De acuerdo con la revista económica británica The Economist, "la economía estadounidense ha dejado a otros países ricos en el polvo", y el uso de fracking para la explotación de petróleo y de gas natural es una de las razones que le ha permitido a la superpotencia consolidar la fortaleza de la economía y tomar más distancia con relación a las otras naciones desarrolladas.
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Según The Economist, ese fortalecimiento de la economía de los Estados Unidos continuará. En un informe titulado "La envidia del mundo", junto al fenómeno del fracking, se analiza cómo la productividad estadounidense sigue siendo líder en el mundo, por qué sus bolsas de valores reinan con supremacía, y por qué no hay posibilidad a la vista de que el yuan, la moneda de China, llegue a desplazar al dólar. Igualmente se pregunta si el precio que se paga por acelerar el crecimiento es una mayor desigualdad.
El reporte específico sobre fracking se titula "La revolución de los esquistos ayudó a hacer grande a la economía de Estados Unidos". La publicación apunta cómo la extracción de los hidrocarburos de esquistos se lleva a cabo en formaciones de este tipo de rocas en varias zonas del país. Los esquistos son rocas porosas y en sus resquicios se alojan reservas de hidrocarburos. La manera de aprovecharlos es fracturándolas para que se libere el recurso.
Hay yacimientos de este tipo al norte de Pennsylvania, o en Montana y Dakota del Norte, con la formación Bakken, o en Texas y Nuevo México, en la cuenca Permian.
En esta última hay presencia de Ecopetrol, asociado con Oxy, pero la estatal colombiana podría terminar saliendo si no se renueva el contrato que se vence en marzo del año entrante.
Hay quienes temen que no se renueve esa presencia, luego de que Ecopetrol se echó para atrás después de que se había llegado a decir que iba a comprar la parte de Oxy. Tras la intervención del presidente Gustavo Petro, unos miembros de la junta directiva llevaron a que se cambiara la decisión.
La revolución de los esquistos fue posible, explica The Economist, luego de que durante la segunda mitad del siglo XX se comenzaran a buscar técnicas para fracturar las rocas en el subsuelo (fracking) y, además, perforar en sentido horizontal.
Estados Unidos, por encima de Arabia Saudita
El éxito de esas técnicas fue tal, que Estados Unidos llegó a ser el principal productor de hidrocarburos del mundo por encima de la gigante Arabia Saudita. The Economist señala que luego de ser históricamente un gran importador de hidrocarburos, la necesidad de conseguir combustibles en el exterior comenzó a ceder desde el 2008. Para el 2014, la producción adicional de ese país terminó derrumbando los precios del petróleo, que habían llegado a estar muy por encima de los 100 dólares el barril, y ese proceso se prolongó de manera que para enero del 2016 el barril llegó a mínimos de 28 dólares.
Para el 2019 por primera vez en más de medio siglo, Estados Unidos estuvo exportando más de lo que importó.
Ese desplome afectó a países como Colombia, y llevó a una profunda transformación de Ecopetrol que en medio de los momentos difíciles logró convertirse en una compañía mucho más eficiente para tener, luego de la tormenta, los resultados financieros record que se vieron durante el 2022. Sin embargo, pese a cierta estabilidad en los precios del crudo, esos resultados ya han venido quedando atrás.
Entre tanto, Estados Unidos, “para el 2019 -dice The Economist- por primera vez en más de medio siglo, estuvo exportando más de lo que importó”. El año pasado, sigue, tuvo un superávit en energía de 65.000 millones de dólares.
En Colombia se avanzaba en los estudios que debían llevar a las pruebas piloto, pero con el cambio de gobierno en el 2022, se cancelaron y se detuvieron los avances para aprovechar esas reservas de su subsuelo, especialmente de gas.
Mientras Colombia aplicaba el freno no solo para ir por los esquistos sino al sector en general, en Argentina se avanzaba en el aprovechamiento del enorme yacimiento de Vaca Muerta, donde con el fracking se está llegando a una producción que es más de la mitad que la de toda Colombia. De hecho, la producción total argentina ya supera a la de Colombia, de unos 780.000 barriles diarios, y el año entrante estaría 100.000 barriles por encima.
Por su parte, Estados Unidos extrae unos 13 millones de barriles diarios de petróleo, y 3.000 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, apunta el informe de The Economist.
Sobre el gas, que es más difícil de exportar, la publicación británica dice que la mayor producción ha permitido bajar los precios domésticos de la energía, “liberando efectivo para más consumo e inversión”.
La revista cita una investigación del Banco de la Reserva Federal de Dallas que encontró que entre 2010 y 2015 el auge energético le aportó 1 por ciento adicional al producto interno bruto, es decir alrededor de una décima parte del crecimiento económico en ese lapso, y ese empujón se debe estar manteniendo.
De acuerdo con el medio, Estados Unidos también ha recibido mayor estabilidad macroeconómica, pues en el pasado estaba muy expuesto a los bruscos vaivenes de los precios internacionales de los hidrocarburos.
Así, con el inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania, Rusia interrumpió el suministro de gas natural a Europa, lo que disparó los precios. Estados Unidos, no sufrió ese choque, y aunque los precios subieron, lo hicieron en alrededor de una cuarta parte del incremento que experimentó Europa.
El efecto del fracking en el medio ambiente
Frente a las controversias sobre los impactos del uso de la fracturación, The Economist dice que en la actualidad esas técnicas extraen petróleo o gas con poco uso de energía, lo que significa que las emisiones directas terminan siendo relativamente bajas.
De esta forma, el fracking ha facilitado la transición de carbón a gas natural, es decir, ha contribuido a reducir las emisiones de carbono.
Sinembargo, los observadores advierten que el hecho de que haya abundancia de gas puede convertirse en una trampa que frene la innovación en energías renovables.
Por ejemplo, Estados Unidos ha quedado relegado a un segundo lugar, detrás de China en producción de carros eléctricos, paneles solares, molinos de viento o baterías.
Ante este hecho, el gobierno estadounidense ha promovido una ley de subsidios e incentivos tributarios tanto para quienes produzcan tecnologías renovables como para consumidores que las compren. La revista cita un cálculo del banco Goldman Sachs según el cual, esta legislación podrá canalizar 300.000 millones de dólares al año hasta el 2032 para las energías renovables, y duplicar la energía que ahora procede de los esquistos.