Ni los difuntos de la zona rural de Jamundí pueden descansar en paz. Las explosiones por minas sembradas entre las tumbas por los disidentes también los alcanzaron.
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Sus restos están regados entre destrozos de las lápidas que ya ni se reconocen, en medio de cráteres de la tierra revuelta por el estallido de esos artefactos. Esas explosiones, tras una fuerte tempestad, provocaron que el techo de tejas de barro de una rústica capilla quedara agujereado. Aquel sitio era donde la población del corregimiento de La Liberia despedía a los suyos para iniciar su camino al más allá.
Pero desde que el campo santo se volvió un campo minado, como también lo es el cementerio del corregimiento de Villa Colombia y otros en esos territorios de montañas asediados por el frente ‘Jaime Martínez’, labriegos y moradores dejaron de acudir a rezarles a sus familiares y a elevar plegarias para no morir en el conflicto, ruegos que también son para no ser secuestrados, desaparecidos o extorsionados por este grupo armado.
“Ya en estos terrenos se camina con miedo o uno ya no va”, comenta uno de los habitantes de una localidad, donde la disidencia de las Farc ha tomado tal fuerza que tiene comandantes en cada uno de los corregimientos, constituyéndose en una estructura donde funcionan áreas de finanzas, reclutamiento, política y la militar.
El cerebro en la ‘Jaime Martínez’
Desde que Léider Johany Noscué, alias Majimbuú -como lo tenía escrito en la cacha dorada de su pistola, cuando este antiguo jefe del Comando Coordinador de Occidente y cuyas órdenes las seguían con sangre y fuego, los miembros de la ‘Jaime Martínez’- fue abatido, el 13 de junio de 2022 en un operativo militar, en Suárez (Cauca), alias Esteban estuvo al frente y hoy esas órdenes vienen de ‘Gerson’ para todo el frente que está en Jamundí, Dagua, Caicedonia, Palmira, Sevilla, Pradera, Tuluá, Buenaventura y Calima El Darién.
Con la muerte de ‘Majimbuú’, quien había reemplazado a alias Jhónier, también abatido, el frente ‘Jaime Martínez’ se descentralizó, es decir, hay varios cabecillas, aunque las órdenes principales provenían de un hombre con el alias de Esteban, pero ahora, este último se encuentra comandando la ‘Dagoberto Ramos’.
Es así que en Villa Colombia, quienes dan las órdenes para ese poblado de alrededor de 3.000 personas son los alias Píncher y de Oso Yogui. De hecho, como lo informó el alcalde de Cali, Alejandro Eder, alias Píncher es explosivista y daba órdenes al capturado alias El Tigre para cometer atentados terroristas contra la Fuerza Pública, en los municipios de Cali y Jamundí. Para transportarse utilizaba como fachada un vehículo particular, con el cual adelantaba actividades de observación a las autoridades.
La labor criminal de alias Tigre en esta organización era la de transportar armamento, explosivos y material bélico, con zona de injerencia delictiva en los corregimientos de Potrerito, San Antonio y Puente Vélez, también en Jamundí.
Además, hay otros miembros de la ‘Jaime Martínez’ que son piezas claves en este grupo criminal. Dos de ellos son ‘Plátano’ y ‘Pepe’.
Nuevo comandante en el corregimiento de San Antonio
Y hace dos semanas llegó un nuevo cabecilla para el corregimiento de San Antonio, de la ‘Jaime Martínez’. Se trata de alias Felipe o alias El Paisa. En el corregimiento de Timba están alias Fabiola, alias Cristian y alias Lizeth. Hay otros, como Franklin y Willington.
Por eso, la operación ‘Xamundí’, del Ejército, como lo piden la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, así como el mismo alcalde de Cali, es mayor contundencia en estos corregimientos e inclusive, lograr la destrucción de estaciones de gasolina construidas en los corregimientos de Ampudia y La Liberia para facilitar la construcción de la ya mentada carretera de 14 kilómetros desde el sector La Playa hasta el Naya, como corredor estratégico para llevar droga al Pacífico colombiano.
