En una semana el mundo volvió a estar inmiscuido en una nueva fase de una guerra comercial que comenzó en 2018 y había tenido un freno durante la pandemia, algo que para analistas ha representado la ruptura del orden comercial global. Y Colombia no ha sido ajena a este panorama.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el pasado 2 de abril "aranceles recíprocos" a 64 países y territorios. La decisión causó una volatilidad inédita en los mercados de las principales bolsas y la reacción inmediata de países como China, su principal socio comercial.
Xi Jinping, presidente de China, y Donald Trump, presidente de EE. UU. Foto:Archivo El Tiempo/ Agencias
El miércoles, Trump anunció que pausará durante 90 días los nuevos gravámenes, pero excluyó a China, a la que le aumentó los aranceles hasta un 125 por ciento. Pekín había reaccionado horas antes elevando hasta el 84 por ciento los impuestos a productos de EE. UU. luego de que la Casa Blanca hubiera aumentado las tasas sobre los productos chinos hasta el 104 por ciento. En la mañana de este jueves, Washington aumentó los aranceles contra Pekín al 145 por ciento.
"Con los últimos anuncios, los aranceles contra China probablemente han alcanzado su punto máximo. Es probable que, tras un breve periodo, vuelvan a bajar, ya que gran parte de la economía estadounidense depende de las importaciones chinas. Pero no será China la que primero ceda", explica el profesor Stephen Chan, autor y profesor de Política Mundial de la Universidad de Londres.
El guiño de China y la fractura en la Celac
Esta semana, al tiempo que ocurre la tensión arancelaria entre Estados Unidos y China, el presidente Gustavo Petro recibió la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) por el periodo 2025 y 2026, y anunció que viajará a Pekín el 13 de mayo donde se adelantará el cuarto foro de este mecanismo con China y que Santa Marta será sede del encuentro con la Unión Europea en noviembre.
Presidente Gustavo Petro en la cumbre de la Celac, en Honduras, 9 de abril de 2025. Foto:Presidencia
A propósito, el presidente Xi Jinping envió un mensaje: "Las relaciones entre China y América Latina han superado la prueba de la turbulencia internacional y han entrado en una nueva etapa marcada por la igualdad, el beneficio mutuo, la innovación, la apertura y los beneficios tangibles para los pueblos".
Y enfatizó: "Todos los Estados miembros de la Celac son bienvenidos a unirse a China en un esfuerzo concertado para facilitar el desarrollo y la cooperación".
Todos los Estados miembros de la CELAC son bienvenidos a unirse a China en un esfuerzo concertado para facilitar el desarrollo y la cooperación

Xi JinpingPresidente de China
En su discurso, el presidente Petro resaltó la importancia de "abrirse al mundo".
Si bien este será el cuarto foro entre la Celac y China, lo cierto es que analistas coinciden en que será una plataforma en la que el presidente Gustavo Petro volverá a exponer intereses de su plan de gobierno ante el país asiático. Algo que desde Oriente han mirado con detenimiento. No en vano, en el marco de la cumbre en Honduras y la coyuntura por los aranceles de Trump, representantes del gobierno chino han tenido acercamientos con delegados colombianos y latinoamericanos.
David Castrillón Kerrigan, investigador en la Universidad Externado sobre las relaciones entre Colombia, China y Estados Unidos, lo pone de esta manera: "Por una parte, está la agenda propia del presidente Gustavo Petro, la cual él querrá ver reflejada en las discusiones en la cumbre en Pekín, y por el otro lado está la frágil situación en la que se encuentra la Celac hoy".
La última reunión entre los presidentes Xi Jinping y Gustavo Petro fue el 25 de octubre de 2023. Foto:Cancillería de China
Para Parsifal D’Sola, director de la Fundación Andrés Bello, que investiga las relaciones entre América Latina y China, hay dos factores fundamentales que obstaculizan la obtención de resultados concretos en la próxima Cumbre China-Celac. "El primero son las profundas fracturas políticas e ideológicas dentro del propio mecanismo", explica.
Se refiere a las tensiones generadas por posturas ideológicas contrastadas entre Javier Milei en Argentina, Dina Boluarte en Perú, Gustavo Petro en Colombia, Nayib Bukele en El Salvador y Lula da Silva en Brasil sobre asuntos específicos como la permanencia de Nicolás Maduro en Venezuela, la apertura de los mercados y la relación de cada país con Estados Unidos y China.
