Muchas personas crecieron con la idea cultural de romantizar comportamientos tóxicos y violentos, bajo la premisa de que el amor es una fuerza tan grande y poderosa que puede transformar lo que sea, que incluso puede mover montañas.
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Sin embargo, puede que el pensamiento esté un poco alejado de la realidad. El psicólogo y psicoterapeuta humanista Alejandro García Alamán aseguró que la etapa de la “luna de miel” no es eterna, solo es una de las primeras facetas que atraviesan los individuos cuando se inicia una relación de pareja.
Según el especialista, las personas se enamoran, forman un sistema que alimentan juntos con ideas, costumbres y formas de pensar, para adaptar un estilo de vida funcional en pareja.
No obstante, esto tiene varios matices que no siempre terminan con un final feliz. Laia Sabaté, profesional en psicología, compartió un video en su cuenta personal de TikTok, en el que expone la realidad del amor y cómo este no lo puede todo.
Los desafíos que enfrenta una pareja no solo se solucionan pensando que se aman; la conexión detrás del sentimiento no es suficiente si existen diferencias personales u objetivos de vida que difieren entre ambos.
El amor no es el único pilar que sostiene la relación
“El amor es superimportante y es el ingrediente principal, pero cuando lo demás no va por el mismo camino, no es sano que el amor sostenga la relación”, explicó la psicóloga en sus redes sociales.
La terapeuta explicó que el quererse no significa compartir los mismos ideales y sueños, siendo muchas veces este el motivo por el cual las parejas se separan, aunque haya mucho amor en sus corazones.
Michel Foucault aseguró que el cambio es necesario para adaptarse a los procesos de la vida, no se puede definir una personalidad o un solo pensamiento que dure eternamente: “No me pregunten quién soy, ni me pidan que siga siendo el mismo”.
La premisa es respaldada por los argumentos de la especialista, que explicó sobre los cambios naturales en las prioridades y objetivos personales. Iniciar una relación con pensamientos e ideas en común no es garantía para asegurar que en el futuro los planes de ambos vayan a coincidir.
Es normal que con el pasar del tiempo las parejas descubran un bache en su relación respecto a la alineación de sus metas en los distintos ámbitos de sus vidas por separado. Al final, existe la posibilidad de que ya no quieran lo mismo, aunque se amen mucho.
“Es muy probable que este tipo de parejas se quieran mucho más cuando llevan diez años juntos, pero por mucho que se quieran quizá ya no buscan lo mismo que el día 1″, concluyó.
JOHAN STEVEN GUERRERO
EQUIPO ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO