Sebastián Arango apenas va a cumplir seis meses como presidente de Atlético Nacional y ya ha tenido que capotear varias tormentas. Pero la de ahora es la más difícil: el club recibió un fuerte castigo de parte del Comité Disciplinario de la Dimayor.
Conforme a los criterios de
Perdió los puntos del juego contra Júnior por incidentes protagonizados por las dos hinchadas, tendrá que jugar 6 partidos a puerta cerrada y recibe muchos señalamientos por el manejo de las barras en ese juego.
En charla con EL TIEMPO, el dirigente rechaza que los califiquen por negligentes, insiste en que el tema va mucho más allá de los tres puntos y se plantea, incluso, no volver a dejar hinchadas visitantes mientras se toman nuevas medidas.
¿Qué les ha dejado todo lo que ha pasado en la última semana tras los incidentes?
Lo primero es ratificar nuestro mensaje de rechazo a la violencia en el fútbol, no queremos a los violentos en fútbol, que haya futbol en paz, para que haya un país en paz. El fútbol es un medio demasiado claro de que se puede hacer un cambio y estamos en esa intención de seguir aportando para que ese fin se consiga. El camino de las sanciones para el equipo no es el correcto.
¿Se han planteado la posibilidad de proponer una reforma del Código Disciplinario?
Eso se tiene que plantear en la asamblea de Dimayor, pero más allá de eso, el comité debería tener en cuenta en este caso las pruebas que se están aportando para tomar las decisiones de sancionar y no beneficiar a los violentos, como ya lo ha hecho en el pasado. Nosotros citamos dos partidos en los que la Comisión, en aras de no privilegiar la violencia, decidieron no aplicar el artículo 83, pasó con Cortuluá-Cali en 2022 y con Equidad-Júnior en 2023. Acá, más que un cambio en el código, vemos que ya en el pasado se ha desestimado la aplicación de ese artículo.
¿A quién corresponde el tema de las requisas?
Nosotros, por el Código de Policía mismo, ningún civil puede hacer requisas corporales sobre otro civil. Acá queremos dejar un mensaje: Nacional no quiere evadir su responsabilidad en cuanto al desarrollo del espectáculo, pero sí invitamos a las diferentes partes para buscar nuevos mecanismos y minimizar estos impactos.
En los últimos meses se está buscando que la Policía no apoye más en los estadios, por tratarse de un espectáculo privado.
Eso desde mi punto de vista es inviable. Entendemos las preocupaciones de la Secretaría de Seguridad y si tenemos que poner más de nuestro lado lo asumimos, pero sin el apoyo de la Policía es muy difícil desarrollar un evento de tal magnitud, esto tiene que ser un trabajo de todos. Nos necesitamos todos para que el espectáculo salga adelante.
¿Por qué es tan difícil implementar algunas normas que ya están escritas? Hablamos de un enrolamiento, de los detectores de metales, de la identificación de los violentos.
Ese es un tema donde nos tenemos que poner todos en el mismo lado, del lado de los buenos. Es un tema que supera al deporte, es un tema de país, de paz en el fútbol, redunda en la paz en las ciudades, es un llamado para que entendamos que si lo seguimos haciendo de la misma manera no van a cambiar.
El Comité responsabiliza a Nacional y dice que hubo negligencia.
"Sin el apoyo de la Policía es muy difícil desarrollar un evento de tal magnitud, esto tiene que ser un trabajo de todos. Nos necesitamos todos para que el espectáculo salga adelante".
Eso ha sido lo que más nos ha dolido. Nacional no es una institución negligente en ninguno de los frentes que tiene que atender, el club se ha caracterizado por hacer lo correcto, por hacerlo bien, por buscar la excelencia. Incluso en algunos temas logísticos vamos por encima de lo que se nos exige. No podemos permitir que se entregue ese mensaje: en las actas del PMU consta que Nacional cumplió todas sus responsabilidades.
¿Qué cree que les falta por mejorar?
Hay muchos vacíos en el proceso. Atlético Nacional, en el tema del estadio, es el arrendatario. Tomamos posesión de una parte del estadio y ese es uno de los primeros vacíos, 12 horas antes de que comience el partido tomamos posesión de la cancha, de nuestro camerino, del palco y el control de las puertas de acceso. No controlamos lo que pasa antes ni tampoco lo que pasa en otras zonas del estadio. Entonces ahí hay una responsabilidad compartida que, en los reglamentos de Dimayor, se traslada completamente a Nacional. Además, el PMU es el que toma las decisiones de lo que ocurre dentro del estadio.
Nacional ha tenido tres episodios graves recientes por sus hinchas: los incidentes antes de un juego con América, el clásico con Medellín en Envigado y este de ahora. ¿Cómo atacar eso?
Insisto en que estamos atacando el problema del lado que no es. Las acciones deberían ser para los responsables, atacar el problema de raíz. Somos una empresa social que tenemos una gran responsabilidad, seguiremos haciendo labor permanente, el fútbol tiene la capacidad de mejorar la sociedad. Con las sanciones también están afectando la ciudad, no solo perjudica a Nacional sino a las personas relacionadas al espectáculo, como los venteros y demás, con quienes vamos a empezar también un trabajo.
¿Por qué en este caso no han podido individualizar a los responsables, como ya se había hecho antes?
No existe la capacidad de que un club pueda individualizar a las personas. Lo que sí debemos, lastimosamente, es sentar una posición: que no quisiéramos que la hinchada visitante vuelva al Atanasio Girardot mientras no se llenen esos vacíos.
A mucha gente le queda la sensación de que la preocupación fuera más por los puntos que otra cosa.
Quiero ser muy enfático en eso, no es el hecho de los puntos, es entregárselos al equipo que venía perdiéndolos en la cancha y que también es responsable por el comportamiento de su hinchada, como lo establece el artículo 84 del Código. Esto entrega un mensaje a estos hinchas y abre la puerta a que puedan ayudar a ganar los puntos con un comportamiento violento.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc