En el país del norte residen 48 millones de inmigrantes que trabajan en empleos con salarios bajos, medios y altos en diversos sectores de la economía del país. De estos, se estima que unos 11 millones viven en situación irregular. Pero, independientemente de su estatus migratorio, según un estudio del Instituto de Política Económica (EPI), los trabajadores y empresarios inmigrantes generaron 4,6 billones de dólares para Estados Unidos en 2022.
Y es que, así se encuentren indocumentados, tan solo en impuestos, los migrantes irregulares pagaron 96.700 millones de dólares en 2022, según destaca un estudio del Instituto de Política Fiscal y Económica (ITEP).
El monto equivale al presupuesto destinado a programas sociales como Medicare (el seguro médico de quienes tienen 65 años o más en ese país), a pesar de que los indocumentados no tienen un seguro social válido y no pueden afiliarse al programa de asistencia médica para disfrutar de sus beneficios.
De hecho, según el Consejo Estadounidense de Inmigración (AIC), en 2022, aquel programa recibió 5.700 millones de dólares de los migrantes indocumentados.
Del mismo modo, en Nueva York, las personas indocumentadas pagaron 3.100 millones de dólares en impuestos estatales y locales, una suma equivalente al presupuesto de educación infantil de la ciudad para el 2022.
Así las cosas, las medidas antiinmigrantes tomadas por Donald Trump, que incluyen cuotas diarias de detenciones, una ley de deportación exprés y el fin de programas de regularización, tienen como telón de fondo un serio desafío para la economía estadounidense, en caso de cumplir, como lo prometió, con la expulsión de al menos 7 millones de personas.
Los efectos que tendría la expulsión de migrantes en la economía estadounidense
Desde que comenzaron hace una semana las redadas migratorias para expulsar a los migrantes irregulares en Estados Unidos, el temor sobre el futuro no es solo de las comunidades inmigrantes, sino también de los empresarios que necesitan de esa mano de obra y que ya denunciaron que observan una baja en la producción.
De acuerdo con Rebeca Shi, directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition de Illinois, en las deportaciones también han caído “trabajadores esenciales” pese que el gobierno señala que las redades están enfocadas en personas violentas e integrantes de cárteles de la droga. Shi dio esas declaraciones una teleconferencia de empresarios del estado de Illinois a la que tuvo acceso la agencia Efe.
Desde el 23 de enero -fecha en la que comenzaron a publicarse los registros diarios sobre las operaciones realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE)- hasta este viernes 31 del mismo mes, se documentaron al menos 5.537 arrestos y se presentaron más de 4.333 órdenes de retención en todo el territorio del país.
Según un pronóstico del AIC publicado en 2024, una campaña de deportaciones masivas reduciría el producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos entre 4,2 y 6,8 por ciento, sin aclarar el plazo.
Y, si bien, de momento se ha concentrado en las principales ciudades como Nueva York o Chicago, por el temor a ser capturados, los inmigrantes no se están presentando a sus lugares de trabajo y permanecen en sus casas.
Ante esa situación, la semana pasada, en la reunión, los miembros de aquella coalición en Illinois reportaron una desaceleración del 50 % en sus operaciones.
Y es que, a gran escala, según un pronóstico del AIC publicado en 2024, una campaña de deportaciones masivas reduciría el producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos entre 4,2 y 6,8 por ciento, sin aclarar el plazo.
Por su parte, una investigación de la Universidad de Nueva Hampshire, también de 2024, estima que la economía estadounidense perdería entre 2,6 y 6,2 por ciento del PIB en una década si se concretan expulsiones masivas de más de 7 millones de indocumentados.
¿Cuáles han sido, hasta ahora, los estados y los sectores de la economía de Estados Unidos más afectados por las deportaciones?
En la conferencia de prensa virtual reseñada por Efe, también participaron líderes empresariales como Matt Teagarden, de la Asociación de Ganaderos de Kansas, quien dijo que la mano de obra inmigrante resulta esencial para su sector y la agricultura en general.
Del mismo modo, en una deportación masiva acelerada, los indocumentados que podrían ser expulsados pertenecen a sectores fundamentales para la economía diaria de Estados Unidos.
Por ejemplo, en el estado de Nueva York, según un informe del Instituto de Política Fiscal (FPI), el sector de la construcción sería el más afectado. “Prácticamente ninguna empresa de Nueva York depende tanto de los trabajadores indocumentados como el sector de la construcción, donde la escasez de suministros y las elevadas tasas de interés ya han disparado los costos en los últimos años”, detalló el diario The New York Times (NYT).
Se estima que en Nueva York trabajan más de 48.000 trabajadores irregulares entre carpinteros, pintores y empapeladores, que constituyen una cuarta parte de la mano de obra del sector, según el informe del FPI, que se basó en datos del Centro de Estudios sobre Migraciones.
Otro sector perjudicado serán los negocios de alimentación y restaurantes. Más de 42.000 chefs, cocineros, preparadores y camareros indocumentados trabajan en todo el estado, “por no hablar de los repartidores que hacen posible la insaciable cultura a la carta de la ciudad”, explica el NYT.
Prácticamente ninguna empresa de Nueva York depende tanto de los trabajadores indocumentados como el sector de la construcción.
Pero en general, en el país, según el reporte del EPI de 2022, el 47 por ciento de los inmigrantes trabaja como camareras de piso, 37 % son obreros de la construcción, 27 % conserjes y 18 por ciento conductores de camión.
Trabajos en los que “no hay norteamericanos preparados o disponibles hacer el trabajo”, comenta a este diario Lawrence Gumbiner, presidente de la consultora Gumbiner Interamerican Strategies.
Entonces, “para reemplazar los trabajadores ilegales con gente legal, el costo de los trabajadores va a subir y habrá un impacto inflacionario”, prevé el analista.
¿Cuál sería la solución?
Aunque quizá se demore un poco en apreciarse esas consecuencias, de acuerdo con Gumbiner, “lo más lógico” es que Estados Unidos deba expandir la cantidad de visas de trabajo. “Hay mucho trabajo, en el campo agrícola, por ejemplo, o en la construcción, donde claramente no hay suficientes norteamericanos disponibles”, explica el analista.
Aunque, “ese esfuerzo requeriría legislación aprobada por el Congreso, y es muy difícil que hoy en día el Congreso apruebe una legislación sobre migración y trabajos. No lo han hecho en más de 40 años y ahora es una razón por la que tenemos una situación migratoria muy disfuncional”, agrega Gumbiner.
LAURA JULIANA CASTELLANOS GUEVARA - Redacción Internacional - EL TIEMPO