Usted probablemente haya oído hablar de Baba Vanga, la vidente búlgara que, pese a haber fallecido hace casi tres décadas, en la actualidad aún genera controversia y asombro por la precisión de sus profecías.
Conocida como el "Nostradamus de los Balcanes", dejó un legado de predicciones que parecen resonar con fuerza en este año 2025. Entre las más inquietantes se encuentra el anuncio de un desastre económico mundial —una profecía que, según muchos analistas, ya está comenzando a cumplirse.
¿Se está cumpliendo su predicción de un colapso financiero mundial?
De acuerdo con Daily Mail, la respuesta parece ser afirmativa. En medio del caos generado por los nuevos aranceles comerciales impuestos por Donald Trump, la economía global comenzó a mostrar signos de fractura.
Con un impuesto del 145 % sobre los productos chinos y un arancel general del 10 % a todas las importaciones, los mercados financieros entraron en una etapa de inestabilidad que muchos califican como el inicio de una recesión mundial.
Tal como predijo Baba Vanga, 2025 está siendo testigo de un desequilibrio económico que amenaza con desmoronar el comercio internacional.
Pero la economía no fue el único foco de sus visiones. ¿El motivo? También anunció que este año estaría marcado por terremotos en distintos puntos del planeta. En efecto, ya hemos presenciado tragedias sísmicas en países como Myanmar, Tailandia y Tonga.
La alerta de Baba Vanga altera a muchos. Foto:NewsX / El Tiempo
Lo más inquietante es que, según sus visiones, estos eventos serían solo el comienzo de una serie de calamidades que marcarían el principio de la caída de la humanidad.
Por otro lado, Vanga advirtió que 2025 no sería un año cualquiera, sino un punto de inflexión para la civilización. Y a medida que el caos se despliega en múltiples frentes —económico, geopolítico y natural—, cada vez más personas vuelven la vista hacia sus profecías.
En este contexto, su figura vuelve a cobrar una relevancia perturbadora. Sin embargo, es importante mencionar que las predicciones no deben tomarse como verdaderas y muchos de los hechos pueden ser simples casualidades. No obstante, muchos de los dichos coinciden con circunstancias de la actualidad.