Crisis en Oriente Medio: ¿por qué Israel lanzó una incursión terrestre en el sur de Líbano y cómo podrían responder Hezbolá e Irán?

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"Hasta la semana pasada, Israel y Hezbolá habían estado caminando sobre una delgada línea entre una guerra a gran escala y un patrón calculado de ataques y respuestas". Con esas palabras describe Hanin Ghaddar, investigadora del Washington Institute, lo que venía ocurriendo entre ambos actores desde hace casi un año, cuando el grupo chií libanés abrió un frente de batalla con Israel en la frontera norte en respaldo al movimiento islamista palestino Hamás.

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Pero este lunes (martes en la madrugada hora del Líbano) esa delgada línea de ataques entre ambos actores terminó de romperse, cuando Israel puso en marcha lo que denominó una incursión terrestre "limitada, localizada y específica" en la frontera del sur del Líbano con el propósito de atacar objetivos e infraestructuras de Hezbolá.

Los detalles o el alcance de la operación terrestre aún se desconocen. El escueto comunicado del Ejército de Israel asegura que la incursión se lleva a cabo en aldeas cercanas a la frontera norte que "representan una amenaza inmediata para las comunidades en el norte de Israel". 

Se sabe, además, que la operación está apoyada por la fuerza aérea y la artillería israelí y que existe "un plan metódico para el que los soldados se entrenaron y prepararon durante los últimos meses", según el comunicado.

Proyectiles de artillería israelíes alcanzan zonas del sur del Líbano.

Proyectiles de artillería israelíes alcanzan zonas del sur del Líbano.

Foto:EFE

Pero la operación no tomó por sorpresa a nadie. Además de las declaraciones de los funcionarios de Israel que afirmaron repetidamente en los últimos días que la incursión terrestre estaba sobre la mesa –o la información que este mismo lunes circuló por la prensa estadounidense de que Washington daba por hecho que la operación sobre el terreno "era inminente"–, el ingreso de las tropas de Israel a Líbano estuvo precedida por una serie de golpes a Hezbolá que pusieron en evidencia que el foco de la guerra ya no era la Franja de Gaza sino el enemigo en territorio libanés.

El primer golpe fue una operación de inteligencia, no reconocida por Israel, que llevó a la explosión de miles de bíperes y walkie-talkies que usaban los integrantes de Hezbolá. Unas explosiones que dejaron casi 40 muertos y más de 3.000 heridos a lo largo y ancho del Líbano y que dejaron fuertemente afectadas las comunicaciones del grupo chií.

Lo que vino después, el 23 de septiembre, fue el inicio de una campaña de intensos bombardeos de Israel contra el sur y el este del Líbano, y contra los suburbios de Beirut, en una operación que ya deja más de 1.000 muertos y hasta un millón de desplazados, según las estimaciones del primer ministro libanés, Najib Mikati.

La estocada definitiva contra el movimiento proiraní ocurrió el pasado viernes, cuando el Ejército del país hebreo acabó con la vida de Hassan Nasrallah, máximo jefe de Hezbolá desde 1992, una baja con la que Israel diezmó por completo la cúpula de la milicia.

Carteles de Hassan Nasrallah, difunto líder del grupo libanés Hezbolá.

Carteles de Hassan Nasrallah, difunto líder del grupo libanés Hezbolá.

Foto:AFP

"Hezbolá ha lanzado alrededor de 8.800 misiles y drones contra el norte del territorio israelí. Ha ocasionado muertes, hay cerca de 100.000 ciudadanos de Israel que habitan ordinariamente en esta zona del norte del país que han tenido que ser desplazados. En medio de esta constante lluvia y bombardeo de cohetes desde el Líbano, las condiciones para virar la atención y las capacidades operativas de las fuerzas de seguridad de Israel hacia esa amenaza estaban dadas", explica Janiel Melamed, doctor en Seguridad Internacional y profesor del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte (Barranquilla), sobre las razones por las que Israel se concentra ahora en el Líbano.

Con la incursión terrestre, según Melamed, Israel parece apostarle a atacar las zonas donde no tiene certeza de haber podido neutralizar los misiles, armas y explosivos que Hezbolá dispara contra el norte de Israel.

En ello coincide Thomas S. Warrick, analista del Atlantic Council, que menciona que el objetivo de la operación es "neutralizar la capacidad de Hezbolá de lanzar cohetes y misiles de corto alcance al norte de Israel para que decenas de miles de israelíes puedan regresar a sus hogares".

"Esta campaña tendrá el objetivo de destruir las instalaciones militares y los depósitos de armas de Hezbolá al sur del río Litani. Israel espera un alto el fuego después del cual Hezbolá no devuelva sus fuerzas cerca de la frontera y los ataques con cohetes y misiles cesen. Israel podría entonces retirar sus fuerzas terrestres", explica.

Proyectiles de artillería israelíes alcanzan el sur del Líbano.

Proyectiles de artillería israelíes alcanzan el sur del Líbano.

Foto:EFE

¿Cómo podría responder Hezbolá a la incursión terrestre?

Ahora, la decisión de la trayectoria del conflicto en Oriente Medio parece estar en el bando de Hezbolá, que debe determinar cómo responderá a los recientes golpes de Israel contra su cúpula y cómo actúa ante la incursión de las tropas en territorio libanés.