"El segundo es la ausencia de una política clara del gobierno de Petro frente a China —continúa Parsifal D’Sola— La Cumbre China-Celac ha funcionado más como una plataforma de exposición simbólica que como un mecanismo de acción efectiva. Desde su creación en 2015, no se han producido resultados concretos, en gran medida debido a la falta de coordinación del lado latinoamericano. Incluso en el contexto actual, marcado por oportunidades derivadas de la guerra económica propiciada por EE. UU., es probable que, más allá de la retórica habitual sobre cooperación y multilateralismo, no se logren avances tangibles".
El presidente Gustavo Petro en la cumbre de la Celac. Foto:Presidencia
Sobre ese punto coincide Camilo Defelipe, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana: "La cumbre de la Celac es un espacio entre latinoamericanos, donde no está Estados Unidos, y en Pekín va a ser un espacio discursivo donde se van a vociferar temas retóricos, que es lo que ha pasado siempre: muchas conversaciones, pero no se ha logrado una integración profunda real".
La Franja y la Ruta, y la fragmentada relación Trump - Petro
Lo que todo parecía haber sido un camino pavimentado para la adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de Xi Jinping, que fue confirmada por el presidente Gustavo Petro y el entonces canciller Luis Gilberto Murillo en octubre pasado, y que se había planeado para ser anunciada con bombos y platillos en el marco de los 45 años de las relaciones bilaterales entre Colombia y China, fue frenado en enero de este año tras las tensiones por migrantes colombianos con Donald Trump.
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Pese a que fe anunciada, Colombia aún no se ha adherido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de Xi Foto:EFE
Si bien fuentes de la Cancillería de Colombia en su momento aseguraron que se estaban adelantando conversaciones, lo cierto es que no hubo mayores avances. Para analistas, sin embargo, la nueva visita del presidente Petro a Pekín, pese a que podría ser clave en este asunto, debe verse con otros ojos.
"Petro tendrá el reto de que esta presidencia pro tempore de Colombia en la Celac no sea la última y por eso tendrá que avanzar con sensibilidad a los intereses y las posturas de otros miembros del mecanismo. Al mismo tiempo, tratará de aprovechar la oportunidad para tener un impacto e influencia, aunque sea sobre la difícil situación que vive el mundo", detalla David Castrillón.
Si Colombia anunciara su intención de unirse a la Franja y la Ruta, es altamente probable que EE. UU. busque presionar al gobierno colombiano para evitarlo
Parsifal D'SolaDirector de la Fundación Andrés Bello
"Es posible que la Franja y la Ruta sea un tema de las negociaciones entre Estados Unidos y China", analiza Camilo Defelipe. "Aún no hay claridad de Colombia sobre esto pese al anuncio previo. Es posible que Petro utilice esto en el marco de la reunión de China - Celac en mayo, como una amenaza suave, por así decirlo, frente a lo que está ocurriendo en este momento con los aranceles porque los países están buscando adaptarse a la situación y una de las salidas que también le están diciendo a Estados Unidos, es buscar asociaciones diferentes y la adhesión a la Franja y la Ruta, si bien es simbólica, podría ser una de ellas", agrega.
Presidentes Gustavo Petro y Donald Trump Foto:Agencias / Composición EL TIEMPO
Parsifal D'Sola lo ve de esta forma: "El gobierno de Trump ha demostrado claramente que está dispuesto a coercer económicamente a Colombia para conseguir sus objetivos —cuando se dio la disputa entre Petro y Trump, amenazó con imponer gravámenes de 25 por ciento y hasta 50 por ciento a productos colombianos—. Además, las políticas arancelarias del gobierno estadounidense se han caracterizado por ser erráticas e impredecibles. Todo esto aumenta la incertidumbre y el riesgo para Colombia frente a una posible adhesión del país a la Iniciativa de la Franja y la Ruta".
Y subraya: "El anuncio de mantener aranceles del 10 por ciento, con excepción de China, es un claro indicio de que China está en el centro de las consideraciones económicas de Estados Unidos. Si Colombia anunciara su intención de unirse a la Franja y la Ruta, es altamente probable que EE. UU. busque presionar al gobierno colombiano para evitarlo".
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Donald Trump anunció 'aranceles recíprocos' a más de 60 países del mundo. Foto:Archivo EL TIEMPO / Composición propia
David Castrillón lo ve de otra forma: "La adhesión a la iniciativa no es un tratado vinculante que venga con obligaciones, lo opuesto es una oportunidad de trabajar en temas de interés común y sobre todo sabemos que si bien a Estados Unidos no le agrada que países como el nuestro se acerquen a China, ya son más de 100 los que lo han hecho sin represalias. Estados Unidos no se puede dar el lujo de represalias".
