A casi un mes de la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos, los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) continúan aumentando sus esfuerzos. Para localizar a los inmigrantes indocumentados en el país, la agencia utiliza tres divisiones principales que tienen en la mira a personas con órdenes de deportación o antecedentes penales.
Desde que el mandatario republicano asumió el cargo, los agentes de ICE comenzaron a aumentar las operaciones de control migratorio y, al 31 de enero, ya llevaban realizadas más de 7.000 detenciones y más de 5.000 deportaciones.
En su esfuerzo por detener a los inmigrantes indocumentados que cometieron delitos, ICE utiliza dos divisiones principales de trabajo. Una de las más importantes es la División contra Extranjeros Delincuentes (CAD, por sus siglas en inglés), que utiliza dos programas distintos: el Programa contra Extranjeros Delincuentes para localizar a inmigrantes con antecedentes penales y el Programa 287 para identificar y expulsar a extranjeros sujetos a remoción.
En ese sentido, los inmigrantes con órdenes de deportación pendientes también son investigados por la División de Operativos contra Fugitivos, la cual trabaja brindando apoyo logístico a los empleados de la Oficina de Detención y Deportación (ERO, por sus siglas en inglés) y a los Equipos de Operativos contra Fugitivos (FOTs, por sus siglas en inglés).
Los inmigrantes apuntados por ICE para su deportación
La orden del presidente Trump impulsa a los agentes de ICE y sus divisiones asociadas a investigar y detener a los inmigrantes indocumentados con antecedentes penales graves, como pueden ser los delitos sexuales, el homicidio y el narcotráfico.
En líneas generales, los agentes de ICE no tienen la orden de detener a inmigrantes indocumentados con un historial delictivo limpio, pero advirtieron que pueden ocurrir "arrestos colaterales" sobre individuos que no cometieron delitos pero se encuentran en la escena del operativo.