¿cómo ve el tema de transición energética y combustibles fósiles?

Tenemos la matriz de generación de electricidad más limpia del mundo, apoyada en hidroeléctricas. Al mismo tiempo entendemos que el petróleo seguirá existiendo y será necesario, no necesariamente para producir gasolina, sino para segmentos como los plásticos. Lo otro es que la importancia económica de aumentar la producción de hidrocarburos es muy grande, pues pasamos de importar a exportar. Sabemos que cualquier transición, para que sea exitosa, debe suceder de manera gradual. Y es mejor hacerla con recursos que sin recursos. Por ejemplo, hay un programa de reforestación descomunal que se podrá sustentar con base en esa riqueza.

A eso se le agrega lo que han hecho en agricultura. ¿Qué consejo nos da si queremos replicar el éxito que han tenido en esa materia?

Pienso que es un asunto de enfocarse en áreas como la investigación aplicada y la infraestructura. Otra consideración es el componente tributario, que es atractivo para las actividades del campo. Entonces, hay que dejar que el sector privado haga su trabajo. Pudimos construir un círculo virtuoso que sigue girando.

Foto:iStock.

¿Qué le dicen los empresarios sobre esta parte del mundo?

Algo que me preocupa. Así las ventas y las utilidades vayan bien, las expectativas no son buenas, con lo cual los planes de inversión se posponen. Los argumentos van desde los permisos hasta la seguridad.

En referencia al entorno, ¿le inquietan propuestas como la de Trump de aumentar los aranceles para proteger la producción estadounidense?

Seguimos invirtiendo y creciendo porque confiamos en las instituciones colombianas

Más que inquietarme me sorprende que en estos tiempos y después de todo lo que hemos aprendido alguien crea que el proteccionismo es la solución de los problemas. Uno se pregunta cuánto de eso es retórico y cuánto puede ser verdad. Pero es cierto que si el candidato republicano gana la presidencia todo apunta hacia impuestos más altos a las importaciones, tributos más bajos, déficits presupuestales mayores y restricciones migratorias. Al final puede lograr un crecimiento más alto, pero con inflación al alza y tasas de interés elevadas. Nada de eso le conviene a América Latina.

¿Son grandes las posibilidades de la economía verde en la región?

Sin duda. Hay muchas maneras de beneficiarse de métodos más sustentables para explotar recursos o generar kilovatios, porque tenemos ventajas comparativas evidentes. La pregunta es si vamos a hacer la tarea necesaria para que las inversiones lleguen.

¿Qué percepción tiene de Colombia?

Están pasando por un ciclo distinto. En lo político experimentan algo nuevo para ustedes, que no es nuevo para la gran mayoría de los latinoamericanos, como es un gobierno de izquierda. A algunos eso les puede causar aprehensión, pero a nosotros no. Seguimos invirtiendo y creciendo porque confiamos en las instituciones colombianas y nuestra visión es de largo plazo. Creemos que en lo que respecta a las decisiones difíciles, el sentido común acabará prevaleciendo. Tampoco se debe menospreciar la reacción de los mercados que con su comportamiento premian o castigan, dependiendo de cómo se hagan las cosas, y eso es algo que obliga a tener buena conducta.

¿Cómo se describiría a sí mismo cuando mira a América Latina?

Estructuralmente entusiasta, aunque algo frustrado al ver que no estamos haciendo la tarea.

RICARDO ÁVILA

Analista sénior

Especial para EL TIEMPO

En X: @ravilapinto

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