El campo colombiano aún espera las lluvias que se pronosticaban para el trimestre de julio a septiembre y que ahora de acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales llegarán entre octubre y diciembre.
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Los incendios forestales en Cundinamarca, Bogotá y Tolima llaman la atención de las autoridades locales de misma manera que lo hace Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación, FAO, que señala que el cambio en el fenómeno de La niña amenaza la seguridad alimentaria.
La FAO ha pedido que se desarrolle un plan con acciones esenciales de anticipación y respuestas tempranas para actuar ante las amenazas y así “salvaguardar los medios de vida de las zonas rurales de alto riesgo y así ayudar a las comunidades agrícolas vulnerables para mitigar los efectos negativos sobre la agricultura y la producción de alimentos”, detalló.
El fenómeno de La Niña se esperaba para la segunda mitad del año según las previsiones de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, esto después de que el Fenómeno de El Niño Impactará a más de 60 millones de personas con severas sequías.
Lo que está pasando en el campo colombiano
De acuerdo con Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, como el cambio climático ha demostrado la situación se ha hecho menos predecible y hasta los pronósticos han cambiado no solo en Colombia sino en el mundo, así que no se ha logrado tener una veracidad que se requiere para hacer planes en el campo.
“Viendo lo que nos paso con El Niño y ahora con la no llegada de La Niña, estamos en ascuas, sobre todo los productores de alimentos del país. El problema con las lluvias es que hay que ver que tanto se demora en entrar el régimen de lluvias para poder tener claro la afectación que se genera. Actualmente hay temperaturas muy altas en ciertas zonas y en otras una mayor disponibilidad de recursos hídricos, pero pensando en los ciclos de producción de los cultivos todavía no se sabe que productos y que zonas tendrían un mayor impacto”, explicó.
Para Bedoya una de las ventajas que tiene Colombia es que la producción de los alimentos se da en en diversas zonas del territorio, lo que ofrece un tipo de reserva.
“Vemos que hay temperaturas muy altas en el Valle del Cauca, faltan lluvias en Cundinamarca y Boyacá, pero hay que empezar a hacer el monitoreo, ver la calidad de los productos en las plazas mayoristas, la menor oferta y así tendremos una radiografía de la afectación”, agregó.
El directivo expusó que los productores se prepararon para la temporada seca y ya hay algunas angustias.
“Aún no hemos visto que la producción esté en peligro, pero eso ocurre porque la resilencia del sector y el campo aún se mantiene, pero esto es algo que puede cambiar rápidamente. La cuestión, por ejemplo, es que también confluirán varios factores, la demanda de alimentos para el mes de diciembre es mayor por el cierre del año y hasta febrero- marzo es que empieza la reactivación. También los ciclos de producción tienen una oferta permanente y las alzas que se han dado en el sector porcicola, en pollos y huevos, esperaría uno que no tengan una alteración mayor si llega a faltar agua estos meses. En el caso de los cultivos de ciclo corto, que son de cuatro a seis meses el impacto solo se vería en el primer semestre del 2025, mientras que en los permanentes hay que ver si la situación se prolonga”, detalló.
Según aseveró Bedoya, el campo colombiano había hecho cuentas con los pronósticos que hubo al inicio del año, se habló y se buscó darle foco al seguro agropecuario, “pero ahora estamos en el otro extremo con esta sequía porque puede no haber una buena calidad en frutas y tubérculos. En enero y julio el costo de los insumos tenía una reducción del 8 por ciento y el clima del 2023 no fue tan grave para los productos de reino animal como: la avicultura, porcicultura, acuicultura y algo de ganadería. Pero en el caso de la papa la situación fue contraria y hay que tener en cuenta que los recientes bloqueos hicieron que los precios de la comida subieran un 115 por ciento, así que no imaginamos que puede pasar con las lluvias”.