‘El Chocó vale la pena hasta el límite de la vida misma’: Nubia Córdoba

hace 3 días 19

Es una de las gobernadoras más jóvenes del país y también una de las más ‘paradas’. No teme cantarles a los violentos la verdad, a pesar de que han atentado contra su vida, pero tampoco le tiembla la voz cuando debe decirle al presidente Gustavo Petro que lo que vive el Chocó en materia de inseguridad es una de las crisis más graves a las que se ha enfrentado ese departamento.

Es mujer. Es abogada. Es una líder afro y hace parte de una clase política preparada, técnica pero socialmente sensible y empática. La historia de vida de la actual gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, resulta inspiradora para las jóvenes de su región y por eso es una de “las 40 de menos de 40” en esta edición.

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Nubia Carolina Córdoba. Foto:Gobernación del Chocó.

Siendo una niña, perdiste a tu padre. ¿Qué fue lo que pasó?

Bueno, mi padre (Darío Córdoba) y su vida me han resultado muy inspiradores. La mitad me ha tocado prácticamente reconstruirla a partir de historias, de recuerdos que cada vez están más diluidos. Falleció cuando yo tenía 13 años. Han pasado 21 años desde eso. Murió en un accidente aéreo. Lo acababan de elegir representante a la Cámara, un espacio por el que había luchado mucho. Mi padre sacó a todos los que iban en esa avioneta y, al final, fue el único que falleció. Él se pagó sus estudios como atleta olímpico, siempre con beca deportiva porque era atleta de 100 y 200 metros planos.

Son de esas cosas que lo impactan a uno para siempre…

Yo tenía una de dos alternativas, José Manuel: o cogerle mucho rencor, porque los políticos normalmente hacen un gran sacrificio en sus casas, entonces de por sí un padre político implicaba muchas ausencias y por andar en eso fue que murió, o tomarlo como una inspiración, un ejemplo, y creo que mi papá me enseñó que el Chocó sí vale la pena, vale la pena hasta el límite de la vida. Cualquier sacrificio yo creo que sí vale la pena por este departamento.

¿Y qué hay de la vida de tu mamá?

Pues, fue la que estuvo sosteniendo el hogar. Yo soy su única hija. Ella, con mucho esfuerzo, renunció a la carrera política, que también tenía, por criarme. Mi mamá había sido la única mujer elegida por cinco períodos consecutivos como diputada de la Asamblea Departamental. Obviamente le habría correspondido avanzar más, pero muchas veces la política y, sobre todo para las mujeres, tiene unos riesgos de unas exigencias financieras personales que hacen que a veces una mujer tenga que optar por su familia. Mi madre optó por mí y por darme todas las oportunidades que pudo al punto de que yo estudié en Bogotá, en la Universidad Externado. Era mi sueño. Solo me presenté a esa universidad. Quería ser abogada, quería estudiar allí.

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La gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba. Foto:@NubiaCarolinaCC

La política te corre por las venas y creciste viendo a tus padres y familiares ejerciéndola, pero ¿tuviste alguna duda de seguirles los pasos? Mejor dicho, si no hubiera sido la política, ¿a qué te habrías dedicado?

De hecho, ya tenía una dedicación anterior a otra cosa que no era la política. Resulta que yo efectivamente soy abogada, pero en un área del derecho un poco rara: no soy ni penalista ni de derecho comercial ni civil. Soy experta en derechos étnicos y en modelos de desarrollo con enfoque diferencial. Así que cuando comencé la vida laboral, me vinculé con la cooperación internacional y del tercer sector, para poder trabajar con comunidades étnicas, sobre todo comunidades afrocolombianas en todo el país. Así que sí, lo pensé, pero entendiendo siempre, no solamente desde el ejemplo, sino desde la realidad del departamento del Chocó, que la política electoral también es una herramienta de servicio, me decidí a servir por este lado.

Ganaste la Gobernación del Chocó, pero antes habías intentado ir al Congreso y no tuviste éxito. ¿Aprenden algo los políticos cuando se queman?, ¿te quedaron lecciones de ese momento?

Ja, ja. Sí, claro, pero por supuesto. La quemada arde. Eso duele terriblemente. Yo aún más joven, tenía creo que 26 años, me presento a la escogencia del Partido Liberal del departamento del Chocó para ser candidata. Resulta que cuando se trata de listas pequeñas, el espacio de la mujer es prácticamente una obligación, un relleno y pues yo me presenté y siento que tenían definido quiénes esperaban que ganaran, pero pues ahí dimos una sorpresa. Eso es como dicen en los reinados, el ‘palo’. Yo logré quedar de segunda, pero no pasé la cifra repartidora. Perdí, en efecto, pero me di cuenta de que el proceso hace el camino y seguí adelante.

Dije comenzando que haces parte de esa camada de dirigentes formados que están llegando a las regiones…

A uno como académico le da mucho miedo entrar al ejecutivo, te lo cuento, porque eso lo pensé mucho. Tienes unas condiciones en que no hay manera que tú no termines con cientos de auditorías y todos los años tienen que hacer las investigaciones. Incluso tú tienes oposición y esa oposición se encarga de presentar a veces las denuncias y uno piensa: ¿qué más tiene uno sino su nombre? Y me parecía realmente un riesgo, pero luego me di cuenta de que el ejecutivo es el mejor escenario para lograr las transformaciones de un territorio como este.

Nubia Carolina Córdoba, gobernadora electa del Chocó.

Nubia Carolina Córdoba, gobernadora electa del Chocó. Foto:Redes sociales (X)

Y finalmente llegaste, no a la Cámara, pero sí a un cargo más ejecutivo, como ser la gobernadora del Chocó…

Hoy tengo 34 años. Arranqué en esto para ser gobernadora con 32. Me elegí con 33. Y bueno, me gana un solo gobernador como el más joven del país que es Nicolás Gallardo, de San Andrés. Ahí le dije: “Hermano, me está quitando el puesto”. Je, je. Pero bueno, yo me presenté, la verdad, en un escenario complicado y, sin embargo, son muchas las cosas buenas. Creemos tanto en la educación, pero tanto tanto, porque entendemos que es la única manera de liberarnos de las nuevas cadenas que ya no son la esclavitud, pero sí son la pobreza y el atraso, que acá, por ejemplo, tenemos la mayor cantidad de doctores per cápita en un departamento.

Me fui a hablar en las montañas con las comunidades indígenas. Entré a lugares de la selva, de los ríos más profundos del Darién, donde, hay que decirlo, no lo recibe a uno ningún miembro de la Fuerza Pública, sino un actor armado. Pero aun así, no dejé de coger mi bote, ponerme las botas y caminar por trochas para poder llegar hasta el último rincón, aprovechando la energía de joven, para dar el mensaje, para dar el discurso, para hablar directamente con la comunidad. Yo tenía las apuestas en contra, pero al final lo logré.

Te han disparado, literalmente. Te amenazan. ¿Sientes miedo?

Sí, sí. Como me dijo alguien: “El miedo es democrático”. Todos lo sentimos. Puede que uno diga que no, pero lo siente. A todo el mundo le toca su poquitico. Siento miedo muchas veces cuando tomo una embarcación. Siento mucho miedo cuando tomo un avión y me acuerdo de mi papá. Pero me sobrepongo porque hay que cumplir el deber. Este es mi trabajo y mi obligación. El valor se estructura, justamente, por efecto de la vocación.

Nubia Córdoba, gobernadora del Chocó

Nubia Córdoba, gobernadora del Chocó Foto:Redes sociales

Ser joven y tener que manejar una situación tan compleja como la que vive tu departamento hoy, ¿es una ventaja o una desventaja?

Para esto realmente se requiere un desgaste emocional, un desgaste físico, un nivel de trabajo muy profundo, y no es porque las personas mayores no lo tengan, sino porque ciertamente esto va pasando factura. Yo creo que es una ventaja por la posibilidad de tener una apertura de la mente, de las ideas; por la posibilidad de encontrar salidas, de encontrar alianzas. A veces los jóvenes estamos mucho más dispuestos a adaptarnos, a innovar, a tomar riesgos, pero con trabajo en equipo y de verdad tener la posibilidad de ser, lo más que se pueda, sinérgico.

¿Qué es lo que pone más feliz a la gobernadora del Chocó y qué la hace llorar?

José Manuel, yo me pongo muy feliz cuando logramos llegar a los territorios con algo que la gente no tenía. Encontrar el significado de la vida casi nunca está en las cosas grandes, sino en las pequeñas. A veces llegamos a algunos territorios y vemos la alegría de la gente tan genuina, la gratitud tan honesta que eso me genera una inmensa emoción. Y llorar, mmm, yo la mayoría de las veces lloro por rabia. Y la rabia en este trabajo viene más de la frustración. Entonces, a veces quieres hacer más. A veces te encuentras con las manos atadas, a veces los recursos no te alcanzan. Eso me hace llorar.

Dime la verdad, ¿quisieras ser alguna vez presidenta de Colombia?

Yo se lo digo, igualito: cuando perdí las elecciones a la Cámara no tenía idea de que podía ser gobernadora del Chocó. Hoy que estoy ejerciendo con devoción mi cargo para ser gobernadora, no sé si pudiera ser presidenta de la República, pero lo que sí sé es que cuando he tenido que servirle a mi territorio con entereza y entrega, lo he hecho, y que si mañana está la posibilidad de servirle a la patria a través de algo tan grande como la posibilidad del servicio desde la Presidencia, también estaría lista para asumir ese reto. Ahora estoy concentrada en esto, pero sí creo que es el momento de empezar a pensar en que las mujeres que han estado históricamente al servicio del país pueden también ocupar el cargo de Presidenta.

Nubia Córdoba, gobernadora del Chocó

Nubia Córdoba, gobernadora del Chocó Foto:Redes sociales

Y la última: al presidente Petro, a quien has tenido que reclamarle enfáticamente por la seguridad de tu región, ¿qué le dices hoy?

Lo mismo que he dicho, no solamente como vicepresidenta de la Federación de Departamentos, sino también como gobernante de los chocoanos: tenemos claridad sobre el diagnóstico, tenemos claridad sobre cuáles son las razones por las que se está acrecentando esta crisis humanitaria, tenemos manera de trabajar, pero necesitamos hacerlo en equipo. Nos ha costado mucho porque han existido muchos cambios, porque no han podido concretar los compromisos que se han establecido con los ciudadanos, incluso con los mandatarios locales que son los alcaldes. Entonces, al Presidente le hemos reiterado: aquí estamos con las manos extendidas, pero necesitamos el apoyo de la Nación. Lo que tenemos que hacer es ejecutarlas. Y la ejecución requiere una ruta clara.

JOSÉ MANUEL ACEVEDO - ESPECIAL PARA EL TIEMPO

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