En la tarde de este sábado 30 de noviembre, un vocero del Distrito confirmó a EL TIEMPO que en el transcurso del día culminó la entrega de las pertenencias a las familias que habitaban el conjunto residencial, donde una torre colapsó en Barranquilla.
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Tras la tragedia ocurrida el pasado jueves, en Privilegios, de la urbanización Campo Alegre, esta era una de las preocupaciones tanto de las autoridades como de los propietarios de los inmuebles.
Y todo porque, al tratarse de una zona de alto riesgo, que en cualquier momento puede sufrir un nuevo desplome, el ingreso de ciudadanos a esta área podría agravar la emergencia.
Hay que recordar que la caída de una torre, registrada aproximadamente a las 2:30 de la tarde de ese jueves, dejó una adulta mayor muerta y cuatro menores heridos. Todos hacen parte de una misma familia.
Es así como, al cumplirse las primeras 24 horas del suceso, de a poco llegaban los habitantes de Privilegios a indagar por la suerte de sus pertenencias. La incertidumbre los llenaba de desespero y rabia. Así lo registró este medio durante un recorrido que hizo en ese momento por el sector.
El drama de un ciudadano que intentaba retirar sus pertenencias
Un hombre llegó este viernes 29 de noviembre, a eso de las 2 de la tarde, a tratar de sacar sus cosas. Cuando abrió el portón e ingresó, de inmediato, un uniformado de la Policía Metropolitana de Barranquilla lo interceptó y le impidió el paso.
“¡No puede estar aquí, amigo! Es peligroso. No puede pasar. ¿Qué va a hacer?”, le indicó el miembro de la institución policial al hombre que iba raudo y de prisa, con cara de pocos amigos.
Ante la intervención del oficial que custodia la zona de acceso al epicentro de la emergencia, el ciudadano reaccionó: “Vea déjeme pasar, allá tengo mis cosas de valor. Necesito llevármelas”.
El hombre, quien vive en una torre contigua a la que se derrumbó, recibió una negativa como respuesta pese a su insistencia. Finalmente hizo caso a la autoridad, aunque con rabia, y salió resignado a donde estaban los demás habitantes.
De pronto, su teléfono timbró, él respondió y, tras unos segundos de escuchar a su interlocutor al otro lado de la línea, dijo: “En estos momentos no tengo cabeza para eso, estoy metido en un problema, el conjunto donde vivo se cayó”.
Quien lo llamó quedó en silencio, mientras que el preocupado ciudadano colgó abruptamente la llamada.
La lluvia aplazó el primer intento
Como él, otra decena de personas, en representación de sus familias, buscaban soluciones concretas de las autoridades distritales para poder sacar sus cosas. La mayoría de ellos exponía que tenían, incluso, sumas de dinero en sus apartamentos.
En horas de la noche del jueves, día del colapso, el secretario de Comunicaciones del Distrito, Ricardo Villa, informó de manera preliminar que la entrega de las pertenencias a las 22 familias afectadas sería este viernes.
Sin embargo, esta actividad no pudo cumplirse. La intensa lluvia que cayó entre las 12 del mediodía y la 1 de la tarde la impidió, y asimismo hizo compleja las labores de investigación del personal correspondiente.
En simultáneo, se llevaba a cabo la reubicación de los afectados en un hotel de la localidad Norte – Centro Histórico de la ciudad.
Los elementos que pudieron retirar las familias afectadas
48 horas después de la tragedia, un vocero de la Oficina de Gestión del Riesgo Distrital indicó a EL TIEMPO que las buenas condiciones climáticas de este sábado 30 de noviembre facilitaron la operación de retiro de las pertenencias por parte de las familias que habitaban el conjunto.
Por razones de seguridad, solo tenían permitido sacar elementos básicos, como ropa, documentos, medicina, dinero y joyas. Artículos pesados, como electrodomésticos, quedaron en el lugar, debido a la inestabilidad de las torres.
Previamente, definieron la metodología del retiro de sus cosas: una persona por familia tenía permitido el ingreso, con el acompañamiento de un miembro del Cuerpo de Bomberos de Barranquilla.
En cuestión de minutos, tomaba las pertenencias que cumplían con las condiciones y salía del complejo habitacional para permitirle el acceso a otro propietario. Y así sucesivamente, hasta completar las 22 familias censadas.
De acuerdo con lo expresado por la fuente, queda pendiente el retiro de los artículos en los locales comerciales que se encuentran en el conjunto. Se estima que este lunes 2 de diciembre se tomen las medidas para este proceso.
Por otra parte, ya fueron reubicadas en el hotel las familias que manifestaron no tener dónde dormir. Ahora, las autoridades están a la espera de un concepto especializado para decidir sobre la suerte que le depara a la zona de la emergencia.
“Eso está inhabitable”, sostuvo la fuente a este medio.
Deivis López Ortega
Corresponsal de EL TIEMPO
Barranquilla