Un análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS por sus siglas en inglés) considera que Hezbolá podría llevar a cabo ataques guerrilleros, probablemente utilizando su "extensa red de túneles y posiciones defensivas bien preparadas cerca de la frontera israelí".

También podría responder con ataques transfronterizos aunque lo que parece más certero es que recurra a su arsenal de misiles y cohetes -se estima que tiene entre 120.000 y 200.000- buscando abrumar el sistema de defensa de Israel. En el escenario más extremo, el CSIS cree que "Hezbolá podría llevar a cabo ataques terroristas internacionales contra objetivos israelíes en todo el mundo".

Y es que William F. Wechsler, del programa para Oriente Medio del Atlantic Council, asegura que aún si Hezbolá ha sufrido golpes significativos en las últimas semanas en su cadena de mando, sus comunicaciones o su arsenal, sigue siendo una fuerza armada poderosa que representa un desafío para el país hebreo.

"A pesar de los éxitos militares israelíes, es seguro asumir que Hezbolá todavía posee más de cien mil cohetes y misiles tierra-tierra, junto con un arsenal de drones. Si se utilizan en conjunto, son suficientes para abrumar la Cúpula de Hierro de Israel y poner en peligro los centros de población israelíes", explica.

Beirut (Lebanon), 22/09/2024.- Hezbollah fighters attend the funeral of commanders of Hezbollah Ibrahim Akil and Mahmoud Hamad, who died in an Israeli strike on 20 September, in Beirut, Lebanon, 22 September 2024. At least forty-five people, including Hezbollah commander Ibrahim Akil, were killed and dozens injured in an attack which targeted the southern suburb of Beirut, according to the Lebanese Ministry of Health update on 22 September, as removal of the rubble continues for the third consecutive day. The Israeli military stated on 20 September that it conducted a 'targeted strike' in Beirut, claiming that the 'Hezbollah Commanders we eliminated today' had been planning attacks on northern areas of Israel. (Líbano, Hizbulá/Hezbolá) EFE/EPA/WAEL HAMZEH

Combatientes de Hezbolá.

Foto:EFE

Bilal Y. Saab, del Programa para Oriente Medio y el Norte de África del Chatam House, también señala que "es precisamente en el campo terrestre donde Hezbolá podría tener la ventaja".

"Hezbolá conoce mejor el terreno y está entrenado para luchar con bastante eficacia. Las montañas y los valles del sur del Líbano no son los barrios de Gaza. Es cierto que el ejército israelí aprendió lecciones de la lucha de 2006, pero también lo hizo Hezbolá", señala.

Hezbolá conoce mejor el terreno y está entrenado para luchar con bastante eficacia. Las montañas y los valles del sur del Líbano no son los barrios de Gaza

En ello coincide Joost Hiltermann, director del programa para Oriente Medio del International Crisis Group, que enlista diferencias notables entre lo que ha sido enfrentar a Hamás en Gaza y lo que sería enfrentar a Hezbolá en Líbano.

“Hezbolá dispone de un arsenal militar mucho mayor. Cuenta con el apoyo de Irán y está en un territorio que es muy montañoso, donde es más fácil esconder armas. Hamás en Gaza tiene que confiar sólo en los túneles. Sin embargo, hemos visto que Israel no ha sido capaz de derrotar a Hamás en Gaza después de un año de lucha. Entonces, ¿cuánto más difícil puede ser derrotar a Hezbolá en el Líbano”, señala.

Una columna de humo se eleva durante el bombardeo israelí en la aldea de Khiam en el sur del Líbano, cerca de la frontera con Israel, el 23 de junio de 2024, en medio de tensiones transfronterizas.

Una columna de humo se eleva durante el bombardeo israelí en la aldea de Khiam en el sur del Líbano.

Foto:AFP

David Schenker, investigador del Washington Institute, recuerda además que "Israel ha tenido varias experiencias con operaciones terrestres en el Líbano y ninguna ha tenido buenos resultados" y que Hezbolá podría aprovechar la incursión para intentar cambiar la dinámica o nivelar un campo de juego que hasta ahora parece dominado por Israel.

El curso del conflicto, señalan los expertos, también dependerá en gran medida de Irán y la decisión que debe tomar sobre si incursionar o no en la batalla directa entre Israel y Hezbolá. Melamed, no obstante, cree que Irán no tiene intenciones en ingresar a los combates, si se tiene en cuenta que su misma supervivencia está en juego.

"Dudo que la diligencia teocrática iraní vaya a dar el todo por el todo y abrir una guerra abierta mayúscula en aras de defender a Hezbolá poniendo en propio riesgo la estabilidad del régimen. Hoy por hoy no pasan por el mejor de sus momentos: tienen un ayatolá bastante mayor, han sido infiltrados de una manera sin precedentes, se han mostrado incapaces de proporcionar seguridad al interior de la propia República islámica de Irán", señala.

Lo que parece estar claro para los analistas es que la tercera guerra del Líbano entre Israel y Hezbolá ya comenzó y que su futuro es incierto, puesto que las fuerzas en Oriente Medio parecen cambiar de configuración con cada hora que pasa.

ANGIE NATALY RUIZ HURTADO - REDACCIÓN INTERNACIONAL - EL TIEMPO

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