En Colombia, ciertas marcas de helados son sinónimo de tradición: Mimos, Popsy, incluso Crepes & Waffles. Son fáciles de encontrar en la mayoría de las grandes ciudades del país y recuerdan la infancia o el toque dulce de cualquier celebración en casa.
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Y, por supuesto, hay que calmar el antojo de un rico helado con estas marcas, pero si se considera un amante de este producto frío y único, debería animarse a buscar y probar nuevas alternativas diferentes a las conocidas que pueden saciar su capricho de este postre, incluso ofrecerle algo diferente.
Por ejemplo, en Bogotá hay varios emprendedores que se han animado a hacer sus propias creaciones, a pensar en sabores, preparaciones y técnicas que los caractericen e impulsen a que la gente los busque con el interés de probar o de volver a comer ese helado exclusivo que ofrecen estas marcas. Aquí le damos cuatro opciones de heladerías en la capital que debe de conocer.
1. Orso
Un helado llevó a otro. Así se podría resumir la historia de por qué Mateo Sangiovanni se animó a viajar a Italia en 2007 a aprender a hacer este producto. Además, sus raíces lo llamaban. Su familia es de Orsomarso, un pueblo de Calabria, y de ahí el nombre de su heladería, Orso, que en italiano significa oso. Por eso el logotipo de la marca es este animal.
El primer local lo montó en 2015 en Chapinero Alto (que hoy conserva) con producción in sitú, aplicando todas las técnicas de la gelatería italiana y usando ingredientes frescos y naturales. En la actualidad ya son cinco locales en Bogotá y uno en Chía.
En Orso se pueden encontrar desde los sabores clásicos italianos (stracciatella, yogurt con amarena, súper pistacho) hasta innovaciones que poco se ven en Bogotá: caramel cookie dough, arequipe salado, salted caramel brownie, chocolate rock y torta de cumpleaños. También si los visita, pregunte por el sabor de temporada. En la carta, además de helados, encuentra cinco opciones de malteadas con los sabores únicos de Orso o tiene la opción de crear su propia malteada.
Ubicación
- Bogotá: Cll 66 #4a-08; Cll 177 #6a-60; Cra 9 #81a-19; Cra 11a #93-94; Cra 24 #39b-56
- Chía: Centro Comercial Fontanar
2. Clemente
Sebastián Sánchez tuvo desde siempre la idea de montar una heladería. Él llegó a Colombia desde Argentina en 2007 para dar unos cursos en la academia Gato Dumas y desde entonces se quedó en el país.
En 2020, en plena pandemia, vio la oportunidad de hacer realidad su sueño, al que se unió su amigo Santiago Zapata. El nombre viene del lugar donde vacacionaban sus abuelos maternos en los años 40, San Clemente del Tuyú. La marca alude al verano playero de esa cuidad de la provincia de Buenos Aires y de las playas italianas: sombrillas, rayas y mucho color.
Clemente es la heladería de barrio, tal como se encuentra en Argentina, y por eso sus ubicaciones no son tan céntricas como en otros locales. El producto es muy cuidado, su elaboración es artesanal, usando técnicas tradicionales y materias primas naturales, sin saborizantes.
Es un helado cremoso, elástico y que no enfría el paladar. Los sabores se dividen en sorbetos a base de agua y 70 por ciento de pulpa de fruta, y las cremas, a base de leche, entre los que se encuentran pistacho, maracuyá, Lorenza, flan con dulce de leche, banana split, dulce de leche San Ignacio, mousse de chocolate y más diferentes sabores. El 19 de noviembre estrena local en la calle 94 n.º 13-94.
Ubicación:
- Cl. 56 n.º 30-50
- Cl. 75 n.º 13-07.
3. Selva Nevada
Esta heladería nació hace 10 años de la mano de los hermanos Alejandro y Catalina Álvarez, quienes trabajando en el sector público en la parte del agro se dieron cuenta de la necesidad que había de traer los productos rurales a las grandes ciudades para comercializarlos.
Además de esta premisa, Selva Nevada se creó pensando en exaltar la biodiversidad del país y los sabores de sus 30 helados resaltan eso. Por eso el nombre es una unión de los ecosistemas que protegen, como la selva, y la característica del helado, lo frío, lo nevado. Este modelo de negocio trabaja con una red de apoyo en 10 comunidades de diferentes partes del país, que acogen a 500 familias comprometidas con la conservación y reforestación. Esta década se ha traducido en más de 10.000 hectáreas conservadas.
Comer helado en Selva Nevada es probar la biodiversidad del país y ayudar a su preservación. Helados de camu camu, un fruto amazónico rico en vitamina C; asaí; arazá, chocolate y marañón; guáimaro con nibs de cacao, una semilla del bosque seco tropical; corozo; gulupa; guayaba agria; mambe, entre otros sabores. La vainilla es vainilla pura, proveniente de Bahía Solano y por eso su color no es blanco puro, sino con notas negras. Además de helados, en Selva Negra puede conseguir pulpas o infusiones de estos frutos para probarlos en otras presentaciones.
Ubicación:
- Centro Cultural Gabriel García Márquez
- Cl. 11 #5-60
- Carrera 24 #59-35
- Cr. 5 # 57-15
- Cl. 85 #12-55
- Diagonal 20 A No. 0-54
4. Unión Libre
Unión Libre es una heladería y cafetería que reafirma la libertad en la unión de sabores y combinaciones, como la de un buen café con un helado. En 2015 abrió este local en Usaquén, siendo el único de Bogotá, lo que lo convierte en un lugar exclusivo.
En Unión Libre también buscan celebrar y destacar las frutas endémicas que se encuentran en Colombia, desde la región Costa Caribe, pasando por lo Andes, hasta la Amazonia, y, para conservar sus sabores, todos los helados frutales son preparados a base de agua.
Para un día bien caluroso en Bogotá, están los sabores playeros de níspero, zapote, corozo y mango de azúcar, traído de Gaira, Santa Marta, recogido directamente del árbol, sin que el fruto caiga al piso. También hay de frambuesa de Villapinzón, lulo y maracuyá. Y de la zona Amazónica ofrecen los sabores de arazá, copoazú, açaí y mambe, provenientes del Guaviare.
Un compromiso de marca de Unión Libre es comprar sus materias primas directamente a productores locales o cooperativas que apoyan a los pequeños campesinos. Además de los helados a base de agua, cuentan con opciones a base de leche, una de cabra que compran a un aprisco de Guasca y que endulzan con panela, también hay de pistacho y avellanas, hechos a partir del fruto seco, sin saborizantes; o el de vainilla, que se hace con la vainilla pura. Para diciembre, tendrán su sabor de temporada de queso azul con nueces y caramelo.
Ubicación:
- Cra6 #17750