El aburrimiento divertido / Columna El otro lado, de Ómar Rincón

hace 1 mes 14

Comemos lo mismo casi siempre; vemos una y otra vez las mismas películas o telenovelas o series; gozamos, bailamos y cantamos las mismas canciones… Hacemos más o menos lo mismo todo el tiempo y la pasamos fenomenal. Sin embargo, los gurús viven vendiendo el humo de innovar, experimentar, imaginar. A los normales nos gusta divertirnos con lo mismo. ¿Aburridos? No. Gocetas de pasarla bien con lo mismo y sus pequeñas variaciones. Esto se evidencia en el consumo de medios y redes digitales. Vemos, leemos, escuchamos, navegamos lo mismo en infinitas formas. Y no es por los algoritmos, es porque nos gusta esos sabores y placeres conocidos.

En el mundo de la tele es mucho más evidente. Vemos el mismo concurso de música, cocina o correr todos los años y a la misma hora; repetimos las telenovelas en plataformas y canales de aire; las novedades son las segundas o terceras temporadas de lo que ya vimos.

Veamos la cartelera de estas semanas en orden de rating: Yo me llamo (décima temporada): 11.4; Noticias Caracol 7 p.m.: 7.9; Nuevo Rico, Nuevo Pobre (segunda parte): 7.8; La Casa De Los Famosos (Segunda Temporada): 5.2; Noticias Caracol 12:30: 4.9; Darío Gómez, El Rey Del Despecho: 4.9; Loquito Por Ti (Repetición): 4.3; La Rosa De Guadalupe: 3.9.

Lo único original es Darío Gómez y ya fue presentada por Amazon Prime. Obvio, menos del 5 por ciento de colombianos tienen ese servicio. En RCN está mal programada porque le tocó ese ritual de la Grisales erizada y los cantantes llorones que siempre gana.

Los noticieros son más de lo mismo. Si quitaran la fecha de emisión daría lo mismo. Uribe evade la justicia; Petro con un tuit busca carroña; los políticos salen a decir pendejadas; las ciudades son muy inseguras, la policía es inepta, sin embargo, Char, Galán y Fico son geniales porque pagan publireportajes millonarios; James y Juanfer son el gol; la farándula es mirarse el ombligo de cada canal.

Los concursos si les quitamos la fecha es exactamente el mismo ritual. Yo me llamo es sobre las peleas de la genial Amparito, sobre los modos como colombianos con talento con el apoyo de su familia enternecen con sus melodramas y las canciones son siempre en lo muy colombiano: despecho, balada, ranchera y guasca. Y Lo de los chefs no es de comida sino de pobres figuras que se creen vedettes y farándulos intentando sobrevivir con sus miserias ya que cada vez hay menos trabajo. Las repeticiones son el rosario de cada noche: bien sea Loquito por ti o el milagro de la rosa o la risa de Betty. Y la nueva que es vieja es Nuevo Rico, Nuevo Pobre que es una gran trama, la de El príncipe y el mendigo de Mark Twain escrita en 1881 y ambientada en 1547.

El único comentario posible es que la original es drama profundo, la versión colombiana es cuenta chistes sobre el mal gusto de los pobres y la torpeza de los ricos.

Ómar Rincón

Crítico de televisión

orincon61@hotmail.

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