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No es fácil la reorientación de Colombia hacia China
Está claro que lo que ha hecho el presidente Donald Trump en una semana marca la tendencia de lo que hizo durante su primer mandato en Estados Unidos, aseguran los analistas, sobre todo por la incertidumbre que generan varias de sus decisiones, como la de los aranceles recíprocos.
Para Stephen Chan, profesor de la Universidad de Londres, en caso de que el Jefe de Estado de EE. UU. persista, "se anticipará a lo que iba a ser una prueba eventual, aunque gradual, para determinar cuál de estas dos superpotencias (Estados Unidos y China) es más fuerte".
Y en ese sentido, puntualiza: "El país asiático posee enormes reservas y una enorme antipatía a ser subyugada o intimidada por las potencias occidentales. Lo que China llama su 'siglo de humillación' aún resuena en su memoria. Los chinos creen que pueden dominar esta competencia y consideran a Trump imprudente e improvisado".
Los analistas coinciden en que el panorama actual, sin embargo, puede representar una oportunidad para acelerar cambios en las relaciones comerciales, la globalización y los vínculos en el hemisferio sur.
Lo que Trump ha hecho es demostrar de manera clara los riesgos de una dependencia con Estados Unidos como la que Colombia tiene
David Castrillón KerriganInvestigador de la Universidad Externado
Presidente Trump firmó orden ejecutiva para formalizar aranceles a países del mundo. Foto:SAUL LOEB / AFP
"Lo que Trump ha hecho es demostrar de manera clara los riesgos de una dependencia con Estados Unidos como la que Colombia tiene. Esto entonces nos debería impulsar a reducir esos riesgos y acercarnos a otros polos de poder, sobre todo aquellos con los que ya tenemos un camino labrado, como China", dice David Castrillón Kerrigan.
Y resalta: "Eso por supuesto no significa descontar a otros socios que debemos tener en la mira a lo largo del mundo, pero sobre todo en el sur global. China debería tomar un lugar central dentro de esta estrategia porque es con quien ya hemos construido confianza, que ha mostrado ser un socio confiable de nuevo y que está hoy dispuesto a tomar el siguiente paso en la profundización de nuestras relaciones bilaterales".
Sin embargo, la política exterior colombiana aún tiene numerosos desafíos que permitan la reconfiguración de sus líneas comerciales y, para analistas, el gobierno del presidente Gustavo Petro aún no ha consolidado una postura concreta.
"El gobierno Petro no ha dado señales claras de contar con una estrategia definida ni en construcción para abordar su relación con Pekín. Colombia difícilmente podrá aprovechar las oportunidades que ofrece el actual contexto geopolítico si no tiene claridad sobre lo que espera de China", explica Parsifal D'Sola, director de la Fundación Andrés Bello.
El gobierno Petro no ha dado señales claras de contar con una estrategia definida ni en construcción para abordar su relación con Pekín.
Parsifal D'SolaDirector de la Fundación Andrés Bello
"Las oportunidades para Colombia son numerosas, pero es poco probable que se materialicen. China sigue siendo un mercado cerrado, lo que dificulta la diversificación de los productos colombianos con potencial exportador. La reducción de estas barreras debería ser una prioridad en la agenda bilateral. También existen posibilidades de cooperación en el ámbito de la transición energética, pero aún no es claro", subraya.
En ese sentido coincide el profesor Camilo Defelipe: "Colombia tendría que reorientar toda su capacidad de relacionamiento en comercio exterior, toda esa parte técnica y política hacia China. Pero es claro que estamos cómodos, sabemos cómo operar con Estados Unidos, toda nuestra infraestructura institucional de comercio exterior entiende a Estados Unidos y está diseñada para Estados Unidos, en buena manera. Si se llegara a cambiar hacia China tocaría hacer un reajuste que puede tomar años y entrar en un proceso de aprendizaje que podría ser costoso".
Y resalta: "Podría ser una oportunidad para Colombia, pero si hay un plan integral. Mirar a China requiere de una serie de transformaciones productivas. Es un socio difícil por los volúmenes de demanda y sus condiciones no arancelarias. Colombia debería conocer mejor a China y aumentar su presencia (ProColombia tiene una oficina pequeña en la Embajada en Pekín), pero depende de voluntad política y capacidad financiera".
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DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ
EL TIEMPO
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