Chappell Roan: la llamativa supernova del pop

hace 2 horas 10

Una reina extravagante y teatral, una figura queer, una compositora talentosa con un amplio y distintivo rango vocal: Chappell Roan es muchas cosas, pero por encima de todo es una fulgurante estrella del pop. Y es justo ese ascenso supersónico y su éxito el que le reconoció los Premios Grammy al otorgarle el galardón a mejor artista revelación.

Desde su teatral presentación en Coachella el año pasado, inspirada en la cultura drag, la artista, de 26 años de edad, está en todos lados: en TikTok, en la radio, en los programas de variedades, en festivales y hasta en el ciclo mediático viral de las elecciones de EE. UU.

En una industria sedienta de grandes momentos, pareciera que Roan surgió de la nada. Pero, en realidad, la cantante conquistó la atención global tras una década alternando su pasión por la música con diferentes trabajos, en un proceso que la llevó a encontrar su propia voz.

‘Midwest Princess’

Kayleigh Rose Amstutz, su nombre de pila, nació el 19 de febrero de 1998 en Willard, Misuri. Desde pequeña se centró en las artes como una forma de lidiar con poderosas emociones que, siendo adulta, les pudo poner nombre: fue diagnosticada de desorden bipolar. “Era un bicho raro, muy tímida, cohibida y modesta”, dijo en entrevista con Rolling Stone.

Su inclinación y amor por la música la llevó a compartir su arte en plataformas digitales. En 2013 comenzó a subir covers en YouTube. Al año, publicó su primer sencillo, Die Young, y en 2015 firmó con Atlantic Records. Roan se mudó a Los Ángeles para perseguir su carrera. No obstante, volvió a casa después de que su disquera le cortara el contrato al comienzo de la pandemia, y porque dos canciones de su autoría no tuvieron el impacto esperado.

“Me ficharon cuando era menor de edad y cuando me despidieron no tenía experiencia laboral y, al igual que mucha gente, no era capaz de encontrar trabajo durante la pandemia y no tenía seguro médico”, dijo la artista en su discurso de aceptación del Grammy a artista revelación. Sus palabras estuvieron centradas en reclamar mejores condiciones para los artistas emergentes.

Me dije a mí misma que si un día ganaba un Grammy y me tocaba pararme aquí frente a los poderosos de la industria de la música, demandaría que las disqueras, que obtienen millones de dólares de los artistas, ofrezcan salarios aptos y atención médica

“Me dije a mí misma que si un día ganaba un Grammy y me tocaba pararme aquí frente a los poderosos de la industria de la música, demandaría que las disqueras, que obtienen millones de dólares de los artistas, ofrezcan salarios aptos y atención médica”. En tono reflexivo, le pidió a las empresas que promueven talentos que los blinden como a cualquier empleado del país.

Una estrella ‘queer’

A pesar de que en 2020 Atlantic rompió relaciones con ella, Roan por su parte lanzó Pink Pony Club, un sencillo que USA Today incluyó en su lista de las 10 mejores canciones del año. El sencillo recogió más logros en los últimos años.

Dan Nigro, el poderoso productor que trabajó con Roan en Atlantic y creó su propia firma, Amusement Records, volvió a conectar con ella en 2022 y los astros comenzaron a alinearse para su fulminante explosión en la escena. En ese tiempo alejada de la industria, Roan consolidó su estilo y estética queer.

Tras reconectar con la industria, Roan se concentró en sus redes, en trabajar en su primer disco y en ir a terapia. Una plataforma que la impulsó fue TikTok, donde sus canciones sonaban en coreografías y retos virales.

Ya en 2023, la talentosa artista, cuyo nombre en escena rinde homenaje a su abuelo Dennis Chappell y su canción favorita The Strawberry Roan, lanzó su imponente álbum The Rise and Fall of a Midwest Princess y la crítica lo abrazó.

El disco aborda temas de sexualidad y crecimiento con un rítmico sonido pop y un rango vocal que llegó a ser definido por un crítico como “cantar en cursiva”.

Su éxito Good Luck, Babe! sonó sin parar, y junto al bailable Hot to Go!, se embolsilló a millones de oyentes.

Desafíos de la fama

Su ascenso meteórico trajo efectos colaterales. Roan ha hablado sobre los desafíos de la fama y cómo a veces se ha sentido cansada y temerosa de los seguidores agresivos. La joven no ha tenido reparos de explicarles a sus fans por qué llora en medio de un show.

Así resume lo que sentía cuando aún no le ponía nombre a lo que le pasaba: “Yo quería sentir que era una buena persona, pero a la vez había una parte de mí que deseaba con todas sus fuerzas escapar”, dijo a Variety.

Además del apoyo del público, Roan ha comentado que muchos de sus colegas se han aproximado con simpatía. Elton John la llamó de un número privado once veces hasta que ella atendió y descubrió que era él. “Le dije que estaba pasando por muchas dificultades, y él me dijo: ‘Si necesitas parar, para’ ”, le dijo Rolling Stone.

La cantante, quien fue criada en un hogar conservador y cristiano, habla con soltura sobre tópicos que dividen a la sociedad estadounidense, como los derechos de las personas trans y el apoyo a Palestina, pero no quiere ser encasillada por su visión progresista.

Se declaró lesbiana el año pasado y el amor queer es un tema en sus composiciones, pero Roan no quiere que su preferencia sexual domine la conversación. “Me encanta ser gay –le dijo a Rolling Stone–, solo que no quiero hablar de eso a cada segundo”, concluyó.

De lo que sí no quiere parar de hablar es sobre lo que piensa y siente: “Tendría más éxito si no rehusase llevar bozal, si pudiera ignorar más los instintos básicos, lo que el corazón dicta”, comentó en una entrevista con la BBC. Precisamente su personalidad, lo que piensa y lo que es la ha llevado a la cima, a la altura de los líderes de la industria para hablarles de tú a tú y exigir para otros lo que a ella le negaron.

MAGGY DONALDSON (*)

AFP

(*) Con información adicional de EL TIEMPO

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