La Defensoría del Pueblo advirtió los riesgos que implica la rápida expansión de la banda criminal Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) en el sur del Cesar, donde, según la entidad, se registró una confrontación armada entre el Frente Ferney Antonio López Polo del Bloque Nelson Darío Hurtado Simanca del Clan del Golfo y una estructura denominada Frente Resistencia Campesina, perteneciente a las (ACSN).
“Las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN), sucesoras del Frente Resistencia Tayrona (FRT), han expandido su presencia fuera de su nicho histórico en la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Aunque tradicionalmente han operado entre Ciénaga (Magdalena) y Dibulla (La Guajira), la confrontación con el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) ha impulsado su incursión en nuevas áreas, incluyendo el sur del Cesar. Esto no deja de ser sorprendente”, explicó la entidad.
Amenazas de Bandas criminales Foto:Archivo particular
Las primeras informaciones sobre la presencia de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) en el sur del Cesar, provienen de un vídeo oficial difundido por la propia organización en septiembre de 2024, en el que, aludiendo a su confrontación con el EGC, señalaban que su presencia se dilataba hasta Pailitas (sur del Cesar).
De acuerdo a las fuentes consultadas por la Defensoría, la presencia de las ACSN en el sur del Cesar es una expresión de la alianza consumada con estructuras armadas locales que, procurando mantener su independencia, se negaron a quedar subordinadas al EGC en procura de unir fuerzas para enfrentar el avance del EGC que, desdoblándose desde el norte del Cesar y el sur de Bolívar, busca configurar una gobernanza criminal en el sur del Cesar, con la mira puesta en incursionar en el Catatumbo.
Hechos violentos en el sur del Cesar
amenazas de grupos criminales Foto:Archivo particular
Entre los hechos que evidencia la presencia de estos grupos en el sur del Cesar, se destaca la presunta confrontación del pasado 2 de abril en las veredas Los Ángeles y Los Pantanos, corregimiento de Montecitos, jurisdicción de Río de Oro (sur del Cesar) donde el Frente Ferney Antonio López Polo del Bloque Nelson Darío Hurtado Simanca del EGC y una estructura de las ACSN se enfrentaron violentamente, dejando múltiples víctimas.
“Las autoridades han venido realizando las investigaciones correspondientes para precisar la presunta confrontación entre estos grupos. En una comisión de verificación que se hizo con la Defensoría del Pueblo, Naciones Unidas y la Personería de Río de Oro, sobre los hechos del pasado 2 de abril, se evidenció la muerte de cinco personas. Se presume que es una problemática que se estaría generando por la lucha de territorios de estos grupos armados al margen de la ley”, detalló Camila Flórez, Personera de Río de Oro.
Entre los violentos acontecimientos, la Defensoría también resalta que el 7 de mayo de 2025, en el sector ‘La Pajuila’, entre San Martín y San Alberto, habitantes encontraron el cuerpo sin vida de Daniel de Jesús Flórez Peña, de 20 años de edad, natural de Santa Marta, quien presentaba heridas de arma de fuego. Días antes, el 16 de abril de este año, en San Martín, fue capturado alias ‘El Enano’, señalado de ser el presunto comandante de las estructuras de las ACSN en el sur del Cesar.
“En San Martín han ocurrido varias muertes violentas. En San Alberto repartieron pasquines en varios sectores de esta localidad, donde intimidan a varias personas. Es una situación que mantiene a la población en un estado constante de incertidumbre”, comentó un líder de la región.
Luís Trejo, profesor de la universidad del Norte de Barranquilla e investigador del conflicto amado, sostiene que lo preocupante de la situación es que la confrontación entre estos grupos armados podría escalar a una confrontación entre tres, debido a la presencia del ELN en la zona.
Las consecuencias humanitarias y sociales de estos enfrentamientos incrementan los flagelos de extorsión y el secuestro en la región del Cesar, ya que estos grupos necesitan financiar sus estructuras.
“Esto también genera el incremento del reclutamiento de niños y jóvenes por parte de estos grupos armados para fortalecer sus filas en la lucha contra sus adversarios; y una escalada de violencia que pone en riesgo a la población civil. A medida que los enfrentamientos se intensifican, también crece la amenaza del desplazamiento forzado y la victimización de la comunidad, agravando aún más la crisis en la región”, destacó Trejo.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para EL TIEMPO
Valledupar