Un reciente estudio japonés reveló una relación significativa entre el estrés psicológico y el agravamiento de las alergias cutáneas. La investigación, encabezada por Kenji Takamori y Sachiko Miyake de la Universidad de Juntendo, junto con Hitoshi Urakami y Shin Morizane de la Universidad de Okayama, fue publicada en The Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Según los hallazgos, el estrés afecta negativamente la función de ciertas células inmunitarias, específicamente los macrófagos PD-L2 positivos, que juegan un rol crucial en la eliminación de células muertas en los sitios afectados por alergias. Esta disfunción contribuye a un aumento en los síntomas de las alergias cutáneas.
"Este estudio es el primero en el mundo que demuestra que el estrés, a través del sistema nervioso simpático, altera la función de los macrófagos, que normalmente ayudan a suprimir las reacciones alérgicas, intensificando así las respuestas alérgicas", señaló el doctor Yoshikawa, miembro del equipo investigador.
Para alcanzar estos resultados, los científicos utilizaron un modelo de ratón denominado IgE-CAI, en el que la inyección de IgE causó una inflamación persistente del oído. Los investigadores identificaron la intervención del tejido neural en este modelo y analizaron cómo el estrés psicológico influye en la expresión genética de los macrófagos, afectando la eferocitosis — el proceso de eliminación de células muertas.
La investigación también reveló que la acumulación de células muertas en las áreas lesionadas incrementa la infiltración de eosinófilos, empeorando la respuesta alérgica. Este efecto es exacerbado por la disminución en la actividad del receptor Beta 2-adrenérgico (Adrb2) en los macrófagos, afectado por el estrés.
"Nuestros hallazgos sugieren que el impacto del estrés psicológico en las células inmunitarias es duradero y puede afectar incluso a los macrófagos que se diferencian más tarde. Este fenómeno, conocido como memoria del estrés, implica que el estrés severo deja una huella duradera en las células inmunitarias, que influye en su función y contribuye al desarrollo de enfermedades", explicó el doctor.
Finalmente, el estudio descubrió que la acumulación de células muertas induce la expresión de la proteína CCL24, que recluta eosinófilos y empeora las alergias cutáneas. Sin embargo, la administración de un inhibidor de caspasa-1 mostró reducir efectivamente la hinchazón y la infiltración de eosinófilos en el modelo de estudio, lo que sugiere que este enfoque podría ofrecer una nueva vía para el tratamiento de las alergias cutáneas.
Este estudio no solo subraya el impacto del estrés en las reacciones inflamatorias alérgicas sino que también abre la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo el estrés podría agravar otras enfermedades mediadas por los macrófagos antiinflamatorios.
Europa Press
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Europa Press, y contó con la revisión de la periodista y un editor.