Durante toda la vida, los más grandes gurús del ‘análisis’ de fútbol, así como todos sus imitadores y quienes aspiraban a ser los nuevos genios del comentario, defendieron a los entrenadores por sobre los directivos (ya fuesen los dueños o los presidentes) en lo que para todos ellos era una frontera inviolable: la del armado de la nómina y la elaboración de las formaciones. Autonomía técnica, rezaban.
¡Ay, Dios, de que un presidente le dijera a un entrenador que le contrataba a fulano en cambio de mengano o que pusiera en la titular a zutano por perencejo! Era un escándalo en el que se repetían una y otra vez las palabras ‘imposición’, ‘irrespeto’ y ‘manoseo’, acompañadas siempre del calificativo ‘inaceptable’.
Efraín Juárez, DT de Nacional. Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Que el entrenador hiciera su lista de necesidades en los puestos que consideraba, incluso poniendo los nombres de tres opciones de jugadores para contratar, de mayor a menor, era lo natural.
Y, obvio, también molían a palos a los directivos que terminaban contratando a las terceras opciones o, incluso, a un cuarto distinto “por no dar las herramientas requeridas por el entrenador para desarrollar su idea de juego”, o con un discurso muy, pero muy parecido.
Efraín Juárez. Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Y cuando eso pasaba, también era un escándalo en el que se repetían una y otra vez las palabras ‘imposición’, ‘irrespeto’ y ‘manoseo’ con el calificativo ‘inadmisible’.
La renuncia de Juárez
La semana pasada, Efraín Juárez renunció de manera sorpresiva a la dirección técnica del Atlético Nacional porque los directivos –la gerencia deportiva también es un cargo directivo– contrataron sin aparente consulta los fichajes, según se supo.
Juárez, en una publicación en su cuenta de X, se limitó a decir que “cuenten la verdad” y, luego, que “ojalá hubiera habido una mejor comunicación”.
Efraín Juárez. Foto:Jáiver Nieto / EL TIEMPO
Por una parte, el presidente del equipo, Sebastián Arango, leyó un comunicado en el que dijo: “Las personas que se integran a nuestra institución, tanto en el ámbito deportivo como administrativo, deben compartir una misma visión (...). Quienes forman parte de este proyecto están totalmente alineados con esta filosofía institucional".
Ahora, los más grandes gurús del ‘análisis’ de fútbol, así como todos sus imitadores y quienes aspiran a ser los nuevos genios del comentario, acabaron a palos al técnico. Lo trataron de “desagradecido” porque cuando llegó a Nacional, en agosto del año pasado, pues era un desconocido que nunca había sido entrenador principal.
Le dijeron hasta bruto. Que ha debido aguantarse y seguir porque era casi un favor lo que hacía Nacional por él. Vayan viendo...
Atlético Nacional. Foto:Jaiver Nieto / El Tiempo
Injerencia de directivos
De los escándalos del pasado –incluso del pasado reciente– por la supuesta injerencia indebida de los directivos sobre cualquier técnico en una situación similar, ahora se habla de “defensa de la institucionalidad”, de “respeto por el proyecto”, de “obediencia natural”.
Increíble: de la autonomía de los técnicos, a la defensa directiva. Como camaleones...
Es claro que los equipos son de los dueños y tienen presidentes y directivos que antes, ahora y después le dirán al DT que contraten a mengano y que pongan a zutano por fulano.
Como también es claro que hay muchos DT que, con su cuerda de agentes, elevan contrataciones como cometas de larga cola. Eso ha pasado, pasa y pasará. Pero ya se sabe que las veletas apuntan dependiendo del viento que más sople. “¡Cómo nos cambia la vida!”, cantaba aquel soldado liberado...
Meluk le cuenta
GABRIEL MELUK
Editor de DEPORTES
@MelukLeCuenta