'Con mi esposo compré una casa en Irlanda, pero también vivo en EE. UU.; así lo llevamos'

hace 1 semana 13

Durante unas vacaciones a West Cork, Irlanda, guiada por un sueño, Julia Skinner conoció al amor de su vida, un Irlandés que se convirtió en su esposo y con quien ahora tiene una casa en dicho país, aunque ella, sigue yendo constantemente a Estados Unidos.

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A través de un artículo en el medio Business Insider, Julia Skinner dijo que tuvo que planear con su esposo cómo llevarían su vida debido a que, al menos por los siguientes años, tiene el plan de seguir viviendo en Atlanta a tiempo parcial.

Lo anterior significa algo más que simplemente viajar de un país a otro. Tiene que mantener sus responsabilidades, como declaraciones de impuestos, atención médica y cuidar a sus mascotas mientras planea hacer la transición de su trabajo a Irlanda.

Como era de esperarse, la situación si bien le resulta emocionante, también es una experiencia abrumadora pues describió su vida como llena de piezas cambiantes y partes móviles.

Y es que, uno de los problemas que se está enfrentando es que muchas de sus posesiones más queridas son antigüedades o reliquias familiares, por lo que no puede simplemente reemplazarlas en Irlanda. Pero tampoco, llevarlas todas consigo.

Por otra parte, ha necesitado de alguien que se ocupe de su jardín en Atlanta. La ventaja es que no tiene que preocuparse por su hogar en Irlanda pues su esposo se encarga de todo. 

Estadounidense comparte cómo se prepara en el trabajo para mudarse a Irlanda 

El punto a favor de Julia Skinner es que, como autor gastronómico autónomo, puede trabajar prácticamente desde cualquier lugar. La parte negativa es que tendrá que pagar impuestos en dos sitios. Pero aun así dijo que vale la pena y está transformando su empleo.

Por ejemplo, cuando brinda asesorías de escritura, consigue que sus grupos se reúnan en horarios que funcionen tanto en Europa occidental como para la costa este de Estados Unidos.

Otro cambio importante que ha tenido que hacer es dejar de dar sus clases de fermentación y cocina en persona para realizarlas completamente en línea.

Y para siempre sentirse en casa, acondicionó su estudio de arte independiente en cada país ya que necesita un espacio creativo para mantenerse concentrada.

Aunque lo anterior puede sonar muy estresante, afirmó que la situación le parece divertida ya que le permite formar parte de dos maravillosas comunidades de personas que la quieren y apoyan. "Dividirme en dos no siempre es conveniente, pero estoy muy agradecida por la oportunidad de hacer una transición lenta hacia mi nueva vida con mi esposo", finalizó Skinner.

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