Es que La Liberia se ha vuelto cada vez más llena de minas y explosivos, al punto que hace una semana, dos de los cabecillas en esta zona, ‘Pablo Villa’, el segundo en la estructura, y ‘Vladimir’, quien daba apoyo logístico, murieron cuando estaban manipulando y sembrando estos temidos dispositivos en una de las veredas, como lo han hecho en los cementerios de este y de otros pueblos. El funeral de estos disidentes se llevó a cabo con honores por parte del mismo grupo en la vereda La Cabaña de La Liberia, por lo que de nuevo, la población se mantuvo resguardada, bajo un silencio obligado y con el miedo que va creciendo a que la puedan asesinar.
Disidentes con drogas, en zona rural y bandas, en la urbana
Se calcula que en Jamundí hay entre 1.300 y 1.400 hectáreas de cultivos ilícitos y por ello , el área rural que cobija, además los Farallones de Cali, colindando con Jamundí, es una zona para entrar y sacar droga, como la que llega del Cauca. Además de coca, se comercializa marihuana, entre su variedad, la púrpura, cuya libra puede costar más de 1,5 millones de pesos para llevarla al interior del país, así como pasar heroína por el Cauca desde Nariño.
Por ahora, la gobernadora del Valle del Cauca tiene expectativa y optimismo en la operación ‘Xamundí’ en los corregimientos, donde los disidentes controlan esta área para la comisión de delitos, como el narcotráfico, a la vez que, como lo conoció EL TIEMPO de fuentes de la Defensoría del Pueblo, señalaron que en el área rural también hay incidencia de carteles mexicanos, como el Sinaloa para exportar cocaína a Centroamérica, a Estados Unidos y a Suramérica. No obstante, la presencia de estos carteles mexicanos no es mencionada por la Fuerza Pública. Asimismo, dentro de ese corredor está el río Naya y el terrestre es la vía Panamericana, la columna vertebral que une el Valle, Cauca y Nariño con el interior de Colombia.
“Hemos recogido las lecciones aprendidas de ‘Perseo’, ‘Drone Perseo’ y es ese componente militar y social para tratar de implementar en Jamundí”, dijo el comandante de la Tercera División del Ejército, general Federico Mejía. En las Fuerzas Militares hacen llamado para que haya un acompañamiento de instituciones del Estado para lograr que la misma población no caiga en manipulaciones de los disidentes para organizar asonadas, movida por los hilos de los armados que siguen pidiendo carnés y documentos que ellos mismos autorizan para quienes circulan en esta zona.
Esa petición de las Fuerzas Militares se viene haciendo desde que la gobernadora Toro señaló que hay un lote para que allí esté instalado el batallón de alta montaña que la comunidad ha venido reclamando, pero con mayor presencia de tropas.
Ya en el casco urbano hay bandas delincuenciales dedicadas al microtráfico en barrios, como Ciro Velasco, un sector que en la última década ha sido afectado por bandas entre ellas, ‘Los ciros’ y ‘Los bocachico’, con más de 40 capturados por parte de la Policía en ocho años. El año pasado cayeron siete de los ‘Ciros’ y en abril de este 2024, 12 ‘Bocachicos’, estos por traficar basuco, marihuana y base de coca.
Sin embargo, hay estructuras en el casco urbano de Jamundí, al servicio de disidentes, como outsourcing. Una de ellas, ‘La Oficina de Jamundí, encargándose del control territorial en los barrios El Rodeo, Terranova y Bonanza.
