China seduce a una Europa que teme a Estados Unidos con Donald Trump a la cabeza

hace 1 día 11

Durante más de dos siglos, antes incluso de que las actuales naciones europeas dejaran de ser grandes imperios, Europa siempre tuvo a su lado a Estados Unidos. De hecho, la participación de Washington en las dos guerras mundiales permitió que las democracias europeas renacieran. 

Sin embargo, con el regreso de Donald Trump al poder, las potencias del viejo continente se plantean si seguirán con aquel “gran primo” de América, en especial, con enemigo envalentonado como lo es el presidente ruso, Vladimir Putin.

Si hace unos meses los diplomáticos y funcionarios europeos se preguntaban si el Estados Unidos de Trump acudiría en ayuda de Europa si Putin decidiera ir más allá de Ucrania, ahora se preguntan si el republicano sería capaz de atacar al viejo continente cuando amenaza con anexionarse Groenlandia, la mayor isla del planeta y cuya soberanía es de Dinamarca, miembro tanto de la Otán como de la Unión Europea (UE).

Trump ha criticado constantemente en su campaña la política migratoria de la administración Biden.

Donald Trump. Foto:Getty Images

El Tratado de la Unión Europea, que obliga a sus 27 Estados miembros, tiene un artículo (el 42.7) que es calcado al artículo 5 de la Carta del Atlántico Norte, la fundacional de la Otán. Se trata de artículos que obligan a todos los firmantes a acudir en defensa de cualquier firmante atacado por una potencia externa.

En ese sentido, si Estados Unidos se anexionara por la fuerza Groenlandia, los otros 26 países de la Unión Europea deberían ir a la guerra al lado de Dinamarca. Un escenario que hace unos meses parecía de ciencia ficción, pero que ahora no luce lejano de la realidad.

Diplomáticos europeos confían que, si Dinamarca pide ayuda por temor a una invasión estadounidense de Groenlandia, estarían listos para posicionar en la isla de hielo tropas de países europeos como forma de disuasión.

Groenlandia

Groenlandia. Foto:iStock

¿Qué pasó en la primera presidencia de Trump entre Europa y China?

En ese nuevo escenario de soledad europea se empiezan a oír cantos de sirena desde Oriente. El presidente chino, Xi Jinping, empezó el cortejo a los europeos.

Con reuniones con el nuevo presidente del Consejo Europeo, el portugués Antonio Costa, Xi mantuvo hace unos días sus primeros contactos con el continente.

Xi parece decidido a aprovechar el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca para convencer a la Unión Europea de la necesidad de cooperar con China. La misma táctica que Xi intentó poner en marcha durante el primer mandato de Trump y que, entonces, funcionó bastante mal debido a que los conflictos europeos con China terminaron por tapar los intentos de mejorar la relación y porque China se puso del lado de Rusia en cuanto esta lanzó la invasión contra Ucrania. De hecho, Pekín ha permitido que el Kremlin eluda una parte de las sanciones europeas.

Como antesala está el hecho de que, en 2017, el presidente chino voló al Foro Económico Mundial de Davos para anunciar que China defendería el comercio internacional justificándose en que “nadie ganará en una guerra comercial”.

En ese momento, con Trump avanzando en su agenda proteccionista, Xi había encontrado un oído atento en la Unión Europea.

Pero, Bruselas no resiste todo. La deriva autoritaria y la agresividad económica puestas en marcha por el régimen de Pekín han comenzado a cuestionar las credenciales de Xi como socio fiable para la Unión Europea.

AFP

Xi Jinping y Donald Trump Foto:CHARLY TRIBALLEAU, Elvis Barukcic / AFP

El segundo intento de Xi

“Cuanto más grave y compleja sea la situación internacional, más China y Europa deberían apoyar el espíritu original de las relaciones diplomáticas, reforzar la comunicación estratégica, mejorar la confianza mutua y adherirse a los principios de la asociación”, dijo el presidente chino a Costa, recordando que este 2025 marca el 50.° aniversario de las relaciones diplomáticas entre la UE y Pekín.

Según dijo Xi a Costa, entre China y la UE “no hay conflictos de intereses ni contradicciones geopolíticas fundamentales”.

La confianza debe aún ganarse. A veces, los relatos de las conversaciones entre líderes mundiales divergen. Tal fue el caso de la llamada telefónica entre Xi Jinping y Antonio Costa. Según Pekín, el presidente del Consejo Europeo dijo a su homólogo chino que “las dos partes deben cooperar en lugar de competir”.

El relato europeo es un poco diferente en la forma, pero muy distinto en el fondo. “Aunque está de acuerdo en que la cooperación es preferible a la competencia, el presidente Costa subrayó la necesidad de garantizar la igualdad de condiciones y de reequilibrar los actuales desequilibrios comerciales y económicos”, contó a EL TIEMPO un funcionario de la UE.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Foto:Bloomberg

La guerra rusa contra Ucrania divide a Pekín y Bruselas

“Costa subrayó que la agresión rusa contra Ucrania es una amenaza para la paz y la estabilidad mundiales” y “pidió a China que contribuya a una paz justa, global y duradera en Ucrania y que garantice que no se suministran a Rusia productos de doble uso”, explicó el funcionario. A la inversa, “Xi recordó que China mantiene lazos con Rusia desde hace mucho tiempo”.

Los conflictos entre chinos y europeos son estratégicos, implican una relación comercial desigual con un fuerte superávit comercial a favor de China e inversiones chinas en Europa que las instituciones europeas ven con desconfianza y en algunas ocasiones detienen. Pero, nunca se rompe la cuerda del todo porque China es un gran mercado para la industria europea.

Lo que hay que recordar es que de lo mala que pueda llegar a ser la relación entre Bruselas y Washington, dependerá que chinos y europeos se acerquen. Aun cuando sea bajo la circunstancia que emana de aquel proverbio de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

Idafe Martín Pérez

PARA EL TIEMPO

Bruselas

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