Así es uno de los 100 alojamientos más excéntricos del mundo: tiene forma de huevo de dragón y está en Argentina

hace 3 meses 36

En los paisajes de la ruta provincial 71, a las afueras de Trevelin, en Argentina, un curioso viajero puede encontrar una figura que parece salida de un cuento fantástico.

Se trata del huevo de dragón, una estructura arquitectónica que combina arte, simbolismo y funcionalidad, creada por el arquitecto argentino Martín De Estrada.

Este proyecto, que obtuvo el reconocimiento internacional del OMG Fund de Airbnb, forma parte de una selección de los 100 alojamientos más singulares del mundo. 

“En principio apareció el huevo en sí mismo como figura. Yo estaba atravesando un momento feo y quería meterme en un huevo. Lo pensé como figura de renacimiento, de la totalidad, como un arquetipo de renacer. Después apareció lo del huevo de dragón, por la cultura de los pobladores galeses, tan arraigada en Trevelin”, explica el arquitecto.

Simbolismo y arquitectura

El diseño del Huevo de dragón fusiona diversas influencias culturales y espirituales. Según De Estrada, el dragón, vinculado al signo Escorpio en la astrología china, simboliza el renacimiento. 

“Yo practico yoga y encontré una mezcla de simbolismos que comenzaron a encajar en este proyecto. Una mezcla de capas superpuestas con muchísima carga simbólica, a la vez sintética y simple. No deja de ser un huevo, aunque con diversas capas de análisis, de sentir y demás”, añade.

Construido con una estructura autoportante de madera revestida en metal, el huevo se alza sobre columnas metálicas en un terreno de 6000 m². Su interior, de apenas 22 m², sorprende por su sensación de amplitud gracias a las curvas continuas que amplían visualmente el espacio. “Es muy llamativo cómo la solución de continuidad de las curvas genera tantas cosas: es como si la vista estuviera buscando un horizonte y eso va ampliando el interior del huevo”, reflexiona De Estrada.

El proceso creativo y colaborativo

El desarrollo del Huevo de dragón implicó la colaboración con artistas como Tomás Schinelli, escultor conocido por crear un dragón que lanza fuego en la plaza de Trevelin. “Él trabaja morfologías bastante complejas y le encantó mi idea, así que me dio una mano en resoluciones específicas del huevo de dragón”, comenta.

El revestimiento metálico, que combina chapa oxidada y laqueada, tuvo que superar desafíos técnicos para garantizar su impermeabilidad. “Adentro tiene también barro y celulosa, que es un invento mío, más algunos aprendizajes tomados de los domos geodésicos. Digamos que el ‘sandwichito general’ es una suma de combinaciones”, relata entre risas.

Huevo de dragón

Huevo de dragón Foto:Google Maps.

Una experiencia única para los visitantes

El alojamiento, abierto al público desde marzo de 2024, ofrece una experiencia minimalista pero acogedora. En su interior, los huéspedes encuentran una cama para dos personas, una pequeña cocina, un baño y una mesa con sillas. “Hemos recibido visitantes incluso de lugares raros como Canadá o Croacia. Muchos alquilan por pocos días y se quedan con las ganas de más”, comparte De Estrada.

Además, el lugar cuenta con una micropiscina al aire libre y una parrilla con vistas a las montañas, ubicándose a menos de 10 minutos del centro de Trevelin. La tarifa por noche es de 110 dólares.

Martín De Estrada, nieto del arquitecto Ernesto De Estrada, creador del Centro Cívico de Bariloche, encuentra en este proyecto una conexión personal y profesional. “Recuerdo el olor a lápiz de su estudio, su viejo tablero de dibujo. Teníamos una relación muy linda. Y cada vez que iba a su casa los fines de semana, le llevaba un dibujo de un árbol o me pedía que se lo dibuje ahí para él. Era una especie de rito”, rememora.

Paz García Pastormerlo

La Nación (Argentina) / GDA. 

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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