Un equipo científico de la Universidad de Columbia planteó una nueva hipótesis sobre el origen del oro en el universo, desafiando la teoría predominante que atribuía su formación exclusivamente a las colisiones entre estrellas de neutrones.
La investigación, respaldada por datos del telescopio integral de la Agencia Espacial Europea (ESA) y misiones de la Nasa, fue destacada en un reciente artículo de National Geographic.
¿Qué son los magnetares y por qué son clave?
Los magnetares son un tipo raro de estrella de neutrones con campos magnéticos extremadamente intensos.
En ciertas condiciones, estas estrellas pueden experimentar una “erupción gigante”, un evento explosivo que libera enormes cantidades de energía.
Según el estudio, estas erupciones podrían generar condiciones adecuadas para la formación de elementos pesados como el oro y el uranio.
El oro ha sido popular durante siglos gracias por ser un símbolo de riqueza y estatus. Foto:iStock
Durante estas erupciones, la superficie del magnetar alcanzaría una densidad y presión tal que permitiría una rápida captura de neutrones por parte de átomos ligeros.
Este proceso, conocido como proceso r, da lugar a isótopos inestables que, al desintegrarse, originan elementos más pesados.
Un horno nuclear natural en el universo temprano
La investigación sostiene que este tipo de eventos podrían haber ocurrido en etapas muy tempranas del universo, mucho antes de que las colisiones estelares fueran comunes.
Esto ofrecería una nueva explicación sobre cómo y cuándo se formaron los elementos pesados que hoy son escasos y valiosos en la Tierra.
“Cuando un átomo capta neutrones en masa, puede transformarse en isótopos inestables que, al desintegrarse, generan protones y, con ello, nuevos elementos químicos más pesados”, explicó el artículo de National Geographic al resumir el proceso.
El origen del oro. Foto:iStock
Aunque el estudio representa una alternativa prometedora para entender el origen del oro, los propios autores reconocen que sus conclusiones aún no constituyen una prueba definitiva.
La falta de evidencia directa y la complejidad de replicar o observar estos fenómenos en detalle alimentan el escepticismo dentro de la comunidad científica.
No obstante, el hallazgo abre nuevas líneas de investigación sobre la formación de elementos pesados y el papel de los magnetares en la evolución química del cosmos.
Portafolio.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Portafolio, y contó con la revisión de la periodista y un editor.