La Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cartagena ratificó la condena de 35 años de prisión contra Margareth Lizeth Chacón Zúñiga, uno de los cerebros atrás del crimen del fiscal Paraguayo Marcelo Pecci Albertini, ocurrido en las playas de Barú el 10 de mayo de 2022.
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El Alto Tribunal ratificó la coautoría de Chacón Zúñiga en los delitos de Homicidio agravado.
No obstante, este tribunal revocó parcialmente la sentencia de fecha 15 de febrero de 2024, proferida por el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Cartagena, en el sentido de absolver a la acusada por el delito de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones y, en consonancia, redosificar la pena de prisión.
Chacón Zúñiga fue uno de los cerebros dentro del plan criminal que logró el asesinado del ciudadano paraguayo Marcelo Andrés Pecci Albertini. "realizo labores de planeación, coordinación, actividades operativas, financieras y logísticas que permitieron llevar con éxito el mismo, usando para tales fines arma de fuego. Sin embargo, no se probó que en la camioneta de la procesada se hubiese movilizado arma de fuego alguna", señala en uno de los apartes la sentencia en poder de este medio de comunicación.
Pecci fue, hasta el día de su muerte, el agente fiscal más importante del Paraguay en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Como lo había señalado este diario, en una de sus últimas investigaciones había logrado que un brasileño de origen libanés, llamado Kassem Mohamad Hijazi, fuese extraditado a Estados Unidos.
Marcelo Pecci Albertini había llegado con su esposa a Cartagena de Indias para celebrar su luna de miel, pero hasta allí lo siguió la banda de sicarios que terminó disparándole en una playa.
Chacón Zúñiga tuvo injerencia material e intelectual en el crimen, pues fue ella quien facilitó la camioneta, de su propiedad para el transporte de la banda sicarial. "Participó en las reuniones que, con propósito mixto, se llevaron a cabo para materializar el plan de matar a Pecci Albertini", dice la sentencia.
Esa participación de Chacón Zúñiga “en la planeación, logística y estrategia, tienen la connotación de esenciales, porque el plan trazado por los hermanos Pérez Hoyos y el articulador contempló la llegada a Cartagena en compañía de familiares y en el vehículo de la procesada, al cual se le dio vital uso en los días subsiguientes. Luego entonces, se insiste, el comportamiento de la procesada no se encuadra en una complicidad, sino en una coautoría impropia”.
Los hermanos Ramón y Andrés Pérez Hoyos, y Margareth Lizeth Chacón Zúñiga, pareja de este último, fueron señalados por la justicia colombiana de organizar y financiar el crimen por el cual pagaron 1.500 millones de pesos a Francisco Luis Correa, señalado como el 'articulador' del operativo criminal.
El compañerismo sano que se espera entre esposos se vio excedido con ese papel de colega que desplegó Margareth al haber acompañado a su marido a cada reunión con el articulador del plan
Francisco Luis Correa, señalado como el 'articulador' del operativo criminal, en sus declaraciones ante la justicia habia nombrado al expresidente del Paraguay Horacio Cartes como uno de los supuestos responsables del atentado. Correa también mencionó a Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, como otro de los autores morales. ‘Tío Rico’, es uno de los principales líderes del grupo criminal que cayó en un operativo en esa nación.
“El compañerismo sano que se espera entre esposos se vio excedido con ese papel de colega que desplegó Margareth al haber acompañado a su marido a cada reunión con el articulador del plan, así como a su cuñado Ramón Emilio Pérez Hoyos en una de las entregas de dinero, y prestarse para pasar por turistas recorriendo la ciudad de Cartagena, cuando en realidad estaban en búsqueda del fiscal paraguayo”, añadió el alto tribunal.
EL TIEMPO había recordado que después del asesinato del vicepresidente de la República Luis María Argaña, ocurrido en marzo de 1999, el crimen de Pecci se convirtió en el caso político y social con más impacto en la sociedad paraguaya y en todo el continente, por la forma como lo tentáculos de la mafia lo venían persiguiendo.
“Se reitera, todo lo antes dicho sobre esa presencia constante de la acusada en las reuniones planificadoras y en las entregas de dinero al articulador, estas hacen improbables que ignorara el plan criminal. Con ese conocimiento que la acusada tenía del propósito del viaje a Cartagena, aun pudo intentar mantenerse al margen de ello, pero en su lugar, de manera calculadora y fría, anticipó en su mente que, si la víctima vino al país de luna de miel, debió ser solo por lo que normalmente dura un paquete turístico, y así se lo hizo saber a los principales planificadores del crimen. Esto último no fue otra cosa que poner sus conocimientos personales, como viajera recurrente, al servicio de la causa de matar al turista paraguayo”, agrega el fallo.
Por este crimen también fueron condenados: el sicario, Wendre Stil Scott Carrillo; Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza, de origen venezolano, el encargado de transportar al sicario en una moto acuática hasta la playa donde el fiscal fue asesinado.
También, Eiverson Adrián Arrieta Zabaleta, encargado de transportar en carro hasta Barú a los sicarios, esperarlos, y luego sacarlos hacia Cartagena; Marisol Londoño y Cristian Camilo Monsalve (madre e hijo), fueron los encargados de identificar a la víctima o ‘marcadores’ en la playa para que el sicario cometiera el crimen.
John Montaño
Corresponsal de EL TIEMPO
Cartagena
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