Hace dos meses, a través de la resolución 257 del 2024, el presidente Gustavo Petro autorizó la instalación de un espacio de conversación sociojurídico con el 'clan del Golfo', la estructura armada ilegal con mayor presencia en el país y que, según el más reciente informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), titulado ‘Una mesa con el Clan, aportes en medio de una negociación incierta’, es “el principal obstáculo” para implementar el acuerdo de paz de 2016.
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En dicho documento, presentado este lunes por la FIP, se hace justamente un análisis de esta organización armada y de los retos que tendrá el gobierno de Gustavo Petro en este nuevo tablero de negociación, el noveno a cargo de la oficina del Consejo Comisionado para la Paz.
“Negociar con el Clan del Golfo es una tarea retadora. Ya lo fue en el pasado y seguramente ahora también lo será. El gobierno del presidente Gustavo Petro se enfrentará a muchos obstáculos del pasado y a la nueva realidad del Clan, un grupo que no se parece a los demás que están sentados en las mesas de la Paz Total”, se advierte en el informe.
Cabe mencionar que al frente de este espacio está Álvaro Jiménez, un hombre conocedor del conflicto colombiano y cabeza, además, de muchos de los esfuerzos recientes en la lucha contra el flagelo de las minas antipersonal. Tendrá en sus manos una labor que, como anticipa el informe de la FIP, llega “en un contexto caracterizado por un panorama cambiante respecto a la agenda de paz” y cuando el ‘clan’, o Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) -nombre bajo el cual pretenden vender como una organización de carácter político-, está en su mejor momento.
“Está al máximo de sus capacidades, aplica una exitosa fórmula de expansión que continúa dando resultados, consolida una faceta política, gana y se mantiene a flote en diferentes disputas territoriales, conserva grandes cantidades de dinero y resiste con eficiencia las acciones de la Fuerza Pública”, sostiene la FIP.
Así operan
De acuerdo con datos del Ministerio de Defensa, citados por la Fundación Ideas para la Paz, desde el 2018 el número de integrantes del ‘clan del Golfo’ aumentó 95 por ciento, al pasar de 3.632 (1.593 armados y 2.039 redes de apoyo) a 7.062 (2.499 armados y 4.563 redes de apoyo) en julio de 2024. En términos de expansión territorial, esto significa que pasaron de tener influencia en 179 municipios de 10 departamentos, a estar en 238 municipios de 16 departamentos. Estas cifras equivalen a unos 1.000 hombres más -entre armados y en redes de apoyo- que el Eln.
En términos militares, el informe da cuenta de un cambio a nivel militar en su operación, el cual se ha visto beneficiado gracias a su alta capacidad de reclutamiento y de lograr financiación a través de rentas ilícitas, además, de su facilidad para incidir ante las autoridades locales e integrantes de la Fuerza Pública.
“Eso ha relegado a un segundo plano la figura de “franquicias” para zonas específicas, al tiempo que absorbe o elimina a las bandas delincuenciales locales y despliega una amplia red de informantes. Buena parte de su expansión en el Caribe, por ejemplo, tiene que ver con la asunción de un nuevo rol: pasó de ser uno enteramente criminal y urbano, a otro más militar y de influencia sobre lo social y económico”, explican.
Y agregan: “Junto a estos cambios creó también la figura del Inspector (hoy en cabeza de alias 'Gonzalito') y aumentó y cualificó su capacidad de reclutamiento, en especial con soldados y suboficiales retirados del Ejército, así como exmandos medios de las extintas Farc-EP y del Eln”.
La situación jurídica
Según las normas constitucionales y legales vigentes en el país, el proceso con este grupo no puede ir más allá del sometimiento a la justicia. El problema es que hoy no existe el marco jurídico para tal fin y tampoco parece haber voluntad política para que un proyecto de esa envergadura sea tramitado en el Congreso.
Pero la FIP plantea un elemento adicional para el análisis y que tiene que ver con la caracterización del ‘clan del Golfo’, pues, recuerdan, el Gobierno, en diferentes momentos, los ha definido como GAO (Grupo Armado Organizado) y como Estructura Armada Organizada de Crímenes de Alto Impacto (EAOCAI). “Esto significa que, a nivel institucional, el Clan encaja en dos denominaciones: una para la Fuerza Pública (GAO) y otra que se usa para la Paz Total (EAOCAI)”, plantea el centro de pensamiento.
Agregan que el ‘clan’ ha dado varios pasos para construir una plataforma política. Dicha estrategia incluye presentarse en sus documentos internos y públicos como una organización “antiestatal” y “resistencia civil en armas” a favor de las comunidades.
“Bajo esta narrativa, pasó de llamarse Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) a Ejército Gaitanista de Colombia (EGC). De igual forma, ha buscado ampliar su base social cooptando Juntas de Acción Comunal y organizaciones sociales, y ejecutando algunas obras como el arreglo de vías terciarias, la construcción de viviendas en Unguía (Chocó) o la entrega de una ambulancia fluvial y un puesto de salud en Tierralta (Córdoba)”, añaden.
El informe, además, reseña que este grupo sigue teniendo un rol primario en el funcionamiento de los diferentes eslabones de la producción y tráfico de cocaína, tanto a nivel nacional como internacional. Además, que sus ingresos también se han visto beneficiados de la minería ilegal de oro, fundamentalmente en el Bajo Cauca, y del paso migratorio por el Darién.
¿En qué zonas están?
Según datos recogidos por la FIP, esta organización, al mando de Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias 'Chiquito Malo', está hoy constituida por seis bloques y 34 frentes:
Bloque Central Urabá o Juan de Dios Úsuga: al mando de Wilmar Alberto Mejía Úsuga, alias ‘Richard’ y con presencia en Antioquia, Chocó, Córdoba, Meta, Casanare, Vichada y Norte de Santander.
Bloque Roberto Vargas Gutiérrez: al mando de José Gonzalo Sánchez Sánchez, alias ‘Gonzalito’, ‘Willington’, ‘Ramiro’ o ‘Chimbita’ y con presencia en Antioquia, Córdoba, Sucre y Bolívar.
Bloque Jairo de Jesús Durango Restrepo: al mando de Elkin Casarrubia Posada, alias ‘Joaquín’ o ‘El Cura’. Tiene presencia en Chocó, Antioquia y Valle del Cauca, e influencia en 39 municipios.
Bloque Magdalena Medio: al mando de Oliverio Isaza, alias ‘Terror’. Con presencia en Antioquia y Caldas, e influencia en 22 municipios.
Bloque Aristides Mesa Páez: al mando de José Miguel Demoya Hernández, alias ‘Chirimoya’. Tiene presencia en Sucre, Bolívar, Santander y Atlántico, e influencia en 61 municipios.
Bloque Nelson Darío Hurtado Simanca: al mando de Wilson Darío Ruiz Vélez, alias ‘07’. Con presencia en el Cesar, Magdalena y La Guajira, e incidencia en 49 municipios.
CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
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