El consumo excesivo de azúcar tiene efectos negativos en la salud en general, y la piel es uno de los principales lugares donde se puede evidenciar este mal hábito alimenticio. Existen tres señales clave que revelan el consumo desmedido de azúcar, y pueden ser una alerta de sus efectos perjudiciales en el organismo.
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Según la revista de estilo de vida 'Glamour', el consumo excesivo de azúcar "puede tener un impacto negativo en tu rostro y cuerpo, acelerando el envejecimiento, provocando imperfecciones e incluso apagando ese brillo natural que tiene la piel". Estos efectos no solo son estéticos, sino que también reflejan un deterioro más profundo en la salud de la piel.
"La piel es un reflejo de lo que sucede dentro de tu cuerpo, y si el azúcar está presente en tu dieta en cantidades mayores a las recomendadas, lo mostrará. No se trata solo de arrugas, sino de un deterioro general que afecta la elasticidad y la hidratación de la piel", añadieron los expertos.
Este tipo de señales en la piel son un claro indicativo de la necesidad de reducir el consumo de azúcar para preservar la salud cutánea.
Sequedad y la descamación
El consumo excesivo de azúcar puede manifestarse de varias maneras en la piel, siendo la sequedad y la descamación una de las señales más evidentes. El azúcar afecta la capacidad natural de la piel para retener la hidratación, lo que resulta en una piel seca y escamosa, a pesar de beber suficiente agua o aplicar cremas hidratantes.
Este daño a la barrera cutánea no solo genera incomodidad, sino que también puede favorecer la aparición de líneas finas y acelerar el envejecimiento.
Opacidad en la piel
Otra señal clara del alto consumo de azúcar es la opacidad en la piel. El azúcar interfiere con la producción de colágeno, lo que reduce la capacidad de la piel para mantenerse luminosa.
Además, afecta la microcirculación, disminuyendo el flujo de oxígeno y nutrientes hacia las células de la piel, lo que contribuye a un aspecto apagado y sin brillo.
Acné inflamatorio
El acné inflamatorio es otra señal del consumo excesivo de azúcar. Además de promover la aparición de granos, el azúcar agrava la inflamación, haciendo que los granos sean más grandes, dolorosos y difíciles de tratar.
Los alimentos con un alto índice glucémico, como los dulces, refrescos y pasteles, aumentan los niveles de insulina en el cuerpo, lo que provoca una sobreproducción de sebo, el aceite natural de la piel. Esto obstruye los poros, favoreciendo la aparición de acné inflamado.
Este tipo de acné es persistente y puede dejar marcas en la piel, lo que complica aún más su tratamiento. Las personas con un alto consumo de azúcar tienden a sufrir más de este tipo de acné, que es notoriamente más difícil de eliminar y suele tener efectos duraderos en la piel.
Erik Gómez.
Portafolio.
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*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información de Portafolio. Contó con la revisión del periodista y un editor.