Adaptar un clásico a la realidad de un país tan complejo como Colombia nunca es fácil. Menos lo es prometer comedia, crítica, sátira y la exposición de una problemática y hacer reir a un auditorio de 120 personas, pero ellos lo lograron.
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El colectivo Micelio, conformado por jóvenes de múltiples regiones del país se propusieron llevar a las tablas la obra de Moliére "El enfermo imaginario". Bajo la dirección de Bernardo García, actor y director que ha aparecido en producciones como Francisco el matemático y Amar y vivir, estos actores buscan representar una crítica mediante la comedia y el reflejo social que presenta la obra homónima.
Una obra interactiva y una crítica divertida
Con el humor como el eje central de la obra, las relaciones entre los colombianos y la salud son reflejadas en una divertida puesta en escena que busca conectar con el público, no solo a través de la actuación, sino de su inclusión en el escenario.
Los personajes de la obra son Argan, Antoñita, Angélica, Melonte, la señora Laforí, Tomas Laforí, Liza y Bernardo. Cada uno de ellos personifica una faceta humana donde el amor se vuelve también la columna vertebral de los conflictos.
Argan Isidro, el protagonista, es un personaje hipocondríaco que busca preservar su salud pero, a la vez, se entregó a la idea de la muerte. Según él, está enfermo de gravedad, pero mientras se entrega al final, intenta emparejar a su hija con un médico que lo pueda cuidar en sus últimos días.
Los personajes, que provienen de regiones que los actores que los interpretan conocen muy bien, reflejan la multiculturalidad propia de un ambiente bogotano. Antoñita, especialmente, actúa como un catalizador entre las personalidades de todos con una actitud extrovertida que la pone casi al nivel de un espectador que interviene en todo lo que pasa cuando se abre el telón.
"El enfermo imaginario mantiene la esencia cómica y crítica de Molière, mientras que la revitaliza con un enfoque fresco y actual, haciéndola imprescindible para las audiencias de hoy", menciona la sinopsis de la obra.
Por momentos, los personajes rompen la cuarta pared e interactúan directamente con los asistentes a la obra y con el equipo de producción que se incluye dentro del guion para lograr una inmersión que lleve a la risa. "La comedia permite burlarse del espectador", menciona Camilo Zambrano, el actor protagonista de la historia.
Para Micelio, el colectivo de jóvenes, la intención detrás de la obra es la diversión y el amor por un arte que apenas están terminando de estudiar y que buscan ejecutar para, a través de este, llevar un mensaje a los espectadores.
Todos los personajes tienen su momento principal dentro de la obra que, bajo la dirección de un experimentado artista, logra cumplir con su propósito. Esta es la primera propuesta de Micelio y de los ocho actores que lo conforman y que buscan empezar a labrar su camino en la industria.
La obra estará en temporada desde el 3 al 18 de octubre en el teatro estudio La Quinta Porra.