En su sesión de este jueves, la junta directiva del Banco de la República decidió bajar su tasa de interés otros 50 puntos básicos, para ubicarla en 9,75 por ciento.
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Cuatro directores del banco votaron a favor de esta reducción de 50 puntos básicos, mientras que tres lo hicieron por una reducción de 75 puntos básicos.
"Desafortunadamente, para esta ocasión se mezclaron la incertidumbre de las elecciones de Estados Unidos y el impacto que ha tenido sobre las tasas de cambio en toda América Latina, y el ruido generado por la discusión del Sistema General de Participaciones (SGP)", aseguró el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.
Entre tanto, el gerente general del Banco de la República, Leonardo Villar, destacó que la tasa de interés vuelve a ser de un solo dígito, una cifra que no se veía desde mediados de 2022.
Esta es una noticia importante y es una reducción significativa
de la tasa
"Esta es una noticia importante y es una reducción significativa de la tasa, que continúa un proceso que viene desde diciembre del año pasado y que desde marzo viene haciéndose a este ritmo de 50 puntos básicos cada sesión", agregó.
Igualmente, aseguró que la reducción de la tasa de interés ha sido importante "bajo la conciencia plena de los miembros de la junta de que la tasa es restrictiva porque se requiere bajar la inflación y en esto se ha logrado un éxito importante".
No obstante, el gerente general Leonardo Villar afirmó que, pese a que la inflación ha bajado más de 750 puntos básicos, es necesario que siga disminuyendo para llegar el próximo año a la meta de 3 por ciento establecida por el Banco de la República.
¿Qué tuvo en cuenta el banco para bajar su tasa de interés?
En su discusión de política monetaria, la junta directiva tuvo en cuenta que la inflación anual en septiembre se ubicó en 5,8 por ciento, por debajo del registro de 6,1 por ciento en agosto.
Entre tanto, la inflación sin alimentos ni regulados permaneció estable alrededor de 5,5 por ciento, fundamentalmente por la persistencia de la inflación de servicios.
Las proyecciones de inflación total para 2024 del equipo técnico se revisaron a la baja a 5,3 por ciento y las expectativas de inflación implícitas en el mercado para finales de 2025 permanecen ancladas alrededor de 3 por ciento.
Por su parte, las expectativas provenientes de encuestas se mantuvieron estables alrededor de 3,8 por ciento para finales de 2025.
Desde finales de 2023 el crecimiento de la actividad económica ha venido aumentando trimestre tras trimestre. Sobre esta base, el equipo técnico revisó al alza sus proyecciones de crecimiento para 2024 a 1,9 por ciento, mientras que para 2025 se elevó a 2,9 por ciento respectivamente.
Adicionalmente, a pesar de la reducción en septiembre de la tasa de interés y de los pronósticos de recortes adicionales por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, la tasa del cambio del peso frente al dólar ha venido mostrando incrementos sucesivos, que de volverse persistentes podrían generar presiones al alza sobre la inflación.
De acuerdo con la junta directiva, esto reduciría el margen de maniobra para continuar con el relajamiento de la política monetaria al ritmo que se ha venido llevando a cabo hasta el momento.
"Las presiones cambiarias recientes han estado asociadas a la fortaleza del dólar a nivel global, a la caída del precio del petróleo y a la incertidumbre en torno a la situación fiscal en Colombia", agregó.
Esta última obedece a factores de corto y mediano plazo como el desfase de los recaudos tributarios, y los faltantes de financiamiento del presupuesto de 2025.
A esto se suma el trámite del acto legislativo que transcurre en el Congreso de la República para la reforma el Sistema General de Participaciones (SGP), que podría comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas.
"Despejar estas dudas es un requisito indispensable para serenar los mercados y mantener la estabilidad macroeconómica del país", aseguró la junta directiva del Banco de la República.