Un verdadero drama humanitario se está viviendo en el Líbano tras las sucesivas jornada de ataques del ejército israelí contra el movimiento Hezbolá que están provocando no solo la migración masiva de miles de personas hacia Siria, sino también el desplazamiento interno de otros miles en busca de zonas que no se conviertan en objetivo militar.
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Los seis pasos fronterizos oficiales entre el Líbano y Siria se han abarrotado de largas filas de vehículos con personas que intentan huir de los bombardeos israelíes. De acuerdo con cifras de este jueves de la unidad de gestión de catástrofes, unos 16.000 libaneses y 15.600 sirios han cruzado en los últimos dos días con rumbo hacia zonas de la frontera.
Antes solían bombardear un punto o dos, pero ahora son como bombardeos indiscriminados contra niños, contra civiles y casas por todas partes. Tenemos una vecina que está desaparecida, ¡toda su familia murió y ella aún está desaparecida!
La historia se repite otra vez con la tragedia de miles de refugiados que huyen de los intensos ataques israelíes contra diversas regiones del Líbano, y que se aglomeran en el cruce fronterizo de Yeideh Yabus, el paso más directo entre Beirut y Damasco, donde se evocan las imágenes de la guerra de 2006.
Es el drama de los miles de sirios que huyeron de la propia guerra civil en su territorio y ahora tienen que volver a buscar un lugar seguro en su país de origen.
Más de medio millar de centros como escuelas y centros comunitarios acogen ya a 70.100 personas que en los últimos días han huido de una campaña de ataques israelíes sin precedentes, principalmente desde la región meridional. Es el caso de una anciana albergada en una escuela junto a su hija y dos de sus nietos. La mujer, que como casi todos prefiere no revelar su nombre, reconoce que no esperaba salir con vida del infierno que estalló en su aldea el pasado martes.
“Antes solían bombardear un punto o dos, pero ahora son como bombardeos indiscriminados contra niños, contra civiles y casas por todas partes. Tenemos una vecina que está desaparecida, ¡toda su familia murió y ella aún está desaparecida!”, exclamó en declaraciones. “La destrucción es inimaginable”, sentenció.
El testimonio corrobora los reclamos de la Organización de Naciones Unidas y de algunos países miembros de la comunidad internacional que reclaman a Israel por el elevado número de muertos civiles que sus operaciones están provocando, el mismo reclamo que se les hizo, y que fue desoído, a las fuerzas de Degensa de Israel en el conflicto en Gaza contra el movimiento palestino Hamás.
Omar Yadalá, que gestiona una empresa de taxis que opera a ambos lados de la frontera, contó que ahora sus choferes “no pueden esperar largas horas en la cola” para entrar a Siria y por eso, “dejan a las familias en la calle para que gestionen sus asuntos en la frontera para poder regresar y traer otras tandas de personas del Líbano, donde un gran número espera la salvación”.
Rechazan tregua
Entre tanto, el refugiado Abas al Maula contó vía telefónica su historia de estas últimas horas, en las que llevó a su esposa e hijos de Baalbek, donde cayeron bombas israelíes, a Beirut, y ahora está llevando a su hermana y a su madre al puesto de control sirio. “Lo que vimos fue aterrador, familias enteras han sido asesinadas. Era una escena miserable”, añadió.
Todo eso ocurre justo cuando el ejército israelí bombardeó por cuarto día consecutivo bastiones de Hezbolá tras realizar unos 115 ataques aéreos causando la muerte de al menos 92 personas y dejando unos 153 heridos en diferentes puntos del sur, el este y la capital del Líbano.
Además, las autoridades informaron la muerte del jefe de la unidad de drones de milicia proiraní, Mohamed Srur, tras un ataque en un suburbio sur de Beirut.
Por su parte, el ejército afirmó que este jueves unos 45 proyectiles fueron disparados contra territorio israelí desde Líbano, de los cuales algunos fueron interceptados y otros cayeron en zonas deshabitadas.
Ante la escalada, que amenaza con arrastrar a toda la región a la guerra, Estados Unidos, Francia y otros aliados, incluidos países árabes, lanzaron un llamado conjunto para un alto el fuego de 21 días, a fin de “dar una oportunidad a la diplomacia”. Pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que sus tropas seguirán combatiendo a Hezbolá “con toda la fuerza necesaria”. La campaña de ataques de Israel ha dejado desde el lunes alrededor de 700 muertos, un número de víctimas sin precedentes desde la guerra civil libanesa (1975-1990).
*Con AFP y Efe