Seguramente de pequeño escuchó las historias de personas conocidas que se atrevían a jugar ‘Bloody Mary’ frente al espejo por un largo tiempo, llegando a sentirse bastante incómodos al finalizar.
Este increíble fenómeno es conocido como el efecto Troxler, una ilusión óptica que se produce al dejar la mirada fija en un solo lugar, que evita que los estímulos externos sean procesados por las neuronas sensoriales.
De hecho, un estudio publicado en la revista ‘Perceptions’, realizado por el Dr. Giovani Caputo de la Universidad de Urbino (Italia), evidenció que después de que 50 estudiantes se colocaran frente a un espejo, bajo una luz tenue y se miraran por al menos 10 minutos, notaron cosas aterradoras.
De acuerdo con los resultados, el 66 por ciento de las personas observaron distintos tipos de deformaciones inusuales en su cara, mientras que el 48 por ciento del grupo dicen haber visto seres fantásticos del otro lado del cristal.
Por su parte, un 28 por ciento restante de los participantes aseguran que pudieron ver el rostro de alguna persona desconocida en lugar del suyo.
Las consecuencias del efecto Troxler. Foto:iStock
¿Cómo es posible esto?
La ilusión óptica que se presenta frente al espejo se encarga de acelerar la adaptación visual de los ojos al obligarlos a mantenerse mirando un punto fijo, lo que impide que llegue algún tipo de información nueva a las células retinianas.
En ese sentido, el efecto Troxler genera que los estímulos que están alrededor de usted no sean tomados en cuenta por su cerebro, por lo que estos al pasar los minutos tienden a desvanecerse o desaparecer.
Según el Dr. Caputo, los resultados de su experimento lo llevaron a concluir que el cerebro de las personas entre en un estado disociativo que lo lleva a sentirse aislado de la realidad.
Lo que quiere decir que las neuronas sensoriales aprenden a ignorar los estímulos periféricos, habituándose así a aquellos que no cambian.
Algo que tiende a ser común en el día a día, ya que el cerebro solo se concentra en las cosas que considera vitales, por eso normalmente usted no piensa en su respiración o en el tacto de la ropa con su piel, a menos de que lo haga de forma consciente.
¿Cómo funciona nuestro cerebro? | El Tiempo
STEPHANY GUZMÁN AYALA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL