El crimen que modificó la ciencia forense hace 100 años y terminó con un condenado a la horca

hace 4 meses 18

En 1935, el tranquilo pueblo de Moffat, en Escocia, se convirtió en el epicentro de un impactante caso que marcó un antes y un después en la ciencia forense.

En un arroyo ubicado bajo un puente, las autoridades descubrieron 70 fragmentos de cuerpos humanos, incluyendo dos cabezas, un fémur y diversas secciones de carne y piel. Los restos, claramente desmembrados con la intención de impedir su identificación, mostraban un nivel de violencia inquietante: los dedos habían sido amputados, los dientes extraídos y los rostros desfigurados.

El hallazgo conmocionó a la sociedad de la época, pero también impulsó a los investigadores a explorar nuevas herramientas científicas para resolver el caso. En lugar de resignarse a la falta de pruebas tradicionales, recurrieron a métodos revolucionarios para identificar a las víctimas y reconstruir lo ocurrido.

Crimen

El caso Ruxton, impulsado por avances científicos, sentó un precedente en investigaciones forenses. Foto:Universidad de Edimburgo

Un juicio histórico impulsado por avances científicos

Los restos fueron vinculados con la desaparición de Isabella Ruxton y Mary Rogerson, esposa y niñera del médico Buck Ruxton, un profesional respetado de Lancaster, Inglaterra. 

La investigación, encabezada por el renombrado forense Sir Sydney Smith, introdujo técnicas inéditas en la época, como el análisis microbiano para establecer el tiempo transcurrido desde las muertes y la comparación de radiografías antiguas con los cráneos recuperados. Este fue el primer caso en el que se aplicaron estas herramientas para resolver un crimen, sentando un precedente en la investigación criminal.

Las pruebas científicas demostraron ser decisivas. Según el veredicto, Buck Ruxton cometió los asesinatos motivado por “celos y violencia doméstica”. El juicio, que captó la atención de todo el Reino Unido, terminó con una condena a la horca para el acusado, marcando un hito en el uso de la ciencia para lograr justicia.

Police hold back sightseers outside Strangeways gaol, Manchester, before the execution of Dr Buck Ruxton for the murder of his wife and her maid. Ruxton was executed by hangman Albert Pierrepoint. May 12, 1936 (Getty via @MENnewsdesk). pic.twitter.com/7A6vIi0gws

— Brian Groom (@GroomB) April 18, 2024

Un legado que trasciende las décadas

El caso Ruxton no solo resolvió un brutal doble homicidio, sino que transformó por completo la ciencia forense. Los métodos innovadores empleados permitieron avanzar hacia investigaciones más precisas, alejándose de la dependencia exclusiva en pruebas físicas o testimoniales. Este crimen se convirtió en el ejemplo de cómo la ciencia podía ser una herramienta poderosa para enfrentar la violencia.

Años después, los restos de las víctimas resurgieron en los archivos de la Universidad de Glasgow, reabriendo discusiones sobre los dilemas éticos en torno a la conservación de evidencia humana. Este caso, recordado como “el primer crimen moderno”, continúa siendo un referente histórico y un recordatorio de cómo la ética y la ciencia deben avanzar de la mano.

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El Universal (México) / GDA

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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