Esta organización al margen de la ley habría participado en la emboscada a una patrulla de la Policía Nacional, en agosto del 2022, en el sector de Las Veraneras, en la vía Panamericana, donde dos policías resultaron heridos. También se les atribuye varios homicidios en este municipio, entre ellos, el de Juan Felipe Carreño, el 20 de enero de este 2024, en el barrio El Rodeo, y el de Jéfferson Andrés Narváez Gaviria, el 3 de febrero de este mismo año, en el parque principal de Jamundí. En octubre de este 2024 fueron capturados alias El Indio, principal cabecilla de este grupo de delincuencia común organizado (GDCO) y alias Tura, su cabecilla financiero, informaron en la Policía.
Los responsables de los atentados
Fue en la noche del 2 de noviembre, cuando momentos de pánico se vivieron en la cárcel de Jamundí o Complejo Carcelario y Penitenciario con Alta y Media Seguridad de esta localidad por una explosión. La alcaldía de Jamundí descartó que se tratara de un acto terrorista de disidentes. Se habló de que el estallido sucedió en momentos en que una persona privada de la libertad (PPL) con su esposa llegaban al penal. Sin embargo, las versiones señalan que detrás de este hecho podrían estar integrantes del ‘Mago’, que declararon objetivos a personal del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
El 6 de noviembre se presentó una explosión en el barrio Ciudad de Dios. Es una zona que se comunica con el corregimiento de Potrerito, donde hay disidentes de las Farc del frente ‘Jaime Martínez’. Allí, un dron con explosivo estaba dirigido a la Fuerza Pública, en zona de Las Piñas.
En la mañana del 7 de noviembre, en el corregimiento de Robles, la comunidad alertó sobre una fuerte explosión y la Tercera División del Ejército informó: "Mientras desarrollaban labores de seguridad en zona rural de Robles, en Jamundí, Valle del Cauca fue lanzado un artefacto explosivo acondicionado en un dron, el cual se presume iría dirigido contra nuestras tropas desplegadas en esta zona del departamento. Este cobarde hecho, producto del accionar delictivo del GAO-r 'Jaime Martínez', no dejó víctimas en la población civil ni afectación a las tropas que se encuentran en el sector". Sin embargo, el 8 de noviembre, en un consejo de seguridad extraordinario se informó que este caso dejó a una persona herida.
A eso de las 10 de la noche del 7 de noviembre volvieron las alarmas. Vecinos que viven cerca del barrio Ciro Velasco se asustaron por una explosión. Fue en la carrera 13 con calle 16. Una mujer tuvo laceraciones por las esquirlas y fue trasladada al hospital Piloto, de Jamundí. De acuerdo con la Policía Metropolitana de Cali, con jurisdicción en Jamundí, este hecho tendría más relación con bandas dedicadas al tráfico de drogas en respuesta a acciones de las autoridades.
Horas después, a las 7:10 de la mañana del 8 de noviembre, explotó una moto triciclo en el barrio Portal del Jordán, también en el casco urbano, colocado por los disidentes y el cual dejó 15 heridos leves, según la Policía, siendo atendidos también en el hospital Piloto.
Al respecto, la Policía informó que la vía donde fue dejado abandonado el artefacto en la moto triciclo “es de constante tránsito”. Al parecer, porque por este corredor, ilegales sacan estupefacientes, tomando dirección hacia la zona rural. En la institución señalaron que se han incautado sustancias alucinógenas en estas y en otras áreas de Jamundí, enfatizando en la presencia de 100 uniformados, entre hombres y mujeres, en esta población del sur del Valle del Cauca. No obstante, este atentado iba dirigido a una patrulla de la Policía.
El 16 de octubre de este 2024, otro artefacto explosivo causó daños materiales. Fue detonado detrás de la estación de Policía, entre los barrios El Dorado y Ciudad Sur. A las 12:50 p. m. del 14 de noviembre, un segundo explosivo volvió a estremecer al barrio El Dorado. Como en el primero tampoco hubo heridos, pero sí daños en viviendas. Ambos atentados provinieron de disidentes de las Farc contra la Policía.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali