La semana pasada, durante la primera Conferencia Mundial en Contra de la Violencia hacia la Niñez que organizó Colombia en Bogotá, el canciller Luis Gilberto Murillo sostuvo una reunión con la ministra de Política Social de Ucrania, Oksana Zholnovych. El encuentro fue más allá de la protección infantil y sirvió para que el gobierno colombiano reiterara su disposición de apoyar en la solución del conflicto con Rusia.
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“Hace parte de la gestión de Colombia como parte de las propuestas para poner fin a la guerra con Rusia”, le dijo a EL TIEMPO una fuente cercana a Murillo, que además confirmó que en los próximos días el jefe de la diplomacia colombiana se reunirá con representantes del gobierno ruso con el mismo propósito: ofrecer sus oficios para la búsqueda de la paz.
El panorama, a poco más de dos meses para que se cumplan tres años de la invasión militar de Moscú, sigue siendo poco alentador: mientras los ucranianos lanzan su mayor ataque con drones en lo que va de la guerra contra la capital rusa, las fuerzas del Kremlin avanzan sin tregua en el frente de Donetsk y amenazan con una nueva ofensiva en el sur.
No obstante, la victoria del magnate republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos supone un giro de timón para el conflicto. El virtual presidente prometió que activaría un plan de paz para la guerra en Ucrania que daría fin al conflicto “en 24 horas”. Es sabido que con Trump -él mismo lo ha advertido- lo más probable es que cambien las condiciones del apoyo militar a Volodímir Zelenski.
La idea de acabar con este conflicto fue respaldada por el presidente Gustavo Petro a través de sus redes sociales. “Si es así, contará con todo mi apoyo. Ni Ucrania, ni Sudán, ni Líbano, ni Palestina”, expresó el mandatario colombiano.
Casualidad o no, pues al menos fuentes del Palacio de San Carlos no lo confirmaron, la reactivación de la gestión colombiana para poner fin a la guerra en Europa del Este se da pocos días después de abrirse otro rumbo geopolítico en el mundo.
Las posturas del gobierno Petro en el conflicto ruso-ucraniano
A pesar de que a lo largo de estos dos años y medio de mandato los pronunciamientos del gobierno del presidente Petro sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania no han sido muchos y eso ha provocados cuestionamientos, la postura ha girado alrededor de una salida política a la guerra y a reconocer los principios del derecho internacional.
Al cumplir dos años de la guerra entre la Federación Rusa y Ucrania, desde Colombia se reiteró el llamado a un cese inmediato de hostilidades y se instó a los dos países a llegar a una solución por medios pacíficos.
En febrero de 2024 el presidente colombiano se negó a enviar armas a Ucrania, en una rueda de prensa en Múnich, Alemania. Además, el Gobierno ha sido enfático en recalcar que los cientos de mercenarios colombianos que han participado de las hostilidades a favor de Ucrania lo han hecho por decisión personal y no existen acuerdos bilaterales de apoyo militar.
Durante el gobierno de Iván Duque se otorgó una ayuda económica a Ucrania y se gestó una colaboración del ejército colombiano y los Estados Unidos para capacitar a tropas ucranianas en operaciones de desminado en suelo polaco.
Por su parte, el actual Gobierno ha sido más evasivo en sus declaraciones, condenó la anexión de regiones ucranianas y el propio presidente Petro señaló a la Federación Rusa de “violar los protocolos de guerra” tras un bombardeo en el que tres colombianos resultaron heridos.
No obstante, a mediados de junio hubo polémica por la ausencia de Colombia en la cumbre para la paz de Ucrania en Suiza. Desde Estocolmo, Suecia, el presidente Petro confirmó que la determinación se produjo después de que el Gobierno conociera el texto de la declaración propuesta. Este, según el mismo Presidente, tenía unas conclusiones "predeterminadas" que no serían para "buscar senderos de paz" sino "construir bloques para la guerra". De ahí que regresara el sábado inmediatamente a Colombia.
"Nos estamos acercando a una conflagración mundial. Por eso, he decidido suspender mi visita a la conferencia en Suiza, porque América Latina no quiere más guerra, lo que quiere es la construcción de la paz lo más pronto posible", señaló Gustavo Petro.
La Cancillería dio mayor fuerza a la explicación: "Colombia hará parte de los escenarios necesarios que permitan una salida política a la guerra y hace un llamado a reconocer los principios del derecho internacional, la Carta de Naciones Unidas, la necesidad de garantizar condiciones de seguridad para todos y el respeto a los derechos humanos para las poblaciones tanto de Ucrania como de Rusia".
En el encuentro de líderes, uno de los mayores de las últimas décadas con carácter extraordinario (fuera de reuniones periódicas anuales como las del G20 o la Asamblea de Naciones Unidas) la inmensa mayoría de los más de 90 países representados en la cumbre de Burgenstock dieron su apoyo a la declaración final.
Colombia, sin embargo, no se detiene y sigue explorando cómo facilitar un diálogo entre las dos partes. Por eso la reunión con la ministra de Política Social de Ucrania y la que próximamente tendrá Murillo con representantes del Kremlin. Este último espacio tendría lugar en Europa, según fuentes de San Carlos.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Redacción Política