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La reforma introduce limitaciones drásticas que afectan directamente a los descendientes nacidos fuera del país.
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16.05.2025 07:59 Actualizado: 16.05.2025 08:10

PERIODISTA16.05.2025 07:59 Actualizado: 16.05.2025 08:10
El Senado de Italia aprobó este jueves un decreto que modifica de forma sustancial el proceso de reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia. Se trata de una iniciativa impulsada por el gobierno de Giorgia Meloni y defendida por el canciller y vicepremier Antonio Tajani.
Con 81 votos a favor y 37 en contra, la Cámara alta dio el primer paso para convertir en ley un texto que restringe severamente el derecho a la ciudadanía para quienes nacieron en el extranjero.
La medida, que ya está en vigor desde el 28 de marzo, deberá recibir la aprobación definitiva del Parlamento antes de cumplir 60 días para quedar plenamente vigente. Se prevé que sea votada próximamente en la Cámara de Diputados, donde el Ejecutivo cuenta con una mayoría consolidada.
Tajani respaldó la reforma al declarar que “el voto en el Senado es muy importante” y definió la medida como “una medida que pretende devolver la dignidad y el sentido a un derecho que debe basarse en un vínculo auténtico con Italia, no solo burocrático, sino también cultural, cívico e identitario”.
El Senado de Italia aprobó este jueves un decreto que modifica de forma sustancial el proceso de reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia. Se trata de una iniciativa impulsada por el gobierno de Giorgia Meloni y defendida por el canciller y vicepremier Antonio Tajani.
Límites para quienes nacieron en el extranjero
Uno de los puntos clave del nuevo decreto es que la ciudadanía italiana ya no se otorgará de forma automática a las personas nacidas fuera de Italia que cuenten con otra ciudadanía. Además, se niega el reconocimiento para quienes nacieron en el extranjero antes de que entrara en vigor la norma actual.
El texto original del gobierno preveía que solo podrían solicitar la ciudadanía aquellos con padre o abuelo nacido en Italia. No obstante, una enmienda aprobada en la Comisión de Constitución del Senado suprimió la exigencia del lugar de nacimiento del antepasado, pero introdujo otro requisito: el ciudadano de primer o segundo grado debía tener, o haber tenido al momento de fallecer, únicamente ciudadanía italiana.
“El decreto de ciudadanía establece que ya no habrá reconocimientos automáticos”, expresó Tajani, quien también aclaró que “los hijos de ciudadanos italianos nacidos en el extranjero seguirán teniendo la posibilidad de adquirir la ciudadanía si sus padres la solicitan”.
Lo que debe saber. Foto:iStock
Reacción oficial y propuestas complementarias
Durante su intervención, Tajani sostuvo que “la ciudadanía debe ser un reconocimiento serio y consciente, que se confirma mediante el compromiso. Esta reforma no excluye, sino que responsabiliza. Propone criterios más selectivos y transparentes, capaces de fortalecer la integridad de nuestro sistema y prevenir abusos”.
El canciller también informó que, como parte del debate, se introdujo otra enmienda que busca atender las necesidades de quienes renunciaron a la nacionalidad italiana para establecerse laboralmente en otros países.
“A propuesta mía, el Senado aprobó también una enmienda que abre la vía a la solicitud de poder readquirir la ciudadanía para los emigrantes italianos que tuvieron que renunciar a su ciudadanía italiana para trabajar en los países en los que se establecieron”, afirmó.
Tajani agregó que esta decisión “forma parte de un paquete de medidas que incluye dos proyectos de ley adicionales en trámite en el Parlamento, que introducirán medidas adicionales para garantizar el mantenimiento de un vínculo efectivo” con el país.
En sus palabras, “se trata de medidas en favor de nuestros compatriotas italianos en el extranjero, que mejorarán la funcionalidad de las oficinas consulares”.
Agradeció el tratamiento del proyecto: “Agradezco al Senado el debate profundo y constructivo, que nos ha permitido seguir mejorando el texto. Espero que la Cámara también lo apruebe pronto”.
La reforma provocó una fuerte reacción entre las comunidades de descendientes italianos en el extranjero. Dario Signorini, presidente de la sede en Buenos Aires de Comites, expresó su descontento al calificar la norma como perjudicial: “El decreto de ciudadanía deteriora los vínculos entre Italia y los descendientes en Argentina porque limita el ius sanguinis únicamente a hijos y nietos, restringiendo las posibilidades actuales de la ley”.
Signorini destacó las consecuencias prácticas de esta decisión en casos familiares concretos: “Destruye los vínculos entre los descendientes, incluso dentro de las familias. Es el caso, por ejemplo, de hermanos, uno ha obtenido el reconocimiento de ciudadanía y el otro aún no ha podido hacerlo por no haber podido presentarse por diversas razones, incluida la falta de citas en el Consulado”.
Los pasaportes tienen una vigencia determinada. Foto:iStock
A su vez, manifestó una sensación de desilusión generalizada dentro de la comunidad: “La comunidad de descendientes de italianos se siente traicionada y decepcionada, sobre todo tras el discurso de la primera ministra Giorgia Meloni en el Teatro Coliseo de Buenos Aires durante su visita a Argentina, donde reafirmó el papel de los italianos en el extranjero, afirmando que éramos auténticos embajadores de Italia”.
El cambio de paradigma en el derecho de sangre
Hasta la aprobación del nuevo decreto, la ley vigente desde 1992 se basaba en el principio de ius sanguinis sin límites generacionales. Bastaba con demostrar una línea continua de descendencia desde un antepasado italiano. El nuevo régimen establece que solo los descendientes de primera y segunda generación —hijos y nietos— podrán obtener la ciudadanía.
Según cifras del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, entre 60 y 80 millones de personas en el mundo podían, en teoría, acceder a la ciudadanía bajo la norma anterior. Durante los últimos diez años, el número de italianos residentes en el extranjero pasó de 4,6 millones a 6,4 millones, lo que representa un crecimiento del 40 %. En contraste, la población de Italia es de 58 millones.
Esto debe saber. Foto:EFE
Argentina concentra la mayor comunidad italiana fuera del país europeo. Solo en 2023, 20.000 descendientes accedieron a la ciudadanía por derecho de sangre, mientras que en 2024 lo hicieron 30.000. En Brasil, 14.000 personas la obtuvieron en 2022 y 20.000 en 2024.
Cómo se aplicará la nueva normativa
La aplicación del decreto será en dos etapas. En una primera fase, se garantiza la ciudadanía automática solo a descendientes directos de primera o segunda generación. Es decir, aquellos que tengan un padre o un abuelo italiano podrán considerarse ciudadanos desde el nacimiento.
En una segunda fase, las personas nacidas o residentes en el extranjero deberán demostrar un vínculo continuo con Italia, ejerciendo por lo menos una vez cada 25 años los derechos y deberes de un ciudadano italiano. Este paso busca asegurar que quienes obtengan la ciudadanía mantengan un lazo real con el país.
La Nación (Argentina) / GDA.
Italia dará pasaporte europeo a quienes tengan estos apellidos italianos
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.
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