Camilo Fernández: exprimiendo el café hasta la última gota

hace 1 mes 22

Si hubiera una frase para definir lo que hace Camilo Fernández con su empresa en Dinamarca, sería: “Aprovechando el café hasta la última gota”. No es estrictamente eso, pero casi. Con biotecnología, él y sus socios se han encargado de utilizar todos los residuos y subproductos del café para darles vida a nuevos ingredientes que son aprovechados en los sectores de belleza, agricultura o nutrición veterinaria. Su empresa Kaffe Bueno está revolucionando a Europa. Ya su innovación ha sido requerida por compañías en varios países y lo que un día arrancó como una investigación universitaria, hoy cuenta con un capital de millones de dólares.

Conforme a los criterios de

Dejemos de pensar en el café como una bebida con cafeína y nada más. Necesitamos verlo como una planta, un recurso sostenible

No es tan fácil de entender al comienzo, pero en esta entrevista, Camilo, de apenas 29 años y orgullosamente barranquillero, aunque lleve ya varios lustros viviendo en Dinamarca, nos cuenta sobre su experiencia y habla de cómo lo que está haciendo beneficia a un grupo de caficultores colombianos y por qué sus lecciones bien podrían ser aplicadas aquí.

¿Cómo fuiste a parar a Europa?

Nuestra historia, digámoslo así, nace en Londres. Mis dos cofundadores, ambos colombianos también, Alejandro Franco y Juan Medina, y yo estudiamos en Londres Negocios Internacionales.

¿Y de café sabían algo? 
¿Cómo terminaron estudiando y metiéndosele al tema?

Me acuerdo que estábamos viendo un curso de emprendimiento en el cual se hablaba de economía circular. Era un proyecto de fin de año y nosotros contábamos con muchos amigos escandinavos, que siempre nos decían: “Ustedes tienen que hacer un negocio de café. Este es el mejor mercado para hacer cualquier cosa con café y ustedes se nota que son bastante apasionados con el café en Colombia”. Eso nos prendió el foco. Estamos hablando de 2016 y la economía circular y el café no tenían todavía mucho que ver. Nos pusimos a investigar qué está pasando con el residuo del café, cuáles son los problemas de la industria y nos dimos cuenta de que una buena porción del café no la estaban usando en absoluto, entonces comenzamos a generar un plan alrededor de la reutilización de esos compuestos, para utilizar los subproductos de la industria del café.

¿Y sí es bastante lo que se desecha? 

Camilo Fernández, cofundador de la empresa Kaffe Bueno en una de sus plantas de producción

Camilo Fernández, cofundador de la empresa Kaffe Bueno en una de sus plantas de producción

Foto:Archivo Camilo Fernández

¡Pero obvio! Vinimos a entender que después de que uno hace una copa de café, nada más el 1 por ciento es lo que se usa de verdad. El resto, el otro 99 o 98 por ciento de los compuestos que hacen al café una planta tan especial, lo tiramos a la basura. Esos datos preliminares fueron lo que nos dieron motivación para investigar. Es verdad que había literatura sobre estos compuestos que hacen parte del café, pero no había una utilización real de eso. Nos dimos cuenta de que teníamos unas moléculas muy interesantes, similares a muchísimas otras biomasas o plantas y comenzamos a ver cómo podíamos separar estos compuestos, en qué industrias se venden en alto valor y cuáles son sus beneficios, cuáles son los procesos de extracción para separar estas moléculas y fuimos a un modelo inicial de cómo íbamos nosotros a descomponer el café en sus compuestos moleculares y hacer procesos profundizados para generar ingredientes de valor añadido en las industrias en las cuales nosotros nos enfocamos.

Muy interesante. Con esto en mente, me imagino, crearon entonces lo que hoy en día se conoce como Kaffe Bueno...

Así es. Diseñamos un plan de negocios, lo subimos a un esquema que tiene el Gobierno danés, hicimos investigación de mercado y pensamos cuál era el país más indicado para montar este tipo de modelos; decidimos que Dinamarca era un buen target y aplicamos a un programa de visa para extranjeros que vienen a montar proyectos a este país, y mira, ¡funcionó! Fuimos como tres meses a Colombia a entrevistar a caficultores pequeños para entender cuáles eran sus problemas.

¿Y qué se encontraron?

Nos dimos cuenta de una crisis muy grande en ese entonces: que a los caficultores pequeños les estaba costando más producir un kilo de café que lo que estaban exportando y vendiendo. Entonces nosotros dijimos: si solo estamos utilizando el 1 por ciento del potencial económico y tecnológico de esta planta, si nosotros logramos valorizar ese otro 98 por ciento, vamos a encontrar la manera de devolver valor a estos caficultores. Pero, al principio, te digo, mientras investigábamos más, comprábamos y vendíamos café tostado en Dinamarca.

¿Cómo avanza entonces el negocio de la biorrefinería del café que hoy tienen?

Hoy por hoy, si avanzo ocho años desde el 2016, te cuento que tenemos un equipo de 20 personas, la mayoría son ingenieros y biotecnólogos. Hemos recaudado más de 10 millones de euros por medio de rondas de financiamiento privado con partners estratégicos, hemos desarrollado un portafolio de ingredientes de muy alto valor y también de ingredientes que tienen el potencial para sustituir muchos componentes de uso diario que no son precisamente sostenibles.

¿Y dónde venden esos ingredientes que le sacan al café para aprovecharlos al máximo, como me dices?

Nuestros ingredientes no los van a ver como producto final en tiendas normales. Son compuestos que se utilizan en las formulaciones de productos finalizados de empresas muy muy grandes. Nuestros productos están, ahora mismo, en más de 40 países.

 Camilo Fernández, Alejandro Franco y Juan Medina, los cofundadores de la empresa Kaffe Bueno, que recicla los subproductos del café.

De izq. a der.: Camilo Fernández, Alejandro Franco y Juan Medina, los cofundadores de la empresa Kaffe Bueno, que recicla los subproductos del café.

Foto:Archivo Camilo Fernández

Quiero preguntarte, concretamente, si toda esta innovación científica, que además es un negocio exitoso, ¿les va a servir a nuestras familias caficultoras aquí?

José Manuel, nosotros no hemos llegado, digamos, que al nivel de éxito que quisiéramos para llevar este valor de vuelta a los caficultores en el país, como nos lo imaginamos. Hoy en día, después de ocho años, seguimos recibiendo el mismo café de las mismas caficultoras que perdieron a sus esposos y ahora son las mujeres las que están liderando sus fincas y les ayudamos comprando el producto. Hacia donde vamos a apuntar, y esperamos algún día lograrlo, es a ayudarlas con prácticas orgánicas para hacer autosostenibles sus fincas; que puedan utilizar todos los recursos que están a su disponibilidad y no desechar nada, lo cual sería muy similar a nuestro modelo de negocio. En un futuro, que idealmente no sea muy lejano, nuestra intención es llevar nuestras tecnologías y nuestro modelo de negocio y mentalidad para ser aplicados en las fincas también, porque hay muchos subproductos durante el cultivo de los cafetales que se tienen que aprovechar. 

¿Cuál dirías que es el mayor logro que has alcanzado?

Buena pregunta, José Manuel. Diría yo que es la habilidad de comenzar a cambiar la narrativa de cómo percibe el mundo al café, porque queremos que ya dejemos de pensar en el café como una bebida con cafeína y nada más. Necesitamos comenzar a ver el café como una planta, un recurso sostenible que utilizamos como una herramienta para eliminar gradualmente todos los ingredientes que no son sostenibles y cambiarlos por los productos que mejoran la calidad de vida para todos los humanos.

Y si uno quisiera traerse esta tecnología e innovación a Colombia, ¿sientes que habría respaldo?

Personalmente me parece que este gobierno y el pasado no nos han presentado la oportunidad de aplicar un modelo de negocios como el nuestro y que sirva en un ambiente como el nacional. Por temas de infraestructura, de mentalidad, de incentivos… Si me preguntas, en un futuro, esta seguirá siendo nuestra intención y me encanta mi vida en Dinamarca, y yo creo que estamos haciendo un impacto muy grande que eventualmente por haberlo hecho acá va a generar un impacto incluso más grande en Colombia, pero hoy, si montáramos este modelo de negocio en nuestro país, infortunadamente, no tendríamos el mismo nivel de éxito. Esa es la verdad.

Gracias por la sinceridad en la respuesta.  Dime una cosa:
¿Cuál es la siguiente conquista que quisieras alcanzar?

Nosotros en el futuro, José Manuel, queremos construir una red de biorrefinerías. El año pasado lanzamos la primera en el mundo con capacidad de 500 toneladas de café procesadas anuales. En el futuro nuestra visión es tener una red descentralizada donde podamos procesar altos volúmenes de distintos subproductos del café. 

Por último,  ¿qué consejo le darías a un emprendedor  de menos de 40 años como tú?

Un consejo que le daría sería que tenga mucho cuidado con dejarse cambiar la perspectiva o la mentalidad por los que siempre dicen no. Muchas veces uno se toma muy a pecho lo que otros dicen y el emprendedor tiene que entender que hay que formar sus propias opiniones basadas en todo el esfuerzo que le ha metido a su propio emprendimiento. Llévenlo hasta el final y encuentren personas que de verdad creen en el potencial de sus ideas y sáquenlas adelante, porque este es el nivel de emprendimiento e innovación que necesita el mundo para subsistir. 

¿Qué es lo más difícil de emprender?

Lo más difícil, diría yo, es dejar el ego a un lado. Hay que priorizar la salud de la empresa y de tus empleados, porque esta es la única manera que va a llevar a crecer la empresa. Sientes que tu emprendimiento siempre es como tu hijo, tu creación, y tú eres el que más tiene que sacrificar como emprendedor para sacarlo adelante, eso lo tienes que entender y no lo puedes reprimir. Tienes que cambiar la mentalidad y aceptar que tú eres la persona que tiene que tomar los sacrificios más grandes y dejar el ego a un lado para poder hacerlo.

JOSÉ MANUEL ACEVEDO

ESPECIAL PARA EL TIEMPO

X: @JoseMAcevedo

Más noticias aquí: 

Leer Todo el